Existen cinco significados para la Hierba Mora -o solanum nigrum, como prefieras llamarle- en el lenguaje de las flores: falsedad, pensamientos oscuros, hechicería, brujería y escepticismo. Y por ello, se convirtió en la flor predilecta de Asagiri G...
Atención: a partir de este capítulo habrán spoilers del manga (capítulo 189 al 202), pues tomo algunos diálogos tal cual. Sin embargo, agregué algunas variaciones que tienen relación con la presente historia. Trataré de no mencionar cosas relevantes de la historia original (pero en este capítulo no será el caso :'v). Espero que lo disfruten 😊
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Contra todo pronóstico apenas y habíamos logrado escapar de Stanley, pero si Xeno estaba con nosotros sólo podría significar que ganamos una batalla, más no la guerra. Llegamos al origen de la petrificación con los días justos para idear un plan y así poder vencerlo. Oh, Senku-chan... no sé si recordarle que tiene pésima suerte cada vez que algo iba mal hizo que ésta empeorara. Estábamos contra reloj, y el viejo Kaseki no podía restaurar la medusa.
Frenéticos porque el tiempo se había terminado, vimos cómo cada uno de los nuestros fueron cayendo tras recibir múltiples impactos de bala. Stanley había llegado y no pretendía dejar vivo a nadie, sobre todo a Senku.
Taiju estaba decidido a contenerlo para regalarle hasta el último segundo a Kaseki...
Un fuerte estruendo y, segundos después, cayó junto a mí bañado en sangre. La realidad me golpeó en el rostro; el enemigo no solo era el hombre del Why, los humanos... los humanos somos los peores.
— Taiju... Despiértate~ —le supliqué con voz trémula—. No puedes engañar a un mentiroso... ¿No se suponía que eras invencible? No importaba el golpe que recibieras... Tu siempre te ponías de pie de nuevo... ¿No es verdad, Taiju?
Quería mentirme a mi mismo. Quería creer que todo lo que estaba viviendo en ese momento era un sueño, pero las lagrimas que caían tibias sobre mis manos que estaban sobre su pecho conteniendo las heridas, me dijeron que no lo era.
Después fue Ryusui.
Esta masacre no terminaba y no tuve mejor alternativa que elevar una bandera blanca pidiendo alto al fuego. Pensé que sería preferible ser sus prisioneros a que nos asesinaran a todos, en especial a Senku. Si él moría, la ciencia creada para el bien de la humanidad moriría con él, dejando al mundo bajo la tiranía de Xeno.
Rompí un pedazo de mi ropa, la até a un palo y la elevé con la esperanza de que Stanley la viera. Pero estaba corrompido por la ira... Disparó hacia la bandera improvisada, convirtiéndola en jirones.
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Al menos, ver ese comportamiento me dio una idea: la comunicación entre sus aliados se había visto interrumpida por lo que no planeaban negociar con nosotros. Solamente quedábamos en pie Kaseki, Chrome, Senku y yo con la única certeza de que Kohaku y los demás habían cumplido su misión. Corrí hasta Senku, contándole lo que había deducido.
— ¡Cierto! Eso significa que tal vez seamos los únicos que tenemos ondas de radio ahora mismo—dijo Chrome.
— Sí. En ese caso... — confirmé, quedando frente a Senku.
