Gracias

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POV JULIANA

- Hola, Lupita. ¿Podemos conversar? - Inmediatamente su cabeza comenzó a temblar en negación y la vi tratando de alcanzar la puerta para cerrarla, pero la detuve. - Voy a entrar, te guste o no. - Entré en su casa, que incluso parecía bien estructurada, a un lugar tan falto de recursos. Luego cerró la puerta detrás de mí, bloqueando todo lo que pudo. 

- Juliana ... ¿cómo? ¿Qué? Necesitas irte.

- No me iré hasta que me respondas algunas cosas.

- No puedes estar aquí. Dios mío, nos has puesto en peligro.

- ¿Nos he puesto en peligro? - Me río con sarcasmo, viendo que esa visita sería menos sorprendente, un encuentro más nuestro como cualquier otro. - Tienes que estar bromeando, ¿verdad?

- ¿Cómo me encontraste? ¿Quién te dijo que estaba aquí?

- ¿Debes tanto, Lupita? Quizás lo que dijo García sea cierto entonces.

- ¿García? ¿Tú lo viste? - se acercó y tomó mis brazos con fuerza, con rabia en sus ojos - ¡No creas nada de lo que te dijo ese cabrón! Él está mintiendo. - Seguramente su agarre me dejaría marcas.

- ¡Sueltame! Ni siquiera sabes de lo que estoy hablando.

- Claro que lo se. Y ahora podrá terminar lo que empezó. Vete, Juliana. - estaba nerviosa, exaltada.

- ¡No me voy! Necesito respuestas y no me iré hasta que las obtenga.

- No estoy bromeando. ¡Te tienes que ir!

- Me iré después de que me respondas. - Levanté la voz y se dio cuenta de que tenía dos opciones. O me sacaba a la fuerza o me contestaba lo que necesitaba saber y me marcharía. Cerró los ojos y respiró profundamente. Exhaló, todavía temblorosa, y se sentó en el sofá. Me senté en una silla a su lado, con las manos juntas, tratando de disimular mi tensión.

- ¿Qué quieres saber, hija mía?

- No me llames así.

- Pero eres mi hija.

- ¿Lo soy, Lupita? ¿Soy tu hija ahora? Después de todo lo que me has hecho a mí, a mi abuela, a nuestra familia, ¿soy ahora tu hija? No, Lupita. Para ti soy Juliana. - Apreté los dientes mientras la rabia me consumía. No podía soportar todos los recuerdos en mi cabeza. Pero en la mirada de esa mujer, ahora golpeada por el tiempo, por sus elecciones, vi culpa y dolor. Ella bajó la mirada para responderme.

- Está bien, Juliana. ¿Que quieres saber?

- En primer lugar, ¿por qué estás aquí, escondida?

- No puedo hablar.

- Empezamos mal, ¿no? ¿No puedes o no quieres?

- Por favor, Juliana. Te vuelvo a pedir, vuelve a tu vida ...

- ¿QUE VUELVA A MI VIDA? - Me levanté bruscamente de la silla y mi grito la hizo encogerse un poco en el sofá. - ¿Quieres que vuelva a mi vida? ¿Quieres saber como es mi vida? Mi vida se trata de sobrevivir cada día pensando en mi puto pasado, tratando de usar lo que mi abuela, sí, tu madre me enseñó para poder comer y tener un techo donde dormir. Hasta hace poco ni siquiera podía pensar en confiar en alguien porque tenia miedo de que mi existencia no fuera suficiente y que nadie me extrañaría. Porque tú, madre, tú me abandonaste. Me dejaste sola en el mundo. Y no fue solo una vez. Me abandonaste dos veces y la segunda fue para dejarme morir. ¿Sabes lo que eso le hace a la cabeza de alguien? - Vi que sus ojos se llenaban de lágrimas y su respiración se aceleraba. Pero no volvería incluso si una lágrima corría por mi rostro, necesitaba saber el porqué. - ¿No fue así, Lupita? Me dejaste morir frente a ese hospital de mierda, como una pobre cualquiera. A tu propia hija ...

Tu Toque I Juliantina I TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora