Cute Wolf - Bakudeku

1. LUNA NUEVA

KATSUKI BAKUGO.

Los rayos del sol delineaban cortadas hojas de los árboles con poca separación entre ellas, todo esto pasando desde mi departamento del cuarto piso y penúltimo del edificio.
Una gran fila de pinos rodea el pueblo excepto la salida, una carretera que para salir en automóvil serían 2 horas y lograrás salir del pueblo, caminando se hacen 4 horas.
Por suerte hoy no tengo que asistir a clases, pero no tengo ninguna idea de lo que haré el resto del día, tal vez mirar el reloj y como sus manecillas se mueven. 

6:43 a.m.

Sigue siendo temprano. 

6:50 a.m. 

Faltan diez minutos para las siete. 

¿Y si salgo a caminar? No... Hace demasiada calor y solo podré descansar en la parada de los camiones y debajo de algunos árboles.

Las 7 de la mañana y yo viendo por la ventana el sol encima de los árboles, pero sin faltar mi café de las tardes que tuve que adelantar porque no quiero dormirme tan temprano. Demasiado temprano.

Bakugo: Bueno, tengo una chaqueta pero no tengo baterías para mí linterna. —digo para mi mismo dándole un sorbo al café—. Joder, ¿que le eche al café? Tiene demasiado sabor a leche.

Una linterna posa encima del refrigerador y me da una idea. ¿Qué si solo salgo a buscar las baterías que prometí comprar hace dos meses? Ah, suena estúpido. No tengo nada que hacer así que me da igual.

Me coloco la chaqueta que encontré encima del sillón, anoto la marca de las baterías y salgo del departamento.
Creo olvide algo. 

Apagar las luces. 

Abro la puerta y asomo la mano por la orilla para presionar el interruptor. Y con ello, me largo de este aburrido departamento.

Últimamente no han parado de salir aullidos del bosque, debe haber por hay alguna manada de lobos aunque para ser un bosque nunca nadie ha visto un lobo, no podría ser un perro porque ninguno de los que conozco aúlla a la luna y menos de mediodía.
Paso por diferentes casa, un piso o de dos pisos, algunas pintadas y otras no, otras con cercas y algunas otras no, con techo de montaña y otras con techo plano. 

Algunos cuántos se van del pueblo, como mi madre que quiso que la acompañara pero me rehúse , prefiero este pueblo que una ciudad repleta de automóviles. Y también, un lugar lejos de su compañía.

Cuando hace demasiada calor en otros lugares aquí hace por lo menos dos rayas menos y cuando hace poco frío es... cálido. 

Entro a la tienda que veo primero, entro y me acerco a preguntar si tienen la marca que busco.

Señora: Se nos acabaron, debe haber en la que está a cuatro cuadras arriba. —regresa mi trozo de papel.

De acuerdo, debe ser cierto y debe haber en la siguiente.

Señor: Aquí ya no las vendemos —me regresa mi papelito.

De acuerdo. De acuerdo. A la tercera es la vencida.

Señor: No —directo al punto, me regresa mi papelito.

Salgo de la tercera tienda, lo arrugo hasta guardarlo en el bolsillo izquierdo. Joder, ahora tendré que comprar una linterna nueva porque la que tengo parece caducada de década. 

Lo que tengo que hacer para salir de casa. Que maldita maravilla.

Hasta que por fin tengo todo listo para salir, está atardeciendo así que tendré una bonita vista cuando esté en el bosque.
Con mi nueva linterna, miro al bote de basura la antigua.