Capítulo 17.

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Para cuando Nate tocó el timbre yo me encontraba arropada hasta la cabeza tomando una siesta, tocó tantas veces que (extrañamente) logró despertar a Lucy, quien apareció unos segundos después en el umbral de mi puerta gruñendo acompañada de Nate, le sonreí y esta frunció aun más el ceño.

—   No me esperaba encontrarme con esto —Me reprendió señalando con el pulgar a Nate.

—   Tampoco es que luzcas encantadora con esa pijama y se moño alto —Se atrevió a responderle consiguiendo que pusiera los ojos en blanco y se apresurara en sentarse en el borde de mi cama.

—   Escucha, Nate es... algo así como mi nuevo amigo, y viene a ayudarme para mi cita de esta noche —Expliqué frotándome los ojos y bostezando.

—   ¿Le contaste a ese engendro lo que harías esta noche y a mí no? —Dramatizó.

—   Oh, vamos, desde que llegué no has hecho más que dormir —Le resté importancia y entonces contuvo un chillido lleno de indignación.

—   Espero que tu nuevo amigo ayude más que yo —Susurró— me largo —Se colocó de pie y entonces le hizo señas a Nate para que se quitara sin tener que rozar alguna parte de su cuerpo con él.

Se fue dando un portazo y entonces Nate puso los ojos en blanco.

—   Es insufrible, ¿lo sabes? —Tomó asiento y entonces asentí divertida.

—   Ya que has logrado hacer que mi consejera de modas se largase, tendrás que verme desfilar vestidos y decirme cual es el mejor para mi —Me coloqué de pie de un salto y comencé a registrar mi closet.

—   ¿No es un poco... pretencioso para ti decir eso?  —Arqueó una ceja y entonces no pude evitar sonreír.

—   Un poco, pero soy una chica, ¿lo sabes, no? —Asintió y entonces le comencé a aventar vestidos.

—   Escoge uno al azar —Le ordené.

Se tapó ambos ojos con una mano y con otra tomó uno de los vestidos y me lo aventó de vuelta.

—   Entraré al baño, espera acá, nuestra sesión empieza... ahora —Di un portazo al entrar al baño y casi pude percibir como negaba con la cabeza al otro lado.

Una hora más tarde estaba golpeando con mi almohada a Nate frustrada.

—   Eres pésimo consejero de modas —Me quejé sentándome a su lado.

—   Te dije que me gustaba el amarillo —Espetó.

—   Nate —Le llamé divertida.

—   ¿Sí?

—   Sabes que no tengo ningún vestido amarillo, ¿no es así? —Hizo una mueca de confusión y me eche a reír— Debo acudir a la diva o me veré terrible.

—   Oh no —Se llevó una mano al pecho con dramatismo y frunció el ceño.

—   Así es.

Una vez que había convencido a Lucy de que me "perdonase" esta se encontraba sentada en mi habitación, había escogido uno de los más sencillos y me había ayudado con mi cabello, era blanco y de encaje, las mangas se ensanchaban al acabar sueltas en mis muñecas y tenía un escote en la parte de la espalda, lo tenía que haber escogido ella, porque no recordaba haberlo comprado. Sonrió al ver su trabajo y aplaudió.

—   Debo admitir, que te ganó —Le dije a Nate quien tenía bastante rato observando en silencio a Lucy hacer todo su trabajo.

—   ¿A qué hora dijo que venía? —preguntó nuevamente Lucy.

El misterio de nuestro pasado (ESPAÑOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora