Capítulo 14.

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Luego de haber salido por la ventana antes de que la policía llegara y haber tomado el auto por fin me encontraba en la entrada, intentando con la tercera llave del llavero abrir la puerta, fue esta la que funcionó y logré abrir, todas las luces estaban apagadas y me imaginaba por qué, al encenderlas encontré a mi tío sentado en el sofá con una cerveza en la mano, al verme noté sus ojos rojos, había estado llorando, tomó la botella y se la empinó hasta acabar con su contenido.

—   Tío… —Di un paso adelante y este levanto una mano mostrandome la palma y dándome a entender que me detuviese.

—   ¿Cuánto duraste desde que te dije que no siguieras? —Preguntó y su voz se quebró a mitad de la oración.

—   Una semana después inicié de nuevo… —Admití.

—   Colton —Una lágrima se derramó y de inmediato la secó con brusquedad— eres mi hijo, esto me mata, saber que… saber que te arriesgas por allí con cualquier cantidad de delincuentes intentando a ciegas conseguir algo o a alguien que te de pistas… Yo también quiero conseguir al maldito culpable, al que me arrebató a mi hermano con un arma, estoy en ello, lo he estado por años y sé que no he podido conseguir mucho pero lo intento… Yo solo quiero protegerte y sé que me dirás que ya eres mayor que no eres un niño pequeño pero igual eso no quita que me preocupe por ello, te quiero demasiado como para no hacerlo.

—   Me estremecí al escuchar la última oración, odiaba las demostraciones afectuosas— Tío, necesito hacerlo —cerré los ojos y froté mis cienes— no puedo dejar de hacerlo, me sentiría terrible.

—   Por favor, Colton, por favor, te daré lo que quieras, hijo, solo apártate de este mundo, podrías llegar a mancharte las manos de sangre muy pronto, tenemos que investigar a este grupo que le hizo lo que le hizo a la chica a fondo —Fruncí el ceño incrédulo y al notarlo habló rápidamente— por lo menos permíteme buscar a alguien que pueda ayudarte a investigar…

—   En seguida se me iluminó la mirada— ¿ayuda? ¿Si la acepto me dejarás continuar?

—   Solo… Si, está bien pero… debes entrenarte primero mejor, solo prométemelo —Suplicó.

—   Lo prometo, tío —Por fin parecíamos haber llegado a algo, estreché su mano y este me abrazó, al principio me quedé rígido pero luego le respondí.

Me desperté a las cinco a.m soñando con un par de ojos llenos de dulzura que me atormentaban y unos labios que deseaba desesperadamente probar de nuevo, me encontraba lleno de sudor a pesar de solo estar cubierto por mis bóxers y una delgada sábana, me la quité con arrebato y maldije al impulsivamente tomar mi celular y buscar el número de Destiny, llamé y repicó unas tres veces y esta contestó.

—   Destiny —Mi voz se escuchaba solo a medias, suspiré y escuché si respiración al otro lado.

—   Son las cinco de la madrugada… —Susurró.

—   No me interesa —Susurré igualmente.

—   ¿Me despertaste para decirme eso? —Su voz sonaba demasiado calmada como para creerme su enojo fingido.

—   No estabas dormida, estabas pensando al igual que yo que quieres terminar lo que comenzamos en tu habitación.

—   Idiota, creído —Gruñó y no pude evitar reír.

—   Eso es lo que más te gusta de mí, Destiny

—   No me gusta nada de ti —Aunque susurraba podía notar que estaba a la defensiva.

—   Eso explica por qué casi me arrancas la ropa en tu habitación.

—   Colton… —Su tono era de advertencia.

El misterio de nuestro pasado (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora