Capítulo 17: ¡Viva el poliamor!

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Rea

Hemos llegado a la casa de Sam. La fachada se ve increíble, hay luces que cambia de colores, un muñeco de la fiesta pasada, es como esos que tienen forma de tubos y bailan por el aire. La puerta tiene un letrero que dice "Welcome bitch"; rio por eso. Toco la puerta. 

Tarda unos minutos en abrirse, Sam sale poniéndose su camisa. Le pico el abdomen aprovechando que esta descubierto. Me observa y deja de abotonarse su camisa, su boca forma un perfecta "O". 

—¡Santo cielo! — grita —. Te ves genial, hermana. 

—Lo sé  — sacudo mi coleta. 

—Te dije que te quedaría bien el vestido — me da un abrazo. 

—Tienes un buen sentido de la moda.

Me pongo a su lado y él observa a Aarón, su boca vuelve a caer. Se termina de poner su camisa.

—Vienes con él  — se inclina de lado a mi oído, asiento —. Esa es Rea. 

—Si, ya compre una correa — bromeo. Sam choca puños conmigo, Aarón mete sus manos a los bolsillos del pantalón. 

—Pasa hermano, esta en tu casa — Sam lo toma de hombro haciéndolo caminar hacia a dentro. 

—¿Todavía no llega nadie? — pregunta Aarón viendo el interior de la casa

Hay luces verdes con algunos tonos azules, un mesa con diferentes bebidas para que te prepares lo que quieras, el patio luce igualmente increíble. La alberca también tiene luces blancas por lo que resalta. Hay unas cuantas mesas y sillas en la parte de afuera y una mesa grande donde se juega ping pong. 

—No, le dije a Rea que llegara temprano — se va a mi lado. 

—¿Podemos ayudarte en algo? — preguntó. 

—Si, de hecho a poner botanas, Rea y yo vamos por ellas al coche y tu esperanos en los que volvemos — indica. 

—¿Está bien? — le pregunto a Aarón 

—Si, por mi esta perfecto — sonrió y me voy con Sam, Cuando estamos lo sufrientemente lejos habla: 

—Así que ya tienes al chico en la palma de tu mano — me da unos codazos. 

—No tanto así, pero estamos en proceso — le cuento los detalles de nuestro fin de semana y al ultimo le cuento lo de Noor. 

—Esa perra — sacude la cabeza —. Vendrá a la fiesta, si hubiera sabido antes le digo a mariana que no. 

—Así esta perfecto, tengo algo en mente — sonrió de lado. 

—Esa es mi chica — su tono es muy agudo. Tomanos las cosas de la cajuela de su coche. 

—Me duele lo de Rosy.

—Pero ya lo pagara. 

Llegamos con las bolsas y Aarón esta viendo como cambian las luces en la sala. Nos ve, corre a quitarme las bolsas que en realidad no pesan nada. 

—Por aquí — Sam camina hacia la cocina. Tocan el timbre de la puerta. 

—Yo voy — salgo corriendo —. ¡Voy! 

Abro la puerta, es un repartidor de pizza, él descaradamente me da un vistazo sin ningún pudor, chasqueo los dedos.

—Hola lindura — sonríe. 

Hola bazofia. 

—Haz tu trabajo y dame las pizzas — estiro mis brazos. 

—Te hace falta una buena trabajada para quitar ese mal humor — relame sus labios —. Puedes ser mi propina.

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora