20: sabanas

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Me voy a sentar a su lado —declaró Jimin con una sonrisa cómplice, de vez en cuando mirando a Jungkook que estaba a mi lado con cara de pocos amigos. Una cosa era estar involucrada en un triángulo amoroso, ¿pero qué se peleen por ti dos tíos tremendamente atractivos? Caray, aquel ejercicio de glúteos debe haber funcionado.





—Adelante, siéntate pues... —repuso Jungkook mientras se inclinaba hacia la ventana, con un destello juguetón en los ojos—. Así mi bebé puede venir y sentarse mejor aquí —continuó, palmeando su regazo con una sonrisa engreída. Esto causó que me atragantara con mi propia saliva, tratando de asimilar las palabras de Jungkook mientras él me sonreía victorioso.





«¿Ahora soy una protagonista femenina?», pensé para mí misma, pasándome la mano por la cara. Esto no es como me lo había imaginado... se suponía que en la excursión iba a aprovechar el tiempo para estudiar mientras Jungledoo se distraía con otros asuntos... ¿o tenía que ser justo así? Una sonrisa burlona se asomó por mis labios, y tiré de Jimin hacia abajo para que se sentara en mi regazo.





—Si va a ser así, puedes sentarte encima de mí —retuve a Jimin, y un color rojo escarlata atravesó al instante sus mejillas. Apartó los ojos de la tela de mi falda que cubría mis muslos desnudos, obviamente haciendo todo lo posible para esconder su reacción. Pero su felicidad duró poco, Jungkook tiró de él hasta sentarlo en su regazo como yo había esperado.







Oh mira, el autobús se está moviendo, no deberíais levantaros —sonreí con satisfacción para mi misma mientras ambos me miraban boquiabiertos. Mis ojos se desviaron al otro lado, ignorando su pequeña pelea mientras se estrujaban para caber los dos en un solo asiento.







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—¿Qué cojones ha sido eso? —escuché la voz de Jungkook detrás de mí mientras intentaba recoger las sabanas esparcidas por el suelo. Me habían dado la labor de preparar las camas para los cuartos de los chicos antes de nuestro viaje, pero mi rival decidió joderlo todo, otra vez. Me hice la sueca y continué doblando las sabanas juntas, ignorando sus balbuceos descaradamente.





Lunares. Rayas. Pequeñaja. Número dos —malhumorado me dibujó el número dos en la espalda, viéndome hacer todo el trabajo. Hice todo lo posible por esconder mi sonrisa mientras aplanaba con las manos las arrugas de las sabanas y tarareaba una canción—. ¿En serio no vas a responderme? —enterró la cara en mi espalada, apretándome firmemente. Sentí como sus palabras ablandaban mi corazón mientras sus brazos se aferraban a mí como un niño pequeño, demandando atención. No Soojung, no puedes...









... Te quiero —susurró en mi oreja, y me congelé. Mientras mis mejillas se teñían de un rosa fluorescente, sentí como me flaqueaban las piernas, lo que hizo que aterrizara en su pecho, y Jungkook me atrapó entre sus brazos, estrechándome con su cuerpo.







Oh, Dios. Contuve los gritos en mi garganta mientras le sostenía la mirada. Sus labios entreabiertos se curvaron en una sonrisa arrogante mientras observaba mi reacción agitada, el placer era evidente en sus ojos. Antes de que pudiera tan siquiera empezar a procesar la situación, nuestros rostros ya estaban acercándose con lentitud, cada vez más cerca, hasta que se escucharon unos pasos desde el otro lado de la puerta. No me tomó mucho tiempo darme cuenta de que estaba a solas con un hombre en una habitación llena de camas.





Jungkook me tiró sobre la cama de un empujón, cubriendo nuestros cuerpos con las sabanas justo cuando la horda de chicos entró en la habitación. La proximidad de nuestros cuerpos hizo que me sonaran las alarmas, y mi respiración fuera casi inexistente. Jungkook se aprovechó de eso y me besó, sus labios succionaron afectivamente los míos, así como también el resto del oxígeno que me quedaba.





—¿Ya hay alguien durmiendo? —oigo las voces amortiguadas a través de las sabanas. Jungkook presiona mi cara contra su fornido pecho, asomándose para saludar a los recién llegados. Mientras se aferra a mí, noto como su mano se desliza hacia mis muslos desnudos de una manera sensual.





Ahora no puedo dormir, voy a estar pensando en mi chica toda la noche —responde, y puedo escuchar la sonrisa en su voz.





Un audible jadeo salió de mi boca al oír sus palabras, y él se escondió debajo de las sabanas de nuevo. Luego presionó sus labios contra los míos para silenciarme, besándome con insaciable lujuria y hambre. Las voces al otro lado de las sabanas empezaron a disiparse; ahora estaba centrada completamente en la habilidad con la que estaba moldeando mis labios con los suyos, y aunque odiara admitirlo, Jungkook era excelente besando.





Cuando me aparté para recuperar el aliento empezó a dejar pequeños e íntimos besos en mi mandíbula y bajando por mi cuello y acercándose poco a poco a mi clavícula donde succionó profundamente para dejar un chupetón. 









—Jungkook... —me agarré a su manga con fuerza, cayendo presa de sus caricias que me volvían rematadamente loca.


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Nota de la autora: si Jungkook y Jimin fueran un tentempié, entonces serian Juanito Pops y Chimmy Chips*


*Aquí la autora hace como un juego de palabras, sinceramente no sé por qué a los ingleses les hace tanta gracia el nombre de Juanito. Con Juanito Pops supongo que se refiere a palomitas y con Chimmy Chips a patatas fritas. (lo aclaro por si alguien no lo había entendido, pero tampoco tiene mucho misterio el asunto)



RIVALS || jjk. (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora