Entré detrás de él y tomé asiento a su lado frente a la barra. Ni siquiera tuve opción de leer el menú, pues Senku le pidió al cocinero dos ordenes de "lo mismo de siempre".
— Supongo que vienes aquí con frecuencia ¿con amigos, tal vez?
— Si y no. Venía con Byakuya, ahora solo pido para llevar.
Byakuya era el padre de Senku al que nunca había visto pues Senku-chan vivía solo, muy probablemente desde que ingresó a la universidad cómo era lo común. Nos sirvieron entonces nuestros platos de ramen y él esperó pacientemente a que diera el primer sorbo, pues no dió indicios de tomar los palillos hasta que yo lo hice.
— ¡Es delicioso, Senku-chan! —exclamé, mientras él sonreía y asentía a manera de aprobación—. Señor, ¿puede darme una coca cola?
El cocinero repitió mi pedido y segundos después uno de los meseros me la dio.
— El lugar es pequeño, pero es bastante bueno —dio un sorbo y continúo—: Antes de que Byakuya se fuera pidió bastantes raciones para llevarlas con él. Tuve que liofilizarla* antes, por supuesto.
— ¿Dónde está ahora?
Señaló el techo. No, en realidad quería señalar más arriba, pues Byakuya estaba de misión en el espacio, la estación espacial internacional específicamente. Asentí y bebí un trago de la soda helada, contrastando bastante las temperaturas con el calor que había dejado atrás el ramen. Una combinación perfecta, debo decir.
— Esto me trae buenos recuerdos, sobre aquella ocasión en la que después de muuuchos años comí ramen. No era tan bueno como este —estaba amargo y glutinoso—, pero lo peor fue que no tuve una coca cola para acompañar, era un total desastre.
— Kukuku ¿Es eso un buen recuerdo? —preguntó divertido ante tal contradicción.
— Por el contexto, sí, lo es —contesté con una sonrisa nostálgica.
Comimos el resto sin hablar, disfrutando de la calidez y sabor de ese plato, pero más allá de eso, disfrutaba tener la compañía de Senku-chan. Incluso profundizando todavía más, saber que Senku-chan me permitió entrar más en su círculo de confianza al invitarme a este lugar donde sólo él y su padre frecuentaban, fue lo que alimentó la alegría en mi pecho.
Por supuesto, desde un inicio sabía que pretendía invitarme a cenar como pago al prestarle mi ayuda, no se necesita ser un genio para intuirlo cuando estas fuera de un local de comida. Quizás fue mi pregunta mal estructurada la que hizo creerle que no entendí la situación.
Habiendo terminado, salimos del local y nos topamos con que nevaba. Fuimos directo al auto, pero ese pequeño trayecto fue suficiente para que nuestra ropa se humedeciera, por lo que encendí la calefacción.
— Ah... —suspiré—. Debí revisar el clima antes de salir. Me alegra haber tomado la decisión de ir por mi auto, sino estaríamos en un graaan problema fufufu, ¿cierto? Sen...
Senku detuvo su mano en seco. Había extendido su brazo hasta mi cara y tenía la punta de sus dedos a un par de centímetros de mi mejilla. La proximidad hizo que la temperatura de mi rostro se elevara bastante y por mero reflejo me aparté súbitamente, golpeándome contra la ventana.
— Mentalista idiota, sólo quería quitarte la nieve que tenías en el cabello.
Bajó su brazo y se acomodó devuelta en el asiento. Llevé mi mano hasta mi cabello que ahora se encontraba húmedo, quedándome en la misma posición por un largo rato hasta que Senku preguntó:
— ¿Nos vamos?
— ¡Ah, sí!
Me coloqué el cinturón, encendí el motor y arranqué. ¿Por qué me era tan complicado mantenerme impasible frente a Senku? Durante todo el trayecto manejé como si estuviera en piloto automático mientras pensaba en paralelo la respuesta a esa pregunta. En mi vida me he topado con mucha gente, algunas más perspicaces que otras han sido capaces de descifrar que la persona que muestro frente al resto no es la verdadera.
Siempre trato de ocultar mis emociones al grado de pasar largos periodos con una sonrisa imperturbable, sin permitir que los otros vean cómo me siento realmente o intuyan lo que pienso. No podría hacerme llamar mentalista si no pudiera tener el propio control de mi mente y mis emociones, pero con Senku no es así.
— ¿Qué tanto piensas que aún no te has dado cuenta de que llegamos desde hace 4 minutos y 27 segundos?
Su voz, lejos de sonar inquisitiva, era bastante serena.
— En alguna ocasión leí el origen de la palabra persona**, hito en nuestro idioma. Pensaba en que le venía bastante bien el significado, eso es todo —me volví hacía él y le sonreí ampliamente, cambiando el semblante que tenía hace unos segundos—. Esas cajas no se moverán solas, Senku-chan~. Vayamos rápido antes de sentir más frío y deba pedirte un abrazo para recuperar mi calor corporal~.
— Necesitarías estar completamente desnudo en la calle hasta que tu temperatura descendiera a menos de 35°, y eso con las condiciones actuales te tomaría-
— No estoy entendiendo nada, Senku-chan~ —le interrumpí abriendo la puerta—. Mis manos y cerebro se están congelando fufufu.
⁜⁜⁜
Me costó bastante llevar el material hasta su departamento, pues además de la poca fuerza que tenía en los brazos debido al entumecimiento, mis piernas también estaban flaqueando por el frío. Sin saber cómo nos las arreglamos, las cajas llegaron sanas y salvas a su destino.
— Por cierto ¿por qué tomaste este material de la universidad? —le pregunté mientras me sentaba cómodamente en su sala, calentando mis manos con mi boca.
— Tengo un acuerdo con ellos, me prestan instrumentos que son absurdamente costosos para mi bolsillo, a cambio tienen el prestigio por los premios que he ganado.
— Es un trato bastante razonable fufufu.
La calidez de la habitación, producto de las máquinas que despedían calor, provocaron que mi cuerpo comenzara a relajarse, entrando en un estado de sopor más y más denso...
— ¿Vas a dormirte en el sofá?
Me sobresaltó su voz y el movimiento que ocasionó al sentarse junto a mí. Iba a ponerme de pie para salir de su apartamento, cuando reparé en que a mi lado había una manta perfectamente doblada. Senku tenía la cabeza reclinada en el respaldo mientras cubría sus ojos con el antebrazo, en algún punto vistió su bata de laboratorio regresando a la imagen de siempre.
— ¿Esa manta es para mí? ¡Que amable de tu parte, Senku-chan! —le agradecí mientras la desdoblaba poco a poco, era lo suficientemente grande para cubrirnos a ambos, por lo que la coloqué de tal manera que nos cubría las piernas—. Pero supongo que preferías darme esto a tener que abrazarme~.
No respondió, ¿se había quedado dormido? Quizás solo estaba descansando un momento, sino no habría motivo por cual se puso la bata. Debatiéndome entre si regresar a mi apartamento o aceptar su oferta no dicha y pasar la noche con él, mis párpados cada vez más pesados tomaron la decisión.
Estaba entre dormido y despierto, cuando Senku preguntó:
— ¿Qué significa persona?
— Máscara...
Respondí con apenas un susurro, y me quedé dormido.
-----
Nota:
* La liofilización es una técnica de conservación de alimentos que consiste en congelar el producto y posteriormente remover el hielo por sublimación, aplicando calor en condiciones de vacío (tal como se muestra en el anime/manga cuando hacen maruchan xD).
** Persona proviene del latín persōna, que significa 'máscara de actor' o 'personaje teatral', y este del etrusco phersu, que a su vez viene del griego πρόσωπον (prósōpon), que traduce precisamente 'máscara'. Persona, pues, se refiere a la máscara que se ponían los actores griegos o romanos en las representaciones teatrales, y que contaba con una bocina para darle mayor resonancia a la voz, de modo que llegara a todos los espectadores. De allí que muchas veces se profundice sobre su significado en un sentido filosófico y se diga que ser persona es representar un rol ante el mundo, en la sociedad, así como tener voz ().
En una clase nos dieron la etimología de persona, lo cual me pareció bastante interesante. Me parece que la personalidad de Gen pone en énfasis este significado, por lo que sí o sí tenía que ponerlo, aunque tuve que improvisar bastante ya que, como sabemos, ellos hablan japonés y el kanji de persona (人 hito) tiene un significado diferente.
ESTÁS LEYENDO
Hierba Mora/SenGen
FanfictionExisten cinco significados para la Hierba Mora -o solanum nigrum, como prefieras llamarle- en el lenguaje de las flores: falsedad, pensamientos oscuros, hechicería, brujería y escepticismo. Y por ello, se convirtió en la flor predilecta de Asagiri G...