Cute Wolf - Bakudeku

38. EL FINAL DE TU VIDA

Llegó el día en que Tomura por fin llegó al pueblo, una vez más a retomar el infierno que había dejado atrás. Fue igual como lo había imaginado desde el día en que dejamos a suerte todo lo que nos llevaría a nuestra propia derrota, no aseguro que hayamos perdido pero tampoco estoy asegurando que ganamos, todo lo que veo es oscuridad casi igual que mi viejo hogar donde vivía con mi querido hermano el cual extraño bastante ahora mismo. 

Aunque odiaba mucho su forma de cuervo, ahora mismo estoy echándola de menos. ¿Donde estará? Ni idea. La oscuridad asume todo. Y yo estoy siendo parte de ella. En esta oscuridad no siento el alma de mis amigos hechiceros, supongo que deben estar mejor que yo y más conscientes de la situación porque, aún no se si estoy vivo o muerto. Estoy aturdido después de un golpe tremendo en la cabeza cuando ese desgraciado derribo un centro comercial sobre mÍ, el estallido fue tremendo, habrían motas de polvo por todos lados y explosiones. 

Aún estando lejos, las llamas del bosque eran inmensas como aquel día del ataque de Tomura. Todo estaba pasando como ese día, casi igual, pero sentía que teníamos algo de ventaja esta vez. Tal vez debí haberlos ayudado mucho más de lo que hice. Quisiera saber si esa ayuda se las puedo dar estando vivo o muerto, porque sigo sin conocer el estado en el que me encuentro.
No pienso rendirme.

A pocas horas del amanecer, descansábamos en la sala de estar con un hechizo de protección alrededor de la cabaña, cualquier enemigo que se acercara sería apuñalado por picos de tierra y aún así el hechizo fallo, la defensa se hizo de manera contraria, cuando el enemigo se acercó a nosotros los picos atravesaron el suelo y las barras de madera de cada pared salieron disparadas partiéndose en pedazos.
En ese momento habíamos despertado cada uno de nosotros.

—¡Agáchense! —Tamaki lanzaba esferas de color morado contra cada pieza que saliera directo a nosotros—. ¡Salgan por debajo!

—Kota toma a Eri y Tokoyami —Ejire me levantaba rápido del suelo mientras con sus puños penetraba el suelo.

Tomé a Eri y ella tomo a Tokoyami que se poso en su hombro.
Las cosas no iban tan bien, Tamaki estaba recibiendo otro tipo de materiales como cemento y barras de metal, todas esas cosas estaban siendo retiradas del pueblo. Era un ataque que incluía a todos, otra vez. 

Espere a la llamada de Ejire y cuando llego entre al agujero que había cavado con sus propios puños, y gracias a eso pudimos salir todos -exepto Tamaki- fuera de la cabaña. En ese momento fue cuando pudimos estar listos para él, nos encontrábamos recién despiertos y con la luz del sol iluminando apenas los árboles. 

Y de repente, Tamaki salió disparado hacia el cielo.

Fue allí cuando el final de la historia del pueblo había comenzado. El final de una historia que había comenzado con una manada de lobos que habitaba en los bosques atacando a humanos. La historia que terminaría con un Shinigami convertido en cazador de criaturas magníficas de varios nombres.

La cabaña en pocos segundos estalló en pedazos. De inmediato nos agachamos y con nuestros brazos cubrimos nuestras cabezas escuchando como barras de madera caían, una fuga de gas provocaba otra explosión más mientras un refrigerador se abría y rebotaba. Vidrios cayendo cercas de nosotros. Algunas cosas que no identificamos habían provocado pequeños rasguños en nuestros brazos descubiertos.
Y un golpe en seco fue lo que nos alarmó.

Me descubrí la cabeza y miré a Tamaki cercas de nosotros, trataba de incorporarse tosiendo sangre.

—¡Iremos por ti!

Entonces, Tomura se hizo presente entre los escombros de mi hogar.

—Hola Kota, es un gusto verte y conocer a tus nuevos compañeros que morirán por ti, ¿no te da algo de nostalgia esta situación? —levitaba, el polvo que se levantaba había enseñado sus pies a un metro del suelo.