Aarón
Acabo de tener la mejor experiencia de mi vida y se me ha cumplido una fantasía, ya saben la de tener sexo en el auto, solo que eso no fue solo "sexo".
Tengo una solución en mi cabeza, espero que todo marche como me gusta. Estoy viéndola a los ojos para asegurarle que encontré una solución.
—Se que Noor me envió las fotos —empiezo a explicar —. Se que son falsas y se que hacer para que todo esto termine.
—Pues adelante señor Thompson.
Me encanta que me llame por mi apellido.
—Me amenazó...
—¿Me creerías si te digo que ya lo he escuchado antes? — gira los ojos.
—¿Te hizo algo a ti? — pregunto preocupado.
—La pregunta es: ¿Qué no me ha hecho?
—Prometo que con esto, todo eso se acabara.
—Eso espero — frunce los labios.
—Confia en mi.
—Lo hago.
Me llena de felicidad saber que lo hace, yo también lo hago cada día más.
—Lo que pienso es que, mientras este ella actuemos como si nos odiamos, es decir, como si tu me odiara por preferirla a ella — explico mi plan.
—Puedo hacer eso — se cruza de brazos.
—Por eso eres perfecta — la tomo de la nuca y le depósito un beso en su lindos labios.
—Lo sé — vuelve a darme un beso —. Tu eres perfecto igual.
—Ya te dije que estoy lejos de serlo.
—Para mis ojos lo eres, y eso es más que suficiente.
—Eres una Diosa. ¡Hasta tienes el nombre de una!
—Basta de halagos, hay que planear bien tu plan — sonríe.
—Usted manda — carcajeamos — se quedará hasta mi cumpleaños, o sea hay que actuar durante tres días, después seremos libre.
—Yo quiero pasar tu cumpleaños contigo — arruga un poco sus labios triste.
—Lo haremos, es día hablaré con sus papás y se tendrá que irse es mismo día desde temprano.
—Ahora sí funcionó bien el "número uno".
—Siempre funciona — niego.
—Si, claro — asiente con ironía.
Me acerco a ella y le hago cosquillas en los costado de su cintura, su risa se hace presente, patalea y me dice que pare, pero no le hago caso, toma mi cara me ve a los ojos y me obliga a parar.
—No cuenta, hiciste trampa.
—Yo no hice nada — me suelta.
—Claro que si, me atrapaste con tu belleza.
—Basta de romanticismo.
—Es hora de ir a la escuela, entregarnos nuestro trabajo — le doy un último beso y arranco el auto .
—Por cierto gracias por dejarme subir a su auto.
—Que bueno que me recuerdas.
Me bajo y voy a su lado, abro la puerta y me ve tratando de entender lo que quiero decir.
Pues tiene un boca, habla tarado.
—Maneja — le ofrezco mi mano para que se apoye al salir.
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No somos tan diferentes
RomanceRea y Aarón, ¿por dónde empezar cuándo se trata de ellos? Si bien se sabe que todo empezó por aquel proyecto de química, jamás se esperaron que eso mismo sucediera entre ellos. Aunque quieren llevar su relación de manera amormonica y pacífica no es...