Capítulo 10.

1.6K 129 9
                                    

 La cena con Colton al día siguiente había sido algo totalmente increíble para mí, se había portado como todo un caballero y había impresionado hasta a Lucy, quien luego sugirió que si no lo quisiera de novio en serio se lo podía acercar más, por supuesto luego de ello, cuando ya el tío Gregor y Lucy no estaban Colton no perdió tiempo en hacerme saber que era tan solo eso, actuación. Aunque si algo puedo asegurar es que de cierta forma algo de su máscara cayó al dejar ver como puede ser cuando se lo propone.

Pasados los días correspondientes de mi cuenta regresiva, luego de todos los planes que hicieron juntos el tío Gregor, Colton y el padre de Brad para el viaje por fin aguardábamos por el vuelo, Brad estaba notablemente de malhumor y cada vez que Colton no veía este lo fulminaba con la mirada, Lucy y yo aprovechábamos para mirar series por la computadora portátil hasta que por fin llegó la hora y subimos, Lucy decidió sentarse en medio de Colton y de mí así evitando una discusión durante unas cuantas horas.

— ¿Esta helando, puedes por favor dejar de apuntar esa cosa hacia mí? —Rechisté colocándome uno de mis suéteres.

Sonrió divertido y no dijo ni una sola palabra. Ahora que lo recuerdo desde que habíamos subido al auto no me había hablado ni molestado demasiado, estaba actuando extraño. Las siguientes horas se dedicó a mirar por la ventana sin hacer nada más, incluso cuando anocheció no se movió ni para ir al baño.

Cuando Lucy se desabrocho el cinturón y se puso de pie para ir al retrete aproveché la ocasión para colocarme a su lado, tampoco se inmuto y me irritó un poco, porque era más divertido discutir con él a no hacerlo, que para ser franca era muy incómodo.

Coloqué una película en la pantalla del asiento y me coloqué los audífonos, justo antes de empezar a verla una aeromoza pasó entregándome comida, le ofrecí a Colton y este solo negó con la cabeza rechazándome. Deje a un lado ambos paquetes e intenté ver la película, Lucy llegó y logró quedarse dormida en menos de diez minutos, pasaron otros diez y no había prestado nada de atención, me quité rabiosa los audífonos y abrí el paquete con comida y empecé a darle pequeñas mordidas. Miré a Colton de reojo unas cinco veces y seguía observando el cielo como si fuese una obra de teatro súper entretenida.

—Si sigues mirándome tendré que pedirte que te vuelvas a cambiar de lugar, castañita, me incomodas —Susurró sin siquiera moverse.

—Me quedé helada por un segundo y entonces me irrité— ¿Cómo quieres que siquiera no me preocupe? ¡Llevas todo el jodido vuelo sentado allí como una estatua mirando hacia afuera y ni siquiera has comido!

Todos en el vuelo nos miraron, algunos molestos por mis gritos y otros extrañados por el repentino escándalo, la aeromoza cincuentona se acercó y me riñó por perturbar a los demás pasajeros, a todas estas Lucy seguía durmiendo como un bebé, así que de nuevo sin decir nada más tomé mis audífonos y continué la película.

Ya casi estaba acabando cuando Colton volvió a hablarme.

— Terminan juntos —Comentó luego de quitarme un audífono.

— ¿Ya la viste? —Fruncí el ceño extrañada.

—Sí  —Tomó el paquete de comida y comenzó a comer.

— ¿Que te pareció?

— ¿Sabes esas películas en las que dos personas se encuentran y todo aquello y pasan por cosas complejas y parece ser que todo está perdido pero no es así, incluso por encima de la distancia, las familias, las clases sociales…?

—Si —lo corté irritada— ¿Qué con eso?

—Pues, son el reflejo de algo en lo que creo —Susurró.

— ¿Qué crees?

—Hay veces en las que necesitas alguien que llegue por ti, alguien que de alguna manera saque lo mejor de ti, que te encuentre, alguien que esté tan atado a ti que ni siquiera aquello logre separarlos por demasiado tiempo. A veces solo la muerte.

Me quedé boquiabierta ante su confesión, él pareció no darle importancia y pidió una bebida para pasar la cena.

—   Eso… No parece sonar como algo tuyo… —Susurré.

—   Eso es porque no calas dentro de mí lo suficiente como para conocerme bien, eres una persona más del montón —Y allí estaba otra vez Colton.

—   Imbécil —Susurré y este sonrió.

Terminé unas cuantas películas más y Colton jamás volvió a hablar, Lucy al contrario desde que despertó estuvo inquieta todo el vuelo, discutí un par de veces con ella por su constante pataleo hasta que por fin llegamos, tomamos nuestro equipaje de mano y bajamos.

Cuando a través de un botecito de un amigo del tío Gregor llegamos a la cabaña me sentí encantada, había olvidado lo hermoso que era viajar a este lugar, lo relajante y pacifico que se sentía y lo reconfortante que era apartarse unos días del mundo.

—Nos distribuiremos así: Lucy se quedará conmigo, Brad con su padre y Colton con Destiny, me gustaría recalcar que vigilaré que duermas en el sofá muchacho —El tío Gregor le guiñó un ojo y Colton asintió.

De inmediato me sentí mareada y me dirigí a lo que conocía como mi habitación, no recordaba la locura que había cometido hasta ahora, y ahora tendría que dormir en el mismo cuarto que una persona que apenas conozco.

Me recosté un rato y Colton nunca llegó, el sueño me fue ganando y me sumergí en un profundo y placentero dormir, luego de horas de sueño un gemido me despertó a mitad de la noche, encendí la lámpara que se encontraba en la mesa junto a mí y noté que seguía con la ropa del viaje, me restregué los ojos y bostecé y fue entonces cuando noté que Colton se encontraba sentado en el suelo en una esquina, vestido tan solo con bóxers y con la cara empapada de lagrimas, los ojos hinchados y había una botella junto a él vacía. Le miré por unos segundos asustada y el me devolvió la mirada llena de ira, se limpió la cara y se puso de pie de un salto, lo cual me hizo brincar y retroceder con cierto temor, el negó con la cabeza señalando que no me haría daño, se acercó dejando un metro de distancia y me miró con recelo.

—   Necesito que me respondas, Destiny —Gruñó.

—   ¿Qué? —Musité atontada.

—   ¡Maldita sea, quiero respuestas! —Grito fuerte haciéndome estremecer.

—   ¿Respuestas de qué, Colton? —Le miré aterrada, estaba ebrio y muy violento.

—   De todo —Bajó el tono de voz como si no estuviese alterado.

Negué con la cabeza en modo de respuesta y entonces de nuevo brotaron lagrimas de sus ojos, se halaba el cabello frustrado y de vez en cuando daba patadas o puñetazos a cualquier cosa que se le diese la gana, se recostó de la pared agotado y me miró fijo. Tomé valor y me puse de pie, camine lentamente hacia él hasta que solo quedaron algunos centímetros entre nosotros, sus músculos se tensaron y los míos igual.

—   Aléjate —Susurró en modo de súplica.

—   Déjame… ayudar —Le rogué esta vez yo.

—   No puedes —Gruño enfadado.

—   Si que puedo —Le respondí firme.

Rocé con mi dedo índice uno de sus brazos comprobando cómo reaccionaba, se quedó helado un segundo y fue entonces cuando lo decidí, me lancé sobre él y lo rodee con mis brazos, el intentó apartarme pero de inmediato apreté más mi agarre y fue cuando se rindió y empezó a llorar de nuevo, y esta vez también yo lo hice, porque por alguna razón sentía su dolor y lo compartía mientras el me apretaba cada vez más como si nunca jamás hubiese recibido un abrazo y este fuese el más placentero y maravilloso. 

El misterio de nuestro pasado (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora