39: cheque

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Casi al instante Jungkook metió mi cuerpo debajo de las sabanas, por lo que me agarré a su abdomen bajo. 



¿Qué ocurre? —preguntó mientras se estiraba para coger un libro despreocupadamente.




No es nada, señor. Las cámaras han captado a un intruso, y quería comprobar si está... bien... —el mayordomo entrecerró los ojos al ver el bulto bajo las sábanas, evidentemente causado por mi voluminoso cuerpo.



Jungkook me empujo más abajo de su cuerpo... con mi cara acabando enterrada en su p*lla.


—Tenía frío, así que cogí un par de mantas de más, por si te lo estás preguntando —Jungkook dio unas palmadas a mi nalga que es la parte más grande de mi cuerpo. Oh dios, voy a matarle.



No mucho después de eso, se soltó una bomba química bajo las sabanas.


—Bien —el mayordomo echó un segundo vistazo antes de irse de la habitación. Inmediatamente salté de la cama e inspiré el aire fresco.


—¿Acabas de tirarte un pedo en mi cara? —le lancé dagas con los ojos, y él sonrió tímidamente.



He comido judías esta mañana —explicó Jungkook, desviando la mirada. Tosí.


Da las gracias porque haya venido a salvar tu culo apestoso. Vámonos —indiqué, y Jungkook me lanzó una sonrisa adorable.



—¿Oh? Parece ser que eres mi princesa de brillante armadura —plantó un beso en mi mejilla, acariciándome un poco con la nariz. Empecé a arreglarme la ropa correctamente y salí, aparentando ser una criada a su servicio. Mientras pasaba por un grupo de sirvientas, noté que sus ojos miraban con deseo a Jungkook. Tal vez había estado demasiado tiempo rodeada por él para entender lo apuesto que era en realidad, sobre todo con traje.


¿Has visto al heredero? Es muy apuesto —murmuraron entre ellas, con la voz tapada por sus risas. Automáticamente mis ojos subieron hasta el apuesto Jungkook, y casi de inmediato... mi corazón se detuvo, una sensación que no había sentido desde hacía mucho tiempo.


¿Qué te pasa? ¿Estás mala? —puso una palma sobre mi mejilla, acariciándola suavemente. Sacudí la cabeza para responder con un "no". Sus ojos brillaron con alivio.




—¿Qué creéis que estáis haciendo?



Ambos giramos nuestras cabezas hacia el que parecía ser el gerente del servicio, a juzgar por la insignia en su bolsillo derecho. Su voz era fría y firme.

RIVALS || jjk. (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora