Rea
Antes de nos regresamos a mi casa el me pide que lo acompañe a otra tienda, es igual que la otra solo que aquí venden ropa masculina. Nos adentramos a ella y un señor demasiado elegante viene con nosotros.
—Señor Thompson, su ropa está lista — sonríe.
—Muchas gracias Clark — asiente, me toma de la mano guiandome a otra parte de la tienda.
Clark le entrega una bolsa y otra caja, se despiden como si se conocieran de años, bueno tal vez así sea. Entrelaza nuestras manos y nos vamos del lugar.
—¿Vienes mucho a estas tiendas? — me gana la curiosidad.
—Papá compra todos sus trajes aquí, una vez me trajo y quedé fascinado, aparte cierran hasta las doce de la noche — hace una mueca de asombro, la cual imitó divertida.
—Debo decir que tienes buenos gusto — me pego más a él.
—Como no, si me gusta ustede, Lang.
Ahora sí, ya tiene muy buenos gustos.
—Obviamente tienes buenos gustos — digo con arrogancia.
Entramos al elevador, seguimos platicando mientras llegamos al estacionamiento. Aarón quita el seguro del auto y mete todas las compras atrás, una vez todo listo se hace a una lado dándome pasar a el asiento.
—¿Quieres ir a tu casa o quieres ir a cenar algo? — se recarga en la puerta y se ve tan lindo.
—La verdad, tengo hambre — toco mi estómago.
—¿Quieres tacos? — propone.
Siii, por favor.
—¿En serio preguntas? Claro quiero tacos.
Él se reí, camina rápido al asiento del piloto, conecta su celular y como siempre cantamos la mayoría de las canciones que me sepa. Hemos llegado a un carrito callejero, esta chiquito, pero hay bastante gente. Aparca y vamos a pedir nuestra cena.
Nos quedamos parados esperando, él me abraza porque esta empezando a hacer mucho frío y tal vez empiece a llover, mis sospechas sobre eso se confirma con un trueno.
—Tendremos que comer adentro del auto, si no nos mojaremos y no quiero que te dé un resfriado.
Basta, eres muy lindo.
—Estoy tan acostumbrada a que llueva y me moje que no me he enfermado en todo el año.
—Debo comprarte una paraguas — me pega más él y frota mi espalda dándome calor.
—Mejor regalarme tu otro auto — sonrio tierna.
—Todo lo mío es tuyo — me da un beso.
—¡Orden de la señorita Thompson! — grita la que despacha en el carrito.
—Esa eres tú — me dice Aarón.
—Me gusta — tomo su mano y camina a donde están con una bolsas que huele delicioso.
—¿La señorita Thompson? — pregunta cuando llego a la ventanilla.
—Esa es mi mujer — dice Aarón, yo solo río y asiento.
—Su orden — me extiende la bolsa.
—Gracias, que tengan linda noche — tomo la orden.
—¡Comida! — grita.
Adentro del auto empezamos a comer, platicamos de lo que hizo con Noor, ella quiso que la llevara a una comprar unos tacones y después la llevo a casa, comió con sus familia, luego vino por mi.
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No somos tan diferentes
RomanceRea y Aarón, ¿por dónde empezar cuándo se trata de ellos? Si bien se sabe que todo empezó por aquel proyecto de química, jamás se esperaron que eso mismo sucediera entre ellos. Aunque quieren llevar su relación de manera amormonica y pacífica no es...