Capítulo 11.

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No me soltó sino que me condujo hasta la cama y se dejo caer conmigo allí, solté un chillido y él encontró la forma de acomodarse a su preferencia sin soltarme, colocó su cabeza en mi pecho y rozó con su nariz mi cuello. Con ese roce una corriente de electricidad recorría mis venas y todo el resto de mi cuerpo, me producía escalofríos en el mejor de los sentidos, el corazón me latía a mil y al colocar la mano en su pecho noté que tanto el ritmo de su corazón como el de su respiración se habían normalizado, instintivamente acaricie su espalda hasta que se quedó dormido, y entonces me comencé a preguntar que sería aquello capaz de afectar de esa manera Colton y sobretodo que tendría yo que ver con ello.

Él estaba ebrio pero muchas veces había oído que los ebrios decían la verdad, así que yo tenía algo que ver con la situación que tanto lo atormentada y eso me atormentaba a mí a la vez. Pasaron las horas y no había podido conciliar el sueño y fue entonces cuando Colton comenzó a hablar dormido.

—   Mamá, por favor no… —Suplicó desesperado.

Le miré atenta esperando nuevas palabras, pero no llegaron y la expresión de frustración se esfumó y volvió su calma. ¿Así que era algo relacionado con su mamá? Le miré y unas cuantas lágrimas se me escaparon y el pecho se me hundió del dolor, por alguna razón eso me afectaba.

Luego de unos treinta minutos logré caer dormida, sin siquiera moverme o hacer a Colton soltarme, a la mañana siguiente sentí la claridad en mi cara y entonces recordé que había olvidado correr las cortinas, fruncí el ceño y abrí los ojos, me los cubrí con una mano, me di vuelta y cuando lo hice noté que Colton no estaba en la cama, sino sentado en una silla mirándome fijamente con su mayor expresión de concentración y seriedad, al recordar todo lo pasado anoche mi cara cambió y entonces me senté en la cama observándolo a la expectativa.

—   ¿Qué mierda pasó anoche? —Su voz era baja pero intimidante.

—   Me ruboricé y de inmediato el arqueo las cejas— Nada de eso.

—   ¿Entonces? Habla —Estaba notablemente desesperado.

—   Estabas ebrio… —Comencé, la voz me temblaba.

—   Eso ya lo sé, ¿Qué más? —Esta vez fue más dura su voz y entonces me sentí aún más pequeña a su lado.

—   Me preguntaste… Me pediste respuestas.

—   ¿De qué? —Insistió.

—   No lo sé, nunca aclaraste, solo decías “quiero respuestas de todo” y nunca supe que era ese todo.

—   ¿Y?

—   Y eso fue todo —Desvié la mirada.

—   Amanecimos abrazados como si hubiese tenido el sexo más dulce y fructuoso contigo luego de nuestro matrimonio, ¿Qué demonios me ocultas, Destiny? ¡No soy idiota! —Se colocó de pie y dio zancadas hasta llegar a la cama, sentarse en ella y llegar hasta escazos centímetros de mi rostro.

—   Te abracé, lloré contigo —Esta vez fui yo la que alzó la voz— eso.

—   Quedó notablemente impresionado, él no esperaba aquello— ¿Por qué?

—   Porque sentí… Colton, ¿Qué intentas? —Lo fulminé con la mirada.

—   ¿Qué sentiste? —Su voz ronca esta vez reflejaba añoranza y su mirada estaba algo dolida.

—   Sentí como si hubieses hablado de lo que tanto te molesta y duele y yo entendiese eso de una forma natural.

—   ¿Te dije el por qué de mi borrachera?

El misterio de nuestro pasado (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora