Fracaso

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Jagā estaba animada, el baile era perfecto y sentía que su cuerpo y alma eran uno con los de su amigo, era perfecto y quería que durará para siempre, para su desgracia el primer baile acabo y Miko literalmente la empujó para bailar la siguiente canción con Quetzalcóatl, se sentía enojada, no eso era quedarse corto, estaba furiosa y los celos la estaban matando, más cuando Miko recostó su cabeza en el cuello de Quetzalcóatl y empezó a bailar increíblemente pegada a el, simplemente era imposible que la dejara pasar, lamentablemente no podía hacer nada.

–Quetzalcoatl-sama, nunca lo había visto bailar–, susurro la sacerdotisa.

–B-bueno en realidad no soy de bailes–, se escudo el Dios.

–Si se nota que te gusta la chica gata–, dijo con algo de celos?.

–Si definitivamente lo hace, es un alivio que no le haya dado el poder de sentir las emociones, sería vergonzoso el hecho de que sintiera lo que siento por ella–.

–Oh... ¿Entonces no quieres que sienta tu lujuria?–, se burló la sacerdotisa.

–No soy lujurioso, simplemente admiro mi creación–, explico el Dios.

–Debería besarla, sus besos se sienten tan bien que son capaces de enamorar a quien sea–, susurro Miko con algo de lujuria en su voz.

–Sabes que lo nuestro fue algo de solo una noche–, hablo tranquilamente el Dios.

–Si, aunque fue más que una sola noche, me gustó ser el escape para sus deseos impuros, después de todo una sacerdotisa tiene el deber de ayudar a su Dios–, después de decir eso último la pareja permaneció en silencio y siguieron bailando hasta el final de la canción donde Miko se separó del Dios y fue relevada por Aiza.

Miko se acercó a las demás sacerdotisas mientras reía amargamente para si misma, no podía creer que Quetzalcóatl se hubiera enamorado, después de todo lo que a pasado se enamoro, alguien curo su corazón y no fue ella y todo eso paso de un día al otro, incluso los Dioses no podían escapar de su destino.

Jagā la estaba mirando con furia y ella simplemente le sonreí con burla, por lo menos haría sufrir un poco a la chica, aunque al final terminaría protegiendo la relación de su señor, no importa que no fuera ella y no importa que fuera Jagā o cualquier otra.

–Vaya Jagā no pensé que fueras celosa, ¿Acaso no estás segura de tus posibilidades?, No te culpó Quetzalcóatl Sama esta en una liga diferente a cualquier persona–.

–Suficiente Miko–, justo cuando Jagā iba a responder la antigua sacerdotisa hablo con fuerza silenciando a las dos sacerdotisas, en general las personas temían y obedecían a Quetzalcóatl más que a cualquiera pero las sacerdotisas lo conocían lo suficiente para conocer su carácter demasiado bondadoso por lo que empezaron a hacer sus caprichos, entonces la sacerdotisa más antigua les dió una valiosa lección y un fuerte trauma, desde entonces las sacerdotisas la obedecían sin dudar.

Miko se puso rígida y levanto sus manos, –Tranquila, solo seguía el plan–.

–Todavía no dicen cuál es el plan–, recalcó Jagā

–Y no lo haremos o puedes arruinarlo, puede que seas la dueña de su corazón pero nosotras la conocemos mucho más de lo que tú lo haces, el plan fue sencillo... Hacemos que su subconsciente se obsesione con una predeterminada idea y se verá forzado a cumplir se deseo y hasta que lo cumpla será una manía–.

(No entendí), pensó Jagā con tristeza.

–En palabras fáciles, un día Miko quería un helado así que empezo a hablar sobre helados, se suponía que ese día iba a meditar, estuvo una hora hablando de helados y viajo más de 100km para traer helado para todas–.

–Lastima que su helado se cayó en mi cuerpo, aunque aún así lo comió–, hablo Miko mientras le guiñaba un ojo Jagā que simplemente se tenso ante el comentario.

–Miko ya deja de bromear, el plan va resultando, el siguiente paso es el pastel, está partido en rebanadas exactas para que falte uno, Jagā tienes que ser la última en tomar un pedazo y dejar que Quetzalcóatl-sama no tome nada y luego....

El baile había llegado a una pausa en la que los espíritus volverían a comer y beber, nada de alcohol por si acaso, nadie quería arruinar este evento, además el propio ambiente era casi embriagante, la felicidad era palpable.

El pastel se sirvió en la mesa principal y Quetzalcóatl salto como un niño mimado corrió y rápidamente tomo uno de los pedazos de pastel, Miko dejo que las demás tomarán su porción y le fue a hacer caras bonitas a Quetzalcóatl quien terminó dándole su porción, Miko lo beso en la comisura de sus labios mientras se alejaba del Dios, eso definitivamente puso furiosa a Jagā que trato de seguir con el plan pero por andar maldiciendo a Miko se le olvidó que tenía que dejar la mitad del pastel para poder alimentar y coquetear con Quetzalcóatl, definitivamente quería mostrarle el poder de los espíritus guerreros a esa pu... sacerdotisa.

Quetzalcóatl un dios en dxdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora