Aarón
Estando ahí viendo su hermosa y preciosa cara, supe que estaba completamente perdido por ella, sus labios son mi adicción, sus pierna un pecado para mi ser y su cariño se a vuelto indispensable en mi vida.
Nos contemplamos unos segundo más y yo registro cada centímetro, sus ojos, su cejas, sus labios, unas cuantas pecas, sus largas pestañas y sus deliciosos labios. Grabo todo en mi cabeza y no cabe duda que para mis ojos es la mujer más perfecta.
—Te amo — es lo único que le puedo decir.
Aunque no hay palabra que exprese lo que realmente la amo, adoro y quiero, porque ella ha sido como un pilar, me sostiene tanto como yo lo hago. Cada beso, cada toque, cada “te amo"; se queda grabado en mi mente. Tampoco creo que exista una palabra que me haga describirla, ninguna es lo suficientemente hermosa.
—Te amo — me da un beso.
Esta vez es diferente, sus labios saben a sinceridad, amor y ternura. Esta vez no hay calentura o deseo.
Ese siempre lo hay.
Eso es demasiado cierto.
—Chicos es hora de regresar — el director no observa a todos lo que estamos por aquí.
Rea baja, toma mi mano entrelazada nuestros dedos y es algo de lo que nunca me voy a cansar. La voy a dejar a su casa de acampar, me toma por mi cuello y me hace bajar para que me susurre algo en mi oído.
—Debes de estar atento a tu celular — me da un beso en la mejilla.
—Lo estaré — sonrió con un idiota.
Cada quien se mete a su casa, el director da un último checo de los alumnos y finalmente se va. A mi me tocó compartir la casa con Sam, Scott y yo, somos tres porque la casa que nos tocó es un poco más pequeña que las otras.
Me acuesto boca arriba, todavía pensando en mi novia. Y como si fuera telepatía me llega su mensaje
Galletita: Sal, ya no hay nadie.
Reviso que los chicos estén durmiendo y están que roncan, río. Salgo de la casa con cuidado, mi vista busca a Rea y esta recargada a un árbol a la derecha de la casa. Camino a ella que me recibe con beso.
—Ven — me toma de la mano.
Confiado en ella la sigo, llegamos a la parte de arriba de las cataratas, en donde el agua cae para formar la cascada. Como en todo el lugar hay demasiados árboles y áreas verdes.
—Bonito lugar — veo hacia el cielo y esta repleto de estrellas.
—Por eso lo escogí — me imita.
Me abraza dejando descansar su cabeza en mi pecho, le doy un beso en la frente y seguimos viendo las estrellas. De un momento a otro empieza a dejar besos donde estaba su cabeza, el roce de sus labios me hace estremecerme y sin control alguno mi cuerpo se empieza a calentar.
Se para de puntitas tomando mi nuca, roza sus labios provocándome, espero un beso en los labios pero no llega. Estoy por protestar cuando los siento en el cuello y sin querer se me sale un gemido.
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No somos tan diferentes
RomanceRea y Aarón, ¿por dónde empezar cuándo se trata de ellos? Si bien se sabe que todo empezó por aquel proyecto de química, jamás se esperaron que eso mismo sucediera entre ellos. Aunque quieren llevar su relación de manera amormonica y pacífica no es...