RIVALS || jjk. (Traducción)

22: pillados

—Genial —murmuré para mis adentros con un claro tono de frustración en la voz, dando un puñetazo contra la puerta cerrada del sótano.

—Sí, genial —Jungkook se inclinó por detrás de mí, apoyando ambas manos en la puerta y rodeando mi pequeña figura con sus brazos. Ugh, claramente estaba disfrutando de esto. Intenté mantener la compostura mientras sentía sus brazos a ambos lados de mi cuello, su cálido aliento golpeaba contra mi oreja—. Estamos solos, Soojung... escuchemos la respuesta a mi confesión.

Mi rostro se transformó en evidente vergüenza; Jungkook sonrió un poco al ver mi reacción, antes de liberarme de su agarre y tirarse al suelo.

—Ven aquí —palmeó la zona entre sus muslos, indicando que me acurrucara cómodamente con él; y por algún tipo de razón, me encontré a mí misma siguiendo su orden. Me atrapó en un firme abrazo con sus brazos a mi alrededor, pareciendo sentir el calor de mi cuerpo. A medida que apoyaba la espalda contra su pecho, pudía sentir el rápido latir de su corazón.

—Tu corazón late muy fuerte —le informé en un intento de ponerle nervioso. Como pensaba, un rubor rosa atravesó sus mejillas mientras escondía su expresión, enterrando su cara en mi espalda.

—¿De quién es la culpa? —contestó, besando la piel desnuda de mi cuello con dulzura.

Habían pasado unos instantes antes de darme cuenta de que Jungkook empezó a succionar rigurosamente mi piel, creando marcas por todo mi cuello.

—E-espera, ¡van a ver los chupetones! —me giré hacia él mientras agarraba su brazo que estaba alrededor de mi cuerpo.

—¿Oh...? —sonrió una vez más, ladeando la cabeza hacia un lado—. Entonces te besaré en sitios donde no los puedan ver —dijo, antes de aflojar mi corbata, por lo que mi clavícula quedaba expuesta. Mientras me examinaba, inmediatamente sus ojos se centraron en lo poco que estaba expuesto de mi sujetador, y tragó saliva.

—¿Qué ocurre? —fue mi turno para dedicarle una sonrisa burlona, sabiendo que había dejado de actuar como un chico malo y revelado su lado inocente. Apartó sus ojos tímidamente y apretó mi corbata correctamente. Y justo en ese momento... me distraje por una repentina gota de líquido bajando por el interior de mis muslos, y me invadió el temor—. J-Jungkook... —le envié una señal de auxilio con los ojos tan abiertos como platos. Al principio era evidente que estaba confundido... pero lo entendió después de agarrarme la parte inferior de mi abdomen. Me acaba de bajar la regla.

Mientras estaba en estado de pánico, Jungkook liberó mi cuerpo de su agarre y se levantó; luego se quitó la camiseta lentamente, provocando que su pelo se despeinara por la acción. Mientras tanto, disfrutaba de las vistas que me ofrecía su torso desnudo mientras ponía la camiseta del revés.

—Ponte esto, puede que te cubra un poco —dejó caerse junto a mí, poniéndome la camiseta por encima de la cabeza y bajándola hasta abajo.

Y como era de esperar: la camiseta acabó llegándome hasta la mitad de los muslos. Jungkook me sonrió dulcemente, arrastrándome de nuevo a la posición en la que estábamos antes.

—Tengo frío —dijo con naturalidad, usándolo de excusa para abrazarme más fuerte. Mi corazón se aceleró... «Puedo oler su aroma masculino», pensé mientras enterraba la cara en su pecho desnudo. Me estrechó contra él, antes de separarse para plantar un fogoso beso en mis labios. Le devolví el beso voluntariamente, deslizando las manos por su pecho y sintiendo como exhalaba profundamente. Jungkook aventuró su lengua en mi boca, besándome como nunca antes—. Date prisa y dime que sí... Quiero que seas mía —susurró en mis sensibles oídos, poniéndome la piel de gallina.

Mientras Jungkook se inclinaba hacia mi cuello en un intento por marcar de nuevo su territorio, me tiró al suelo, cubriéndome con su pecho reluciente de sudor. Se podían escuchar las respiraciones suaves que dejaban escapar sus ahora enrojecidos labios... «Oh Dios, tengo la regla», me recordé a mí misma mientras contemplaba el hambre en sus ojos. Justo cuando se acercó a mis labios para plantar otro beso, el sonido de la cerradura de la puerta pausó nuestras acciones, y todo se detuvo.

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Nota de la autora: para próximo contenido exclusivo id a mi cuenta de inkitt, link en mi bio.