Capítulo 10: Una noche con ella

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Aarón 

No lo voy a negar, me sorprendió que me viniera a buscar. ¿A ustedes no se les alborota el ritmo cardiaco cuando ven a esa persona? Pues eso me pasa cuando veo a Rea, hace un tiempo la había estado observando — de buena manera —. Y me di cuenta de lo bonita que es. Siempre lo había notado, pero cuando uno pone más atención notas más a detalle cada rasgo.

De un momento a otro no podía dejar de hacerlo, apreciar cada gesto y cada sonrisa que le sacaba Sam. 

Tienes que decirles. 

Callate tu, no te metas en mi narración. 

Bueno, lo diré yo: se sentía celoso MUY celoso de Sam. Bien si, ¿y qué?

También me sentí celoso cuando Carel le dio su numero y cuando el quería que le pasara su contacto. No lo mal interpreten a él le gusta Mariana, pero eso no le quita que sea un coqueto hasta con una mosca.

Y también es tu culpa por no decirle que te gusta Rea, o sea. Código de amigos ¿jelou? 

Si, si. Ya callate. 

Rea camino hacia un hermoso Mustang color azul un poco opaco, pero eso no le quitaba lo bello al coche. Desde pequeño tengo una fascinación por lo autos clásico, de lo clásico nunca se podrán aburrí. Mi favorito siempre será mi Audi.

 —¿Me dirás a dónde iremos? — pregunto cuando subimos al coche . 

—Iremos a un lugar tranquilo.

—Wow, ya ubique ese lugar — me veía con reproche y reí. Encendió el auto y un rugido fascinante a salió de este. 

—¿Sabés? creo que pasare por un pala y un pico para enterrarte de una vez — exclamo mientras maniobraba para salir del lugar donde había aparcado. 

¿Había algo más sexy? 

Nada conciencia, nada. Manejo como por una hora y media. Regularmente serian más horas, pero era de madruga y los semáforos nos ayudaron un poco. 

Supe a donde iremos. Natural bridge, es un mirador de Oregón super bonito. Solo he ido una vez y fue cuando cumplí diez años. Ir ahora, pero con ella de compañía era de lo mejor. 

—Llegamos — apago el auto. 

Dejo el coche abajo, pues no se puede subir con el hasta allá. Caminamos un poco y ella se hizo un chongo para poder ver mejor al caminar, saco su celular y encendió su lampara. 

—Pues me llevara la marea, no habría necesidad de traer un pala — exclame cuando caso llegamos a cima — Te complicás la vida.

—Tienes razón— dijo con arrogancia —. Claro, el chico numero uno, siempre tiene la razón.

—Dejemos los "numero uno" para despues — la otra vez cuando lo mencione, vi que no le agrado mucho.

—Ajam — expreso con simpleza. 

Nos quedamos un poco más abajo antes de llegara la punta de la roca. Había unas piedras grandes que estaba puestas para sentarse, supongo que las personas que estuvieron antes las pusieron para ver el maravilloso lugar. 

Ah si, se me olvido describir el lugar. Es una especie de mirador como lo mencione, pero solo que se apreciar el bello mar. Una de mis cosas favoritas. Era un espacio con demasiados arboles con mucha vegetación. Tiene dos vistas, una queda justo enfrente de las pequeñas olas y otra da a el lado lateral del mar.   

—Ven — tome su mano para ir a sentarnos a las rocas. 

—Es lindo, ¿no? 

 Por favor no digas: "No más que tu"; eso es muy típico. Cambiale, hijo.

No somos tan diferentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora