Caminé y caminé sin rumbo, esperando si mis pies protestarían debido al cansancio o si sería mi cuerpo exigiendo dormir. Ocurrió lo primero, poco después del alba. Hice una parada en el rio para tomar un baño, el agua helada contrajo mis músculos adoloridos y eliminó todo rastro de sueño. Alcancé dos piedras igualmente frías y las coloqué sobre mis ojos, no sería suficiente para contrarrestar las ojeras que cada día se oscurecían más, pero serviría de algo.
No quería regresar a la aldea, al menos no ese día, a sabiendas de que cierta persona iba a reprenderme por ausentarme del trabajo. Estaba dispuesto a buscar cualquier excusa, pero ninguna se me ocurrió, era como si el área de mi cerebro encargada de crear mentiras estuviera en blanco. Bueno, bastaría con decir la verdad, no esperaba que me castigaran o algo. Tomé mi ropa, me vestí y reanudé mi viaje a ningún lugar.
La ansiedad desde la noche anterior iba a venía. ¿A qué le tengo miedo? no encontraba respuesta y eso me estaba cansando. Como máximo, comprendía que lo sucedido con Luna me irritó, pero ¿era para tanto? Un día estaba rebosante de seguridad y alegría, creyéndome que la posibilidad de enamorar a Senku era totalmente factible reforzándolo con la actitud que él había adoptado. Y al otro, todo se esfumó.
Me volví frágil, despreocupado en mi actuar, sintiendo las emociones al máximo para luego dejarme caer en picada en lo que se convirtió en una montaña rusa. Si así era el inicio, no me imaginaba el desenlace.
No quería volver profecía aquel sueño que tuve, donde la despedida era inminente.
Donde ni siquiera lo intenté
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Gen...
Gen...
— ¡Gen!
Desperté sorprendido, unos enormes ojos azules me miraban a pocos centímetros de mi cara, mientras sacudía por última vez mis hombros para hacerme responder.
— Pensé que estabas muerto ¿Qué no me escuchabas? —preguntó Kohaku poniéndose de pie.
Era de noche, todavía el sol resplandecía intensamente cuando me recosté junto a un árbol para cerrar momentáneamente los ojos y al parecer me quedé dormido profundamente, no fue solo una pequeña siesta.
— Oh, Kohaku-chan~, suelo ser de sueño ligero, pero esta vez parecía una roca ¿eh~? Fufufu —respondí despreocupado— ¿Estabas de vigilancia?
— ¿De qué hablas? Todo mundo te está buscando, han pasado horas desde la cena.
Sí, definitivamente no fue una simple siesta. Me paré y sacudí las pequeñas ramitas que se atoraron en mi ropa, teniendo el descaro de bostezar a pesar de haber escuchado la situación, pretendiendo restarle importancia.
— ¿Buscarme por qué? ¿Es tan grave escaparme sin permiso del trabajo? Lo siento, Kohaku-chan~, quería remembrar los días en que me saltaba la escuela~.
Los ojos de Kohaku se iluminaron brevemente con lo que parecía ser un regaño, pero este brillo se reemplazó con un gesto de madre preocupada.
— Por la tarde, Kaseki preguntó si alguien sabía dónde estabas, pues no llegaste a dormir y no te había visto en todo el día. El último en saber de ti fue Ukyo la noche anterior, pero nadie más —suspiró intensamente—. Todos pensamos que te saltaste el trabajo, incluso Senku, en realidad era algo que esperaríamos de ti —sonreí con un gusto amargo por el comentario—, pero Ukyo se veía preocupado y eso se contagió al resto de nosotros. Senku dijo que aparecerías durante la cena, pero como no llegaste nos pidió que te buscáramos por si te ocurrió algo.
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Hierba Mora/SenGen
FanfictionExisten cinco significados para la Hierba Mora -o solanum nigrum, como prefieras llamarle- en el lenguaje de las flores: falsedad, pensamientos oscuros, hechicería, brujería y escepticismo. Y por ello, se convirtió en la flor predilecta de Asagiri G...