Tanjiro Kamado, un joven adolescente inigualable.
Siempre vio por el bienestar de su familia.
A la corta edad de quince años, había quedado a cargo de su hermana menor Nezuko, al morir sus padres y sus hermanos y ser ellos los los únicos sobrevivien...
Ya habían pasado tres días, y Tanjiro aún seguía en su burbuja de felicidad.
La chaqueta klein que su crush le había regalo, se encontraba colgado en el armario, con unos pantalones guess de color oscuro y una camiseta hugo boss, y para complementar el conjunto, unas botas armani negras. Sin duda ese conjunto era precioso y costoso.
No sabía donde podía usar un conjunto tan precioso y costoso, tal vez una fiesta o en su cumpleaños.
También Nezuko se había emocionado mucho con su regalo, le había dado mil besos y dado tantas gracias que estaba llorando de emoción, ese momento superaba todo, la felicidad de su hermana, era lo mejor para el.
Dejo de observar el armario y comenzó a buscar ropa para su día escolar, no podía llegar tarde a sus clases.
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- ¿irás a la fiesta?- preguntó Zenitsu
Las clases ya habían acabado, y Tanjiro se encontraba con sus amigos, en ese momento hablaban de la fiesta del clan
- ¿cual fiesta?- preguntó sin saber a qué fiesta se referían
- es el cumpleaños del oyabun, todos, desde el saiko-komon, hasta los shatei son invitados- habló Senjuro
- nadie falta ese día, debes de ir- dijo Aoi
- debes de rendir honor-
- y sobre todo, mostrar tus respetos-
Tanjiro comprendió entonces, el oyabun sin duda era la cabeza del clan y se notaba el respeto que todos tenían por el.
- igual, los shatei, kyodai y el resto de rango menor, solo estamos un rato, ya que después, solo pueden quedarse los de rango mayor- explicaba Senjuro - que son el saiko-komon, el grupo de sarro-kai, los ejecutores, el so-honbucho, los wakagashira y shateigashira-
- entonces... prácticamente solo iría un rato- mencionó pensativo Tanjiro
- si, y no olvides llevar un buen regalo-
Tanjiro asintió, estaba feliz, había llegado el momento de usar el regalo de Tomioka.
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El día del cumpleaños del oyabun había llegado, unos días antes, Sabito, por orden de Giyu, le habían avisado que el wakagashira lo pasaría a recoger a las 6 de la tarde y se irían directo a la mansión del oyabun.
Se había lavado perfectamente el cuerpo y cepillado su pelo, lavo sus dientes y peinó su cabello, se puso la ropa que su crush le había regalado y tomó la caja de regalo.
Le había pedido a Urokodaki uno de los artículos de la tienda, diciéndole que el "amigo" de la fiesta a la que iba, era amante de las armas antiguas.
Había optado por una delicada y elegante daga, además no era muy costosa, no quería abusar de la amabilidad y generosidad de Urokodaki.
Cuando llegó la hora de irse, se puso un poco de loción y salió al encuentro con el cara de estreñido de Sabito.
Al llegar, bajo sin esperar al wakagashira, fue a dejar su regalo y comenzó a buscar con la mirada a Tomioka.
La fiesta era enorme, había muchas personas, sin dudas el clan era muy extenso.
A lo lejos, reconoció la cabellera rubia de Zenitsu, se acercó a él y entre ambos, fueron a buscar al resto del grupo.
Pero de pronto lo vio, se veía súper guapo en ese traje a la medida, camisa negra, corbata azul cielo y su inseparable katana, la cual notó que solo los ejecutores portaban.
Se acercó a saludarlo, pero antes de llegar, Makomo lo interceptó
- Tanjiro, hola ¿qué haces aquí?- preguntó dulcemente la chiquilla
Tanjiro no sabía que decir, pero sin duda, se veía bien en la ropa que él había escogido.
- ya, bueno pues, fui invitado- dijo simplemente
- eso lo sé pero...-
- Makomo, ven conmigo- dijo Sabito al ponerse al lado de su hermana
- pero onii-san...-
- dije ven, recuerda que debe irte temprano, Kanae te llevará- dijo tomándola del brazo y llevársela
Tanjiro no sabía cómo interpretar ese momento, pero si aprovecho para acercarse a Tomioka, quien se encontraba con una copa de whisky en las manos.
- buenas tardes Tomioka-san- saludó alegremente Tanjiro
- veo que te quedó bien- dijo Giyu refiriéndose a la ropa
- ahh si, me quedo perfecta-
- que bien-
La fiesta continuó, Tanjiro solo estaba intentado sacar información de la vida de Giyu, pero este le contestaba con respuestas escuetas y sencillas.
Cuando llegó la hora de que la mayoría de las personas se retiraran, Tanjiro se iba a despedir de Giyu, justo cuando Sabito llegaba.
- ha sido una linda noche- dijo el chico sonriendo
- lo es- respondió Giyu
- mi señor, ¿quien llevará a Tanjiro a su casa?-
- pues es obvio que tu-
- entonces, regresaré en un momento-
- no irás a ningún lado, sabes bien que los wakagashira no deben irse-
- pero debo dejar a...-
- el de quedara- dijo serio Giyu
- pero señor...-
Bastó una mirada de Giyu, para que Sabito agachara su cabeza, justo en ese momento, el oyabun pronunció unas palabras y todos brindaron por el cumpleaños de este, pero el más emocionado era Tanjiro, Giyu, el amor de su vida, había querido que se quedara.... ahora si podría morir feliz....
