32

1K 65 1
                                    

Aquella mañana Harry amaneció con molestias. Abrió los ojos de golpe al sentir un dolor en la parte baja del abdomen y respiro con dificultad.
Se estiro para tomar su celular y se sorprendió al ver que eran las once de la mañana, pues él se despertaba siempre a las ocho para despedir a sus cachorras antes de ir al colegio.
Tomo aire con pesadez y se levantó caminando sumamente lento. Pasó por las habitaciones de sus hijas y vio que ninguna estaba allí, por lo cual supuso que ya se habían ido.
Bajo las escaleras y vio una notita en la mesa.

"Mumma no te quisimos despertas porque parecías estar re cansado pero nos vino a buscar papá para ir al cole, nos vemos al medio día te amamos Xx. Lei y Oli".

Sonrió ante el apodo que ya no escuchaba con frecuencia y dejo la notita donde estaba. Cuando iba a ir a la cocina sintió otro tirón pero esta vez el dolor lo hizo gritar y sus ojos se llenaron de lágrimas. Se pegó mentalmente al darse cuenta que había dejado el celular en la habitación per agradeció todavía seguir pagando el servicio fijo.
Camino al teléfono que hace años no usaba y marco el número que sabía de memoria.

-¿Hola?- Louis atendió después del cuarto pitido.- ¿H?-

-Lo-Lou.- Logro pronunciar justo antes de volver a sentir aquel tirón.

-¿Harry? ¿Qué pasa amor? ¿Por qué me llamas por acá?- En su voz se notaba la preocupación.

-Lo-Lou me duele.- Hablo con las lágrimas rodando por sus mejillas.

-Ya voy.- Dijo el ojiazul y se cortó la llamada.

Harry como pudo camino hasta el sillón y se dejó caer abrazándose a su vientre.

-Aguanta cachorro, todavía falta.- Pidió sin voz.

Menos de cinco minutos después la puerta de entrada se abría violentamente y un agitado y asustado Louis corría al interior de la casa.

-Lo-Lou.- Murmuro el rizado al verlo.

-Vamos a la guardia.- Fue lo único que dijo el ojiazul antes de tomarlo en brazos y caminar hasta el auto.

Luego de acomodarlo en el asiento del copiloto y asegurarlo con el cinturón, subió y puso el vehículo en marcha, llegando al hospital en menos de diez minutos.
Nuevamente lo bajo en brazos y entraron a la guardia donde rápidamente los atendieron.

Los dirigieron a ambos a un consultorio un tanto alejado donde rápidamente comenzaron a monitorear al omega.
Louis podía sentir el miedo y el dolor de su omega, le preocupación flotaba en el aire y las lágrimas caían por sus mejillas rojas.
Y Harry además de sentir su propio dolor podía sentir el de Louis y lo estaba matando.
Ningún médico decía nada y ambos morían de nervios. Las feromonas bailaban por la habitación haciendo la tarea aún más difícil.

El omega vio a su alfa temblando a su lado y su corazón se frenó, estiro su mano y tomo la de Louis quien abrió los ojos como platos, pero sin soltarse se acercó más.

-Estas bien, vas a estar bien.- Dijo en su oído y le beso la frente.- Te amo.- Susurro también y Harry sonrió de lado.

Antes de poder contestar un médico hablo.

-Harry.- Dijo el hombre ganándose la atención de ambos.- Es una falsa alarma, está todo bien, no estás en trabajo de parto. El cachorro está perfecto.- Agrego y ambos suspiraron con alivio.

-Pe-pero ¿Por qué le duele tanto? ¿Qué le paso?- Pregunto Louis preocupado.

-Son falsas contracciones, nada de qué preocuparse.- Los dos asintieron.- Vamos a hacer unos estudios más para quedarnos tranquilos pero en un ratito ya se pueden ir.-

-Genial, gracias doctor.- Contesto Harry sonriendo y el hombre imito la mueca ganándose un gruñido de parte del alfa.- Louis, compórtate.- Pidió el omega serio.

-Umm perdón.- Se disculpó algo avergonzado y Harry rio bajito.

Luego de aquello siguieron revisando al omega, tomando su presión, escuchando su corazón, entre otras cosas.

-Bueno ahora te sacamos sangre y ya pueden irse ¿Si?- Dijo el médico y ambos asintieron.- Pero vamos a necesitar ese brazo.- Señalo y lo miraron con confusión.

Cuando bajaron la mirada notaron que aún seguían tomados de las manos y las mejillas de ambos se tornaron rojas. Se separaron rápidamente y el hombre rio antes de desinfectar la zona y clavar la aguja para la extracción.
Harry siseo con dolor y el alfa gruño sobresaltando a todos.

-Lou estoy bien.- Hablo el omega y estiro su mano ofreciéndosela al castaño.

-Perdón, sabes que no lo controlo.- Dijo bajito haciéndolo reír.

Finalmente termino la revisión y los dejaron libres dándole las indicaciones necesarias para seguir hasta el día del parto.
Salieron y subieron al auto en silencio hasta que llegaron a la casa y Harry decidió hablar.

-¿Queres bajar?- Pregunto y Louis asintió nervioso.

-Umm si dale.- Dijo con las mejillas rojas y Harry rio.

Color de Rosas Vol.2 OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora