Mi problema

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JULIANA POV

A la mierda lo que yo quería. Eso es exactamente lo que estaba pasando ahora. Lo que quería era indiferente, ya que nuevamente me encontraba con la mujer más insoportablemente enloquecedora a mi lado, en un auto de camino a un lugar desconocido. El silencio era absoluto en ese momento, lo que me hacía sentir aún más incómoda. ¿Necesitaba entrar en esto ahora? Estaba bien para mí dar un buen paso en mi vida, yo me iba a ir, me iba a deshacer de toda la basura que era mi vida hasta este momento, pero luego ella llega con el pie en la puerta y su mano en la cara de un pervertido y me hace cuestionar todo lo que me había planeado. Seamos realistas, ¿cómo iba a negarme a ir a algún lugar con ella cuando todo lo que quería era entrar en ese cerebro y averiguar qué estaba pasando allí? Ni siquiera me atrevería a decir que quería entrar a su corazón

- ¿Puedes decirme adónde vamos, Valentina? Le pregunté mientras su rostro se mantenía cerca de la ventana y miraba hacia afuera.

- No no puedo.

- ¿Por?

- Porque todavía estoy tratando de asimilar lo que estoy haciendo.

- ¿Y qué estás haciendo exactamente que sea tan difícil de asimilar? - Ella finalmente me miró, emanando un aire confuso, pero no era imprudente ni nervioso, sino más bien interrogante.

- Estoy aquí, en este auto, con una mujer. Contigo. Y estoy tratando de controlar todas mis ganas de repetir lo que hice en tu clase. - Tragué en seco. Cada vez que afloraba su sinceridad, era duro de entender.

- ¿Y por qué te controlas tanto? - Mi pregunta fue sincera, ya que estaba dispuesta a lidiar con lo que fuera que viniera si ella no se controlaba. ¿Era, que?

- Porque es la primera vez que no quiero tener el control de nada. Y eso me asusta. ¿Me entiendes? - Era como hablar con un niño, que dice lo que piensa y sin filtros. Estaba hermosa y preocupada, me parecía que ella nunca había tenido la opción de hacer algo impulsivo. ¿Qué pasó en el pasado de esta chica? 

- Creo que entiendo. Pero tú tienes el control.

- ¿Lo tengo?

- Sí. Estoy en tu coche, sin que tu chofer tenga idea de adónde me llevas y al mismo tiempo, porque te controlas, me haces controlarme para no poner ese mechón de cabello detrás de tu oreja y hacer espacio para besar todo tu cuello. - Quería provocarla, ya que no sería sola yo completamente perdida en los deseos. Quería verla salir de este personaje tan correcto y asustado. Una sonrisa avergonzada se dibujó en su rostro y se volvió hacia la ventana. Maldita sea, creo que fui demasiado lejos.

- Ya casi llegamos. Su voz era baja y volví a mi posición inicial, mirándome las manos y esperando el destino que Valentina me había preparado.

Nos acercábamos a uno de los barrios más exclusivos de la ciudad y me preguntaba si íbamos a donde yo pensaba que íbamos. Valentina no me parecía  una persona a la que le gustaran los lugares muy concurridos y no se sentía cómoda en ningún ambiente, así que comencé a ponerme tensa con la posibilidad de que íbamos a su casa. Ay Dios. Dame autocontrol y mucha paciencia para lo que sigue.

- Llegamos a su casa, señorita. - la advertencia del conductor confirmó mis pensamientos. Nos dio las gracias y salimos del coche, cada una a un lado. Miré a mi alrededor y traté de imaginar la realidad de esta mujer que ahora caminaba frente a mí hacia un vestíbulo gigantesco de un edificio elegante. Entramos, yo mirando todo y a todos a mi alrededor, porque los edificios en Nueva York que tienen porteros son prácticamente para millonarios. Mi realidad era bastante diferente y eso seguramente sería un problema en algún momento.

Tu Toque I Juliantina I TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora