El siguiente paso

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Por la mañana todo mundo se reunió alrededor del Perseo, un murmullo constante se mantuvo a la espera de las indicaciones del capitán del barco y el líder del Reino de la Ciencia.

— ¡Nos dividiremos en tres equipos! —gritó Ryusui, causando un revuelo con la repentina noticia.

Chrome les explicó que, además de reunir materiales que servirían para el viaje a la luna, era necesario despetrificar a los aliados que teníamos en América, Japón y la Isla del Tesoro. Parecieron comprender, así que Ryusui leyó en voz alta los nombres de las personas que pertenecían a cada grupo. Cuando Luna escuchó que iría a la ciudad del maíz mientras Senku estaría al otro lado del mar, se alteró por completo.

— ¡¿Van a separarme de Senku?! ¡Nooo!

Él resopló discretamente al ver esa escena. Previamente habíamos tocado el tema de Luna y me había asegurado que si no dejó en claro la inexistencia de ese noviazgo, fue debido a la conveniencia de tener esa alianza. No tendría problema en terminar otra relación, de cualquier forma, ya tenía experiencia al estar divorciado. Bien~, sabiendo esto, entonces podría poner en práctica mis habilidades de persuasión~.

— Te contaré un pequeño secreto —le susurré a Luna—. A Senku le encantan las mujeres capaces que sobresalen en sus trabajos~.

— Ay, ¿te refieres a mí? Sí, podré con ello —. Respondió cambiando completamente su actitud escandalosa de hace un segundo.

Senku escuchó lo que le dije y se rio, ya que había funcionado mi palabrería.

— Kukuku sería un dolor de cabeza tener que lidiar con una rabieta antes de irnos.

— ¿No te molesta que engañe de esa forma a la inocente Luna? —inquirí con falsa inocencia—. La pobre chica estará esperando el regreso de su novio~.

— Las cosas turbias son tu especialidad, por eso te lo dejo a ti. Además, no fue del todo una mentira lo que le dijiste —me sonrió antes de regresar con el capitán—. Buen trabajo, Gen.

Ryusui finalizó dando nuestros nombres; entonces, ambos dieron la sorpresa de que el motor de cohete de nivel uno que construyó Xeno, ahora formaría parte del Perseo, logrando que nuestro viaje a Europa durara solamente una semana.

Subimos a bordo, y por las ansias de querer probar la nueva velocidad del barco, Ryusui no dio tiempo para alargar la despedida con nuestros amigos que se quedaban en la isla. Me quedé en la popa con los otros, mirando a lo lejos como la tierra se hacia más y más pequeña, hasta que me fue imposible ver a Ukyo y los demás.

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El sol del ecuador no permitía estar mucho tiempo en cubierta, por lo que no tardamos en entrar a las habitaciones con aire acondicionado. Senku explicó a todos que, debido a la separación en grupos, sería necesario que todos aprendieran código morse. Para mi fortuna yo ya había atravesado ese martirio muchísimo tiempo atrás, pues desde que estábamos en la aldea Ishigami, Senku consideró enseñarme. Pasé horas y horas estudiando, por lo que ahora me resulta bastante sencillo interpretarlo.

Dedicamos el resto del día y la tarde para acostumbrarnos al nuevo ambiente, a la par de escuchar de Senku los próximos objetivos que tendríamos. Por la noche, llegó la hora de saber cómo repartiríamos las habitaciones para dormir.

— El antiguo Perseo solo tenía una habitación llena de literas, pero con esta renovación nos permitimos expandirlas para mayor comodidad de la tripulación —informó Ryusui—. Hay seis habitaciones en total, por su puesto que la principal será mía ¡jajaja!

— ¡Ja! no me sorprende —dijo Kohaku—. Bien, entonces Suika y yo dormiremos juntas.

— ¡Yo quiero dormir con Francois! Así podremos seguir practicando idiomas —exclamó Chelsea, recibiendo la aprobación de la mayordoma.

Hierba Mora/SenGenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora