Jagā

2.8K 368 56
                                    

–Bueno, ¿Cuál era tu nombre?–, pregunto el dios después de un tiempo.

–Enserio me diste el puesto más alto al que se puede aspirar y ni siquiera sabes mi nombre...–, pregunto la chica de forma incrédula.

–Si, no necesitaba tu nombre para saber que me iba a divertir contigo–, declaró el dios.

–No sé si reír o llorar–.

–Llora de la risa así harás ambos–, bromeó el dios.

Los dos habían llegado a Tenochtitlan y bueno era simplemente hermosa, las grandes entradas hechas a mano conducían a las calles, cada una de ellas eran derechas y cuidadas, cada loza colocada con cuidado para seguir con el complejo diseño, algunas calles eran de agua, agua limpia, más limpia que cualquier lago que o rio que haya visto en su otra vida aunque probablemente la contaminación extrema tenga algo que ver, pero eso solo la hacía ver más hermosa, por supuesto que esa ciudad tendría población y era la que más me llamaba la atención, las personas tenían características de animales.

Chicas bastante pero bastante más desarrolladas que Jagā tenían hermosos plumajes, a su lado había chicas bastante menos desarrolladas que parecían ser hiperactivas, también estaban chicas y chicos de apariencia astuta con grandes colmillos y orejas rectas que miraban de mala manera a Jagā, no solo eran ellos los que la miraban mal, de hecho Jagā estaba mirando al suelo con incomodidad.

–¿Quetzalcoatl~sama, es muy necesario que estemos tomados de la mano?–, pregunto la chica avergonzada.

–¿Te molesta?–, pregunto el dios.

–A mi no pero creo a todos los demás si–, respondió la chica de forma incómoda.

–Nah, los colibríes espirituales no te miran mal, solo los quetzales, lobos, monos, águilas, tejones, venados, conejos y serpientes... Olvídalo los colibríes también te miran mal, al parecer estaban demasiado inquietos como para notarte pero bueno ya lo hicieron, esperaba que hubiera más gente en la calle principal–.

–Generalmente la hay pero mañana va a ser el festival–.

–Oh, hablame de eso–.

–Bueno la gente se reúne y baila además de que hay bastante comida, aunque bueno realmente nunca e tenido con quien ir... Usted generalmente se queda en su templo donde las sacerdotisas bailan para usted–.

–Eso suena erótico me hace ver cómo un pervertido, aunque no me molestaría si tú eres la que baila para mí–.

–Quetzalcóatl~sama, no diga cosas como esas–, se quejo Jagā.

–Bien, Jagā tengo una misión para ti–, dije de forma sería mientras que la chica jaguar se puso derecha como si fuera un militar, –Tu misión será llevarme a comer algo delicioso–.

–Pensé que sería algo más serio–.

–Si... No, la verdad no–.

–Esto será largo verdad–.

–Ve el lado bueno, pasarás la eternidad conmigo–, dije con pocas esperanzas, para mis sorpresa Jagā sonrió, su sonrisa era hermosa, sus ojos se cerraban un poco y mostraba sus colmillos.

–Eso no estaría mal, después de todo eres mi primer amigo, ¿No?–.

–Uy, que solo me quiere como amigo dice, ¿Ni siquiera un Dios tiene oportunidad contigo, eh?–.

–¡Ehh!, Pero y-yo... no creo que un Dios se interesará en alguien como yo, además no podríamos, solo soy un espíritu y eres el Dios más grande que existe–.

–Bueno, tu eres la chica gato más hermosa que eh visto y me agradas así que...–.

–Quetzalcóatl~sama, se que le gusta bromear y eso pero por favor no lo haga dónde tantas personas pueden oírlo o me van a terminar odiando todos–.

–No importa lo que piensen los demás, además no hay manera en la que deje que pongan un solo dedo en ti, tu eres mía–.

La chica gato se sonrojo mientras tartamudeaba su defensa, no le gustaba... Todavía, simplemente no trataba bien con las multitudes y bueno está hablando de un tema algo nuevo para ella enfrente de muchas personas que la miraban mal, sus miradas pararon cuando los voltea ver pero curiosamente las quetzales trataron de coquetear conmigo... Si no creo que funcione, solo me atrae una persona si tengo un vínculo con ella y la única que parece medianamente aceptable es Jagā, supongo que el poder te hace estar con gente poderosa pero si no hay nadie con tu poder te hace estar solo, bueno supongo que en ese caso seremos la niña gato y yo contra el mundo.

–Jagā ya que me tomaste de la mano deberías dirigirme hacia la comida–, la chica gato volvió a murmurar mientras me jalaba suavemente de la mano y nos dirigimos hacia una calle secundaria, espero que la comida también parezca de un sueño.





 

Quetzalcóatl un dios en dxdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora