35: amenaza

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No te muevas.



Sujetaba el cuchillo acercándolo peligrosamente a mi barbilla. Obedecí sin cuestionarle.


De pronto... presionó un paño contra mi boca, e inmediatamente sentí como empezaba a marearme en respuesta a cualquiera que fuera la sustancia química que me forzó a inhalar. Se me entumecieron las piernas, y en un abrir y cerrar de ojos me encontré a mi misma envuelta en una oscuridad total.




Los ojos del hombre siguieron mi silueta mientras me desplomaba en el suelo. Entonces sacó su móvil de los grandes bolsillos de su abrigo, marcando un número.




—Sí —asintió, contestando a la voz elegante detrás del altavoz.





Tengo a Min Soojung.





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Mi visión se reenfocó en una figura oscura, de la cual su sombra se cernía sobre mí. Sus ojos eran de un penetrante gris, y su cabello estaba esmeradamente dividido hacia un lado... espera, ¡yo he visto a este hombre antes! 



—Tú... la tienda... —No podía hablar adecuadamente debido al punzante dolor de cabeza que se extendía por todo mi cuerpo.




Entonces se me pasó por la mente que esto era un secuestro. Mierda. Me vinieron a la cabeza imágenes de documentales que había visto, dejándome muda. Esos secuestros no eran repugnantes, eran espeluznantes, uno incluso incluía una escena donde cortaban los dedos para enviárselos a la familia y pedir un rescate.




Cuanto más lo observaba más raro me parecía. No solo iba bien vestido, también estaba arreglado... lo que me daba escalofríos. Podría ser de ese tipo de gente fetichista, como aquel cerdo que conocí hace no mucho que pedía a chicas jóvenes sus calcetines usados. Estaba casi segura de que tenía fantasías como esas.





Así que cuando se acercó a mí, empecé a tener pensamientos salvajes.






—Como me violes voy a escupirte en la cara —le dije.







Pestañeó una vez. Luego dos... y después se echó a reír.





—Creo que has malinterpretado algo. Ni siquiera estás atada... simplemente quédate aquí sin hacer ruido hasta que te suelte —me indicó, volviendo de nuevo a su habitual actitud. Lo observé detenidamente mientras marcaba el número de alguien en su teléfono.





—Jungkook... —murmuré para mis adentros.







—¿Dónde estás...?






<NARRA JUNGKOOK>





—¿Qué quieres decir con que la tienes? ¡¿Dónde está?! —Mi corazón se encontró con una imperiosa perdición y un eterno pavor. Se sintió como si alguien estuviera ahogándome a la vez que me quitaba el corazón y lo lanzaba al suelo.




—Si quieres que la libere entonces ves a Londres... es tan simple como eso, Jungkook. No te molestes en llamar a la policía, ya sabes que tengo a todos comprados... —la persuasiva voz del otro lado del teléfono resonó en mis oídos, provocando una chispa de pánico dentro de mí.





—No le estarás haciendo daño, ¿verdad? —El temor se convirtió en ira.





Todo depende de ti. Si vas a Londres no le pasará nada.





—Eso significa que no volveré a ver a Soojung nunca más —Mi corazón empezó a resquebrajarse—. Con solo pensar eso me derrumbo.





—Es todo por tu propio bien... y el suyo también. Solo súbete al avión que reservamos esta noche y todo ira bien.






—... De acuerdo —Cerré los ojos—. Suéltala...







Iré a Londres.

RIVALS || jjk. (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora