Tu Toque I Juliantina I Terminada

Descuido

Finalmente, el fin de semana llegó a su fin y pude volver a mi rutina y en solo quince días tendría que pasar por ese terror de volver a visitar mi pasado. Ya debería de estar acostumbrada a ello, pero era una tortura psicológica salir de la comodidad de mi vida, que tan discreta y tranquilamente había preparado para sentir ese torbellino de emociones mientras me quedaba en casa de mi madre. Además de los sentimientos que normalmente eran difíciles de soportar, otros han invadido mi cuerpo y mi mente estos últimos días. Ni siquiera quería empezar a ahondar en esos sueños que tenía que tenían una aparición especial como invitada que no quiero recordar. Definitivamente era la actriz principal, dejando todo y cualquier cosa apoyando mi subconsciente. Cada vez que recordaba todo lo que pasó me enojaba más con ella y con toda la situación. Sé que muchas veces soy grosera, pero la confianza y la petulancia de esa chica me enojaban. ¿Quién se creía que era para responderme así? Mañana John pagaría por lo que me hizo pasar, ya que por él, tuve que pasar por uno de los momentos más embarazosos de mi vida.

Tomé el vuelo de regreso a Nueva York temprano en la mañana y le dije a la oficina que llegaría por la tarde para una reunión con mi cliente. Cuando el avión aterrizó, me dirigí hacia la salida del aeropuerto, y, a pesar de estar enviando mensajes a quienes tenía que enviar y respondiendo correos electrónicos para no perder el tiempo, mi visión estaba en la sala de llegada, que también se usaba como embarque, en ciertos momentos mi mirada tambien iba a  dos sillones de masaje en cierto rincón. Tragué saliva, suspiré y cerré los ojos enojada, pero a la vez caliente. Siempre ese calor que me incomodaba, sobre el que no tenía control ni comprensión, y que se filtraba en mi cuerpo.

Rápidamente me subí al auto que me estaba esperando y les pedí que fueran a mi casa, ya que quería ducharme tranquilamente y cambiarme de ropa. Mi apartamento estaba en una zona exclusiva, elegida por mi difunto padre, quien me ayudó a comprar esta propiedad antes de su fallecimiento. Era un barrio muy rico, con tiendas de marca y cafés de renombre y yo, como era una persona muy reservada, me mantenía en estos alrededores. Creo que si tomé el metro una vez, fue por extrema necesidad. No era algo en lo que pensara mucho o de lo que estuviera orgullosa, pero era mi vida y la tenía bajo control, o al menos eso pensaba.

Se acercaba la hora de la reunión y ya estaba en mi oficina, con papeles e informes en la mano. Tan pronto como llegué, puse a John en su lugar y le dije que esta sería la última vez que le pasaba un error así, ya que había miles de personas que querían el trabajo que él tenía. Le dije que lo valorara y que no me volviera a sorprender con su incompetencia, ya que el mundo esta lleno de ellos, pero dentro de mi oficina yo no tendría ninguno. Bajó la cabeza y me di cuenta que entendió el mensaje. A las doce y cuarto, anunció que había llegado mi cliente.

- Hola, Sr. García. ¿Como esta? Placer. - Extendí mi mano para saludarlo.

- Buenas tardes, señorita Carvajal. El placer es totalmente mío. Me saludó y mantuvo una sonrisa en su rostro. Sabía lo que estaba pensando. Yo era atractiva para ese tipo de hombre. Yo era fría y él quería conquistarme para intentar verme en otra actitud que no fuera ésta, directa y profesional. Pero nadie lo había logrado nunca. Y menos lo iba a lograr un supuesto traficante homicida de mediana edad.

- Siéntese, Sr. García. Tenemos mucho de que hablar.

- Sí. Pero me gustaría decirle que me encantaría que nuestra próxima reunión fuera un poco menos formal. - Había esa mirada repugnante que tanto despreciaba en los hombres que tenían su poder en su dinero. Quería comprar cualquier cosa y a todos a cualquier precio. No quería dinero, ya que tenía la capacidad de ganar el mío, y mucho menos quería hombres asquerosos y babosos a mi alrededor. Podría responder de la misma manera, pero mantendría mi educación y posición para no perder al cliente y así ganar su dinero de otra manera.