Hierba Mora/SenGen

El sentimiento llamado celos

Nota: este capítulo será narrado en tercera persona, tomando principalmente la perspectiva de Senku.

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Durante la mañana, la noticia de la desaparición de Gen se esparció como pólvora y, por supuesto, el líder del Reino de la Ciencia fue el primero en estar al tanto. En un primer momento, Senku creyó que se tomó un descanso no autorizado, pero rápidamente descartó esa posibilidad ya que Gen no solía actuar impulsivamente. No podía compartir esta inquietud con los otros ya que esto solo causaría más alboroto del que ya se respiraba en el aire.

Sin embargo, no contempló que la preocupación de Ukyo por el mentalista daría pie a que los demás se plantearan organizarse ellos mismos para buscarlo. Entonces su pensamiento, que estaba orientado en la desaparición de Gen, se desplazó a porqué Ukyo actuaba de esa manera.

— No armes tanto escándalo, hombre sonar —espetó Senku durante la reunión improvisada de los cuatro generales a medio día—. Ese idiota seguramente está recogiendo flores en el campo para desatender sus obligaciones.

— Gen no actúa de esa manera —afirmó el chico con semblante serio—, y creo que tú lo sabes mejor que nadie. O no es así ¿Senku?

— Precisamente, porque lo conozco, sé que está por ahí jugando y no le ocurrió nada —devolvió con una sonrisa.

— No me corresponde hablar de su vida privada —vaciló, pero decidió continuar lo que había iniciado—. Pero Senku, como amigo de Gen, te pido que prestes más atención a lo que no te está diciendo con palabras.

El ambiente entre ellos se tensó inmediatamente después de que esa petición quedó en el aire, a tal grado de incomodar a Chrome, quien no dudó en intervenir.

— No sé porque tienen los ánimos tan elevados, pero no es momento para discutir, chicos.

— Chrome está en lo correcto —agregó Ryusui, adoptando la posición de líder en la mesa—. Gen no se iría sin razón, mucho menos sin avisar a Senku. Ukyo tiene argumentos para estar preocupado, y lo que nos concierne ahora es discutir lo que haremos.

— Vaya, pensé que Ukyo se adelantó al desplegar una brigada de búsqueda. Si ya habían tomado un curso de acción previamente, entonces iré de vuelta a trabajar con el Perseo.

— No se ha decidido nada, por eso tenemos esta reunión —aseveró Ryusui—. Sugiero que comencemos de inmediato, será más difícil buscar su rastro cuando anochezca.

— Estoy de acuerdo — dijo Ukyo—. ¿Qué piensas tú, Chrome?

— Yo... aún no estoy seguro. Gen es el tipo de persona que se escabulle cuando nadie lo está viendo, en ese aspecto concuerdo con Senku —. Se detuvo unos segundos, luego añadió: — Pero también, creo que esperar sin hacer nada cuando existe la posibilidad de que le ocurrió algo no está bien.

La atención ahora se depositó en Senku, dándole la posibilidad de cambiar su decisión o reafirmar su postura.

— Esperemos hasta el momento de la cena. Si no ha aparecido, enviaremos a Kohaku, Tsukasa y Hyoga para que lo busquen.

Dicho eso, Senku salió del cuartel de operaciones, dejando detrás a los tres generales consternados por su extraña forma de actuar. Ukyo, quien tenía más conocimiento sobre el tipo de relación que había entre ellos, no le costó entender el porqué de su reacción. Por otro lado, el sexto sentido de Ryusui, aunado a su perspicacia, le permitieron armar el rompecabezas fácilmente.

Pero Chrome, que llegaba a ser bastante despistado en ocasiones, no comprendía la mirada que compartían los contrarios. Evidentemente, él era el único que no sabía lo que estaba pasando.