Ansorm

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Hace mucho hubo una noticia impactante, un niño fue encontrado en la deriva del mar en las costas Mexicanas, no había señal de alguna de familiares o amigos ni de algún accidente a mar abierto, el chico poseía joyas de un valor muy alto además de ser increíblemente lindo para su edad además se creía que era extranjero no solo por su apariencia de ojos naturalmente rojos, sus cabellos de oro y su pálida tez sino también por qué hablo perfectamente con el grupo de extranjeros que lo encontró.

La noticia como tal sería difícil de seguir en este punto pero el chico termino llendo a la embajada sueca en México eso claro después de recibir algunos exámenes y tratamientos médicos pertinentes, afortunadamente el chico rebosaba de una salud magnífica junto a un ánimo impecable, solo había un problema, el chico no tenía ningún tipo de recuerdo ni siquiera su propio nombre.

Aún así el chico sabía algunas cosas de el mismo, le gustaban las serpientes, le gustaba la carne y el chocolate, comía bastante picante y por alguna extraña razón parecía tener conocimientos algo dudosos sobre algunas civilizaciones prehispánicas, nada importante para su caso pero almenos no era una pared en blanco.

Lo único que tenía eran las joyas que bien podrían servirle para tener una vida bastante cómoda pero con su edad y su aspecto era probable que no durará mucho solo, no ayudaba que este país era bastante conocido por el extraño hábito que tenía la gente de desaparecer o suicidarse con ayuda de algún tercero, no había rastro de familiares, así que con la prensa y la presión de la embajada sueca el gobierno mexicano no tuvo más opción que actuar como el chico bueno y desearle lo mejor al chico además de ofrecer su ayuda a los suecos en la búsqueda de sus familiares.

Hasta este momento el chico había desaparecido del foco público pero no paso mucho tiempo hasta que regreso de golpe cuando Mathias Kamprad
hijo de Ingvar Kamprad decidió adoptar al chico, el bastante misterioso y multimillonario dueño de IKEA solamente aclaro que tenía la edad, el tiempo y el deseo de ser padre además de que el chico probablemente sería blanco de algunos oportunistas además el gobierno sueco no haría fácil su adopción conciderado la situación económica del niño.

Así fue como después de acabar con el molesto papeleo había un nuevo heredero de la fortuna Kamprad, uno que desapareció del ojo público por bastante tiempo.

Mathias había dejado su agenda libre y empezó a interactuar con su nuevo hijo que realmente parecía estar bien, los psicólogos habían acordado que no se podía llegar a estar triste por algo que no recordaba, quizás frustrado pero el ánimo del chico era bastante positivo, además   el viejo Ingvar pasaba sus tardes de jubilado junto a su nuevo nieto, su padre parecía sorprendido el chico podía hablar fácilmente unos cinco idiomas con total naturalidad, era carismático como ninguno y tenía un don con los instrumentos clásicos, sabía con casi total seguridad que el chico provenía de una familia rica y ahora estaba implícito que había recibido una educación modelo lo que hacía aún mas increíble que no apareciera algún familiar suyo.

Justo ahora el chico estaba jugando con su piano mientras leía algunas partituras que su padre le había comprado,   había logrado tener una buena amistad con su abuelo y lo había ayudado con su enfermedad, lo notaba un poco pálido así que había preparado un té que supuestamente lo ayudaría y bueno parecía haber funcionado así que ahora le ayudaba a relajarse mientras escuchaba las suaves melodías del instrumento.

La melodía fue interrumpida cuando su padre entro a la habitación, una sonrisa se exhibía en su rostro, –Okey, Mathias Jr no fue la mejor idea pero estoy seguro que de gustara este nombre... Edward Kramprad–.

–Mmm, padre realmente no eres bueno con los nombres–, susurro el chico haciendo que el abuelo riera con ganas.

–Vamos, ni siquiera me has dicho que nombre te gusta–, se quejo el adulto.

–Bueno, me gustan las serpientes pero dudo que me puedas nombrar como pitón aeborea... Quizás un nombre vikingo como el del abuelo podría funcionar–, concluyó el chico sin realmente aportar mucho al progreso de su nombre.

–Podrías hacer un nombre único, creo que sería lo más apropiado conociendóte, bueno quizás Ansgar podría encargar–, aporto el mayor.

–¿Que significa?–, pregunto Mathias.

–Algo así como lanza de dios–.

–Me gusta pero quiero algo más único–.

–Hahaha, a este paso vas a terminar con un nombre que signifique dios serpiente–, bromeó el padre adoptivo.

–Me gusta, sería algo así como Ansorm... Tiene cierto encantó–, concluyó el chico.

–Secundo la idea–, aprobó el abuelo.

–Están bromeando, ¿Cierto?–.

Quetzalcóatl un dios en dxdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora