Capítulo 1

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El salón principal del lujoso hotel se llenaba de risas y murmullos mientras los invitados más distinguidos de la ciudad se reunían para celebrar el último éxito de la empresa Éclat Cosmetics. La luz de las lámparas de araña reflejaba destellos en las copas de cristal fino que adornaban las mesas, cada una decorada con arreglos florales exquisitos.

Abbie, radiante en un vestido de diseñador que rivalizaba con las flores en esplendor, caminaba entre los invitados, su sonrisa iluminando la habitación más que cualquier lustre. A su lado, Sebastián, impecable en un traje a medida, saludaba a los asistentes con la gracia de quien está acostumbrado a estar en el centro de la atención.

Entre los invitados, se podían ver rostros familiares de la alta sociedad y personalidades influyentes del mundo de los negocios. Las conversaciones giraban en torno al último lanzamiento de la empresa de cosméticos de la joven pareja, el cual había conquistado mercados internacionales y establecido nuevos estándares en la industria.

El aroma de la comida gourmet y el tintineo constante de las copas brindando por el éxito llenaban el aire, creando una atmósfera de celebración y anticipación por lo que el futuro aún tenía reservado para la feliz pareja.

Desde que contrajeron matrimonio tras su espléndida boda, Sebastián transfirió la propiedad de una empresa a nombre de su esposa. Ella, con sus vastos conocimientos en negocios, supo aprovechar la oportunidad y expandió la empresa de manera impresionante, mucho más rápido de lo que él había imaginado. Juntos, lograron un éxito rotundo y avanzaron a pasos agigantados. Sebastián estaba satisfecho de no haberse equivocado al elegirla.

La conoció en la universidad, donde quedó cautivado a primera vista por su belleza incomparable. Desde el primer instante, Sebastián se dio cuenta de que ella era realmente atractiva. Sus ojos almendrados, envidiados por muchas, y su cabello negro, que destacaba en cualquier multitud, acentuaba su figura provocadora y sensual. El magnate se sentía afortunado por haberla conquistado. Además de su belleza, ella era extraordinariamente inteligente, lo cual fue clave para el éxito de su matrimonio y de la empresa. 

Sebastián era el epítome del éxito y la elegancia. A sus 38 años, había logrado amasar una fortuna considerable, situándose entre los empresarios más influyentes del mundo. Con una altura imponente de 1.88 metros y una constitución atlética, su presencia era difícil de ignorar. Su cabello oscuro y perfectamente peinado siempre parecía en su lugar, y sus ojos azul profundo, inteligentes y perspicaces, no dejaban escapar ningún detalle.

El magnate vestía con una sofisticación impecable. Prefería trajes hechos a medida de los mejores diseñadores, generalmente en tonos oscuros que complementaban su aire de autoridad y confianza. Sus camisas de seda y corbatas de diseñador completaban un look que hablaba de poder y refinamiento. Su reloj de pulsera, una pieza exclusiva de Patek Philippe, brillaba discretamente en su muñeca, señal de su gusto por el lujo sin necesidad de ostentación.

Más allá de su apariencia impecable, Sebastián tenía una actitud que lo hacía aún más atractivo. Su voz era profunda y modulada, y sabía exactamente cómo usarla para comandar una sala o seducir a su interlocutor. Su carisma era natural; era el tipo de persona que podía mantener una conversación fluida sobre cualquier tema, desde negocios internacionales hasta arte renacentista.

A pesar de su éxito y riqueza, Sebastián no era ajeno al trabajo duro. Había comenzado su carrera desde cero, escalando posiciones con tenacidad y visión estratégica. Su imperio incluía desde bienes raíces hasta inversiones tecnológicas, y su habilidad para anticipar tendencias lo mantenía siempre un paso adelante de la competencia.

En su tiempo libre, disfrutaba de actividades exclusivas como el polo y la navegación en su yate privado, "Elysium". Era conocido en los círculos sociales por su generosidad y por organizar eventos benéficos que recaudaban millones para causas nobles. Sin embargo, detrás de su fachada de magnate invencible, había una profundidad emocional que pocos conocían. Era un hombre de principios, con una lealtad feroz hacia aquellos que amaba y una pasión por la vida que lo impulsaba a seguir conquistando nuevos horizontes.

La Amante de Mi MaridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora