La tarde estaba en su apogeo, el sol ya comenzaba a caer lentamente, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. Karina, agotada pero satisfecha después de un día de trabajo extenuante, sintió una vibración en su bolsillo mientras cerraba su computadora portátil. Sacó su teléfono y notó una notificación. Era un mensaje del portero, quien le informaba que había un paquete grande esperándola en la recepción de su edificio. La curiosidad empezó a arremolinarse en su mente. Se preguntó qué podría ser, considerando que no recordaba haber pedido nada recientemente. Su corazón latió un poco más rápido al imaginar las posibilidades.
Sin perder tiempo, Karina recogió sus cosas, apagó las luces de la oficina y salió rumbo a su apartamento. Durante el trayecto, no podía dejar de pensar en el misterioso paquete. A medida que el ascensor ascendía lentamente, su mente divagaba entre múltiples escenarios, desde una sorpresa inocente hasta un gesto significativo. Finalmente, cuando las puertas se abrieron, apresuró el paso hacia la recepción.
Al llegar, sus ojos se abrieron de par en par al ver lo que la esperaba. En el aparcamiento, bajo las luces que hacían brillar su carrocería, se encontraba un elegante coche deportivo, de un rojo profundo que parecía absorber la luz a su alrededor. El vehículo relucía con un esplendor que casi la dejó sin aliento. Era un coche que llamaba la atención, no solo por su diseño impecable sino también por lo que representaba. A su lado, una pequeña tarjeta estaba colocada cuidadosamente en el parabrisas, destacándose con una caligrafía delicada y estilizada.
**"Para la mejor amante, con cariño. - Abbie**
Karina sintió que su respiración se detenía por un instante. Una oleada de emociones la invadió: sorpresa, asombro, y una intensa confusión. El regalo era más que impresionante; era un gesto que desbordaba generosidad, pero también la envolvía en una incómoda sensación de sobrecogimiento. Mientras intentaba procesar lo que veía frente a ella, su móvil vibró en su mano, sacándola de su ensimismamiento. Miró la pantalla, y su corazón dio un vuelco al ver el nombre de Abbie.
Con manos temblorosas, contestó la llamada, su voz apenas se contenía por la mezcla de emociones que bullían en su interior.
—Hola, Abbie... estoy... —las palabras parecían no poder salir—. Estoy sin palabras. ¿Fuiste tú quien envió esto?
—Sí, fui yo —respondió Abbie, y su voz sonaba cálida, tranquila, como si acabara de realizar un gesto cotidiano y no una sorpresa monumental—. Espero que te haya gustado.
Karina intentó articular su gratitud, pero las palabras se le atoraban en la garganta. Antes de que pudiera decir algo coherente, Abbie la interrumpió con suavidad.
—Me alegra que te haya sorprendido —continuó Abbie, y Karina pudo casi visualizar la sonrisa en sus labios—. Pero debo colgar ahora, tengo mucho trabajo que terminar. Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?
—¿Pero qué...? —Karina intentó protestar, necesitaba decirle tantas cosas, pero la llamada ya había terminado, dejándola en un desconcertante silencio.
Aún en estado de shock, Karina permaneció inmóvil, sus ojos recorrían cada línea del coche que tenía frente a ella. La brillante pintura, las llantas impecables, el interior de cuero visible a través de las ventanas... Todo era perfecto, casi demasiado perfecto, como si perteneciera a un sueño del que no quisiera despertar. Sentía cómo una mezcla de emoción, incredulidad y un toque de ansiedad la invadía. Este regalo, por majestuoso que fuera, era un símbolo potente de la relación que compartía con Abbie, una relación que ahora se revelaba ante ella con un peso que no había anticipado.
En su mente, comenzaron a surgir preguntas que la inquietaban. ¿Qué significaba realmente ese coche? ¿Era solo un gesto de agradecimiento, o había algo más profundo y serio detrás? Mientras contemplaba la posibilidad de que ese regalo fuera una señal de cuán seria y comprometida era Abbie, también se dio cuenta de que estaba en un punto crucial de su relación, un punto en el que debía reflexionar sobre lo que realmente quería y esperaba de ella.
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La Amante de Mi Marido
DragosteEl deseo se apodera de ella cuando la descubre, una seductora rubia que no solo transforma su vida, sino que lo hace de una manera inquietante. Esta mujer hermosa oculta un secreto insólito, uno que despierta una obsesión peligrosa. La protagonista...