36: separados

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Que... ¡¿Qué quieres decir con que se va a Londres?! —Inmediatamente lo agarré por los hombros, sacudiéndolo enérgicamente. Contraatacó empujándome, y un dolor punzante atravesó mi tobillo cuando toqué el suelo.




—Como he dicho. Después de que el avión despegue la dejaré libre. No vale la pena. Ya se ha ido de su vida... Señorita Soojung.




Se me llenaron los ojos de lágrimas. ¿Qué pasaba con la promesa que me hizo de no dejarme nunca? ¿Fue una mentira? ¿Nuestra relación fue solo una... mentira? 




No, Soojung. No puedes.




No debería dejar que me consuman los pensamientos negativos... tengo que ser fuerte, más todavía cuando me están dando en mi punto débil. No era una damisela en apuros, esperando a que viniera el príncipe azul a rescatarla; era mi propia heroína. Sabía que era más capaz de lo que pensaba, así que pensé detenidamente.



Patada giratoria. Cuarenta y cinco grados a la izquierda, luego darse la vuelta y abalanzarse. Probablemente no fuera la técnica correcta, pero fue suficiente para que Jungkook se desmayara. Caminé despacio hacia él cuando estaba distraído y... le di en la sien con toda la fuerza de mi pierna. Se desplomó como una rama de un árbol, dejándome deleitada.




Entonces procedí a cogerle las llaves de sus pantalones de satén negros. Antes de abrir la puerta, comprobé su pulso para ver si estaba vivo. No me malinterpretéis... quería noquearlo, no matarlo. Esto se podía interpretar como defensa propia... ¿Verdad?



El sitio en el que estaba era un almacén abandonado con una pequeña carretera cercana. Afortunadamente para mí, había algunos coches que pasaban por delante. Corrí hacia uno de ellos, un Toyota, y lo llamé; para mi sorpresa paró por mí.



—Por favor, lléveme al aeropuerto. Haré lo que sea para pagarle... Así que, ¡por favor! —le supliqué al conductor.




El conductor era una mujer bajita con algunas arrugas alrededor de los ojos, probablemente no tuviera más de cincuenta años. Vestía una camiseta básica y unos pantalones cortos. La mujer examinó mi expresión desesperada, y con un gesto me indicó que entrara.



—Sea cual sea la razón que tengas ya puede ser buena —esbozó una sonrisa radiante, arrancando el coche.



Ahora que... ¿Deberíamos ir a toda velocidad?

RIVALS || jjk. (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora