El inicio del final

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El pie del dios impacto en el rostro de la bestia logrando que está soltará las cadenas que detenían la ciudad, la bestia retrocedió por el impacto y fue arrojado hacia el suelo dejando un gran cráter de ceniza y piedra volcánica creada por la energía liberada con el impacto.

Quetzalcóatl aterrizó con gracia dentro de ese cráter, dando pequeños saltos mientras estiraba sus brazos, el calentamiento era una parte importante del entrenamiento y hace mucho que no usaba su cuerpo al límite, este día era único... Esperemos que sea único para bien.

La bestia se levantó sobre sus dos patas traceras imitando la forma en la que caminaría un homínido, soltó un grito de furia y se lanzo con fuerza hacia el Dios estirando su brazo para tratar de tomarlo, el Dios simplemente se tiro al suelo de espaldas mientras levantaba sus pies y pateaba la cara de su enemigo impulsando se para dar una media vuelta, la bestia volvió a ser derribada mientras que el dios se giraba para verlo fijamente, normalmente es golpe la abría arrancado la cabeza a un Dios menor y esa cosa apenas había caído por unos segundos antes de levantarse, definitivamente no se había hecho más débil.

La bestia se levantó y con velocidad se acerco a mi posición, se lanzó de la misma forma que un león se lanzaría hacia una gacela, su boca abierta revelaba varias decenas de dientes que Quetzalcóatl tuvo que esquivar saltando hacia atrás pero la bestia no se dió por vencida y siguió  persiguiéndolo, esa cosa era más lenta que el dios pero la diferencia no era mucha, además había pasado algo raro cuando lo había golpeado, una sensación de ardor e incomodidad al ver cómo su rostro se volvía grumoso antes de volver a su estado original.

La bestia seguía dando saltos mientras trataba de atrapar al dios sin dejar de atacar, con cada intento sus ataques se acercaban cada ves más al objetivo pero esto había sido notado por el dios que estaba preparando un contraataque, necesitaba que la energía sobrante del portal se dispersara o su aura podría volver a abrir un portal, además está bestia no estaba usando poderes mágicos apesar de que su reserva era casi infinita, estaba luchando como un animal siendo guiado únicamente por su instinto.

Recordaba el comportamiento de este ser de su batalla anterior, este ser evolucionaba mientras más daño le hacían, cada golpe lo hacía más fuerte y cada estrategia la copiaba, era una suerte de que su memoria se haya reseteado después de su primer combate o la ciudad hubiera sido destruida, en conclusión debía detenerlo hasta que la energía del portal se dispersara y luego acabar con esto lo más rápido posible.

El rostro de la bestia cambio casi imperceptiblemente cuando salto con más fuerza pero su salto no se dirigió a mi, se dirigió hacia el lugar donde estaría después de esquivarlo, aterricé rápidamente y me agache para esquivar sus garras y aprovechando su posición lance mi puño hacia su rostro.

La sangre empezó a gotear, la Bestia había empezado a evolucionar, mi puño se encontró con una superficie increíblemente dura y caliente además la bestia apenas había retrocedido, sus piernas se habían anclado en el suelo sujetándola y manteniéndola firme, el suelo se había destruido pero había logrado absorber el impacto, la criatura aprovecho el momento para lazar un ataque que no había esquivado del todo, su garras habían cortado mi mejilla.

La bestia estaba evolucionando increíblemente rápido, solo la había golpeado tres veces en el rostro y su estructura había cambiado para proteger esa zona y había empezado a predecir movimientos, la energía del portal casi se había dispersado, lo mejor sería alejarme y dejar que me siga, en el mar podré usar mi poder sin temor a abrir alguno de los portales.

Lleve rápidamente dos de mis dedos a la boca y silbe con toda mi fuerza, la bestia se cubrió los oídos, su pongo que es su culpa tener oídos sencibles aún que podía comprender lo después de todo había estado sellado millones de años, aproveche su apertura para atacarlo, me moví con rapidez y derrape para quedar de rodillas frente a la bestia, apreté mis puños y con fuerza los golpeé con fuerza en  las rodillas de la criatura haciendo que está gritara en dolor cuando sus articulaciones se doblaron hacia atrás, Quetzalcóatl era un dios con conocimiento médico pero incluso sin conocimiento uno podría adivinar que las piernas estaban rotas, sin embargo el castigo no había terminado, Quetzalcóatl tomo con fuerza las rodillas apretando las mientras se levantaba y empezaba a girar, podía sentir la burbujeante piel de la bestia probablemente cambiando para sanar sus heridas y evitar que sufra los mismos daños.

Los brazos de la bestia empezaron a crecer en un intento de alcanzar al dios que simplemente arrojó a la bestia al cielo y salto detrás de el, estaba apunto de alcanzar a la bestia en el aire cuando una gran bola de fuego choco contra la bestia lanzandola hacia el suelo, Quetzalcóatl sujeto la bola de fuego y se subió en ella, el fuego empezó a dispersarse revelando una criatura alada increíblemente grande, una función entre un ave y un reptil, una bestia de un mundo primitivo.

El dios golpeó suavemente a la criatura que empezó a volar entre las nubes a grandes velocidades, podía ver a la criatura levantándose del suelo, sus patas traseras eran más gruesas y parecían estar cubiertas de un exoesqueleto además de que tenía unas alas de murciélago en sus espaldas, el Dios miro a su mascota voladora y vio que entre su pelaje estaba su antiguo escudo y su macuahuitl, nunca pensó que las necesitará usar en alguien que no fuera Tezcatlipoca.










Quetzalcóatl un dios en dxdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora