— Puedes venir ahora.
¿Escuché bien? ¿La misma persona que me había respondido de forma tan fría ahora me invitaba a su apartamento? ¡¿A entrar en su apartamento?!
— Bueno, supongo que es tarde y quieres dormir. Será otro-
— ¡No, espera un minuto! ¿lo dices en serio? —grité exasperado.
— ¿Por qué bromearía contigo? Es en serio.
Ni siquiera le contesté. Salí disparado a la puerta, me puse zapatos y salí para tocar enseguida su timbre. A los pocos segundos abrió e hizo un ademán para que pasara, fue ahí cuando caí en cuenta de lo apresurado que salí sin siquiera contestarle.
— Disculpa la intromisión...
— Puedes dejar ahí tus zapatos.
Señaló el genkan* y, dicho eso, caminó entre pilas de cajas y aparatos que debido a la oscuridad (y mi ignorancia sobre artilugios científicos) no sabía qué eran. Su apartamento en cuanto estructura era exactamente igual al mío, pero en vista de espejo; en cuanto a decoración... difería bastante. Mientras que yo prefería el estilo minimalista con tonalidades blancas, negras y grises, su espacio estaba saturado de aparatos, planos, pizarrones y sustancias de dudosa procedencia, siendo el único lugar despejado un sofá y la cocina.
A pesar de no tener ninguna luz encendida, el camino hacia el balcón estaba visible por el par de lámparas en el segundo piso que, gracias a la arquitectura de cielo abierto, me guiaron hasta el telescopio a salvo. Si nuestros apartamentos eran iguales, entonces ¿para qué utilizaba la segunda habitación? Suponiendo que una la destinaría para dormir.
— Ten cuidado de no tropezar con los cables y procura no tocar nada.
Asentí aunque él me estaba dando la espalda, pues estaba calibrando el telescopio en su computadora. Me coloqué detrás de él y me di cuenta de que éramos más o menos de la misma estatura (sin contar su cabello que lo hacía ver considerablemente más alto, claro). Bajé la mirada y contemplé su cintura; era delgado, pero no tanto como yo. Al parecer a ninguno nos gusta ejercitarnos.
— No debes tener más años que yo —mencioné después de rato—. ¿Cuántos tienes? ¿20? ¿Cómo puedes costearte todo esto?
— Hmm sí, tengo 20... Y han sido regalos de Byakuya —¿me pasas el desarmador? —, financiamiento de la universidad y con el dinero que he ganado en concursos... —respondió mientras daba los toques finales.
Era tres años menor y tenía un laboratorio que no envidia para nada el de la universidad. Y pensar que casi reprobaba física en la secundaría...
— ¡Bien, está listo!
Senku-chan observó a través de la lente y pude notar su creciente emoción, el brillo de sus ojos escarlata delataron la fascinación que sentía en ese momento por su logro. Me recordó a mí hace un par de años, cuando pasaba horas y horas leyendo libros sobre psicología y magia.
Estaba tan sumergido observándolo que no anticipé cuando tomó mi codo y me acercó hacia él, colocándome a la altura de la lente del telescopio. No sé si fue su toque repentino o si fue la maravilla de contemplar por primera vez la luna de forma tan detallada, pero mi ritmo cardiaco comenzó a acelerarse instantáneamente.
— Es genial, ¿cierto? Este nuevo telescopio me permite ver todo con mejor calidad —sonrió de oreja a oreja—. ¡Podrías ver una hormiga caminando por la superficie al diez mil millones por ciento!
Alejé el rostro de la lente y dirigí mi vista hacía el chico que estaba exaltado junto a mí, ambos sonriendo de la misma forma pero por distintos motivos. Me resultó curioso que hacía apenas 10 minutos mantuvimos una conversación superficial y yo estaba del otro lado de la pared. Sólo di el primer paso con el pie izquierdo, me dije. Senku-chan es, en realidad, una persona bastante alegre y agradable.
— Creo que nunca hubiera tenido una oportunidad como esta. ¡Entiendo tu emoción, Senku-chan! Efectivamente, la luna es muy hermosa, incluso más de cerca. Supongo que por esto estudias astrofísica —le dije mientras sosteníamos la mirada en el otro.
— Sí, iré a la luna —confirmó—. En un par de años cuando vuelvan a reclutar astronautas me aseguraré de tener un lugar.
Sus palabras mostraban total determinación y no dudé que pudiera lograrlo, aunque lo conozco prácticamente nada. Continúo calibrando el telescopio y en cada nuevo ajuste me invitó a ver a través del lente, soltando a la vez datos aleatorios sobre sus cráteres y otras cosas que con trabajo entendía.
Y me quedé ahí, escuchándolo, aunque ya pasaba de la media noche y sólo me quedaban 4 horas para dormir. Pero cuando me despedí explicando que tendría trabajo en pocas horas y Senku-chan me invitó de nuevo a su apartamento cuando tuviera oportunidad, supe que valió totalmente la pena.
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*Genkan es el espacio que se encuentra en la entrada de las casas u otros lugares, destinada principalmente a quitarse los zapatos antes de pasar.
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Hierba Mora/SenGen
FanfictionExisten cinco significados para la Hierba Mora -o solanum nigrum, como prefieras llamarle- en el lenguaje de las flores: falsedad, pensamientos oscuros, hechicería, brujería y escepticismo. Y por ello, se convirtió en la flor predilecta de Asagiri G...