Tanjiro Kamado, un joven adolescente inigualable.
Siempre vio por el bienestar de su familia.
A la corta edad de quince años, había quedado a cargo de su hermana menor Nezuko, al morir sus padres y sus hermanos y ser ellos los los únicos sobrevivien...
Los días después de la fiesta, fueron un tormento para Tanjiro, prácticamente, parecía un zombie viviente.
Solamente Zenitsu sabía la verdadera razón de la depresión de Tanjiro, intento animarlo, pero el chico sentía que nada podía mejorar.
Solo debía seguir adelante por la salud de Urokodaki, si tenía que soportar ser un cero a la izquierda para el sarro-kai, lo soportaría por la felicidad de su familia.
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Mientras tanto, en la casa de Sabito y Makomo.
Una muy angustiada Makomo veía la fecha en el almanaque, no le gustaba ese día, ya que sabía que era un día triste para su ani-ue.
Makomo vio a su hermano entrar, el semblante de Sabito también era decaído, ambos querían a Giyu y sentían ese dolor que carcomía al ejecutor.
- onii-san, ¿como se encuentra ani-ue?- preguntó Makomo al verlo entrar
- sabes cómo se pone estos días, acabo de dejarlo en el cementerio, le compro el más grande y hermoso arreglos de flores y ahora está con ella-
- desearía poder regresar el tiempo y que ella estuviera con él-
- si eso pasara, nosotros nunca lo hubiésemos conocido y ahora estuviéramos...-
Makomo tomó las manos de Sabito y las acarició
- onii-san, si hay alguien que lo merece es ani-ue, él nunca ha sido egoísta, su vida hemos sido nosotros, es hora de que él vea por su futuro y tú y yo lo ayudaremos- dijo Makomo sonriendo
Sabito no pudo evitar sentirse culpable, sabía que si Tsutako no hubiese muerto, él nunca hubiese conocido a Giyu, y él pensar en no tenerlo en su vida, sería algo que nunca desearía.
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Tanjiro se encontraba deambulando sin rumbo, no sabía a donde iba, pero solo quería dejar de pensar en ese amor no correspondido.
Pero claro, la vida es una perrisima que viste de gabbana y cuando quiere, usa sus finos y elegantes vuitton para darte una patada en el trasero. Y ahora la victima era Tanjiro Kamado.
El camino sin rumbo lo llevo al cementerio y a lo lejos lo reconoció, vestía de negro, de pies a cabeza, traía consigo su inseparable katana, se encontraba arrodillado.
Sabía que tenía que alejarse, que debía dar la vuelta, irse rápido y de inmediato, pero no, él no comprendía las señales, poco a poco fue acercándose, pensando que su presencia no sería detectada por el ejecutor.
- no se si es coincidencia, o me estás siguiendo Kamado- dijo Giyu lo suficientemente alto para que Tanjiro lo escuchara
- lo siento, pero en serio es una coincidencia, solo estaba vagando sin rumbo y terminé aquí, lo vi y...-
- te creo, no debes estar por este rumbo, es muy peligroso, llamaré a Sabito y te llevaremos a casa-
Tanjiro asintió y dio un último vistazo, notó el enorme y precioso ramo y pudo leer el nombre en la lápida, Tsusako, era lo que decía, la curiosidad lo invadió, sería su madre, familiar o alguna amante de Tomioka.
Vio a Giyu marcarle a Sabito y escuchar que lo recogiera pronto.
Pero claro, siempre había problemas, al salir del cementerio, un grupo de maleantes parecía esperarlos, pero no eran maleantes comunes, tenían navajas y armas, incluso una pistola.
- mira nada más quien es, el sarro-kai del clan de Ubuyashiki, y ahora estás solo y a nuestra merced-
Tanjiro tenía miedo, los tipos eran demasiados y Giyu solo tenía una katana.
- y ahora trae a un niño bonito, donde quedó el chico de la cicatriz y cabello melocotón, ¿se aburrió de ti y dejó el clan?-
- me mataran de aburrimiento con tantas palabras- dijo Giyu rolando los ojos
- maldito idiota, este día morirás-
El grupo atacó al mismo tiempo, Tanjiro temblaba, pero solo vio a Giyu ponerse delante de él y ver cómo sacaba su katana, la velocidad con la que movía la espada, era casi inhumana, en menos de un parpadeo, Giyu había acabado con todos, a excepción de uno, el lider, el cual intentó huir.
- ahora me dirás quien te dio mi ubicación-
- estás loco si crees que te lo di... ahh- el hombre gritó al sentir la katana en su hombro
- dímelo- repitió Giyu
- está bien, es alguien del clan su nombre es S...-
Un disparo resonó en el ambiente y una bala había sido incrustada en la cabeza del tipo, Giyu reaccionó rápido, pero solo vio una camioneta negra alejarse, estaba por ir tras ella, pero el llanto de Tanjiro lo hizo reaccionar.
Las lágrimas salían del rostro del chico
- no pasó nada, deja de llorar, la bala...-
Los brazos de Tanjiro rodearon el cuerpo de Giyu
- tenía miedo por usted, podría haber muerto y...-
- estoy bien Tanjiro, solo deja de llorar-
- es fácil para usted, pero tenía miedo, no podía soportar perderlo-
Giyu sintió las lágrimas en su camisa y por dentro sintió algo que lo hizo sentir terrible, lo único que pudo hacer, fue acariciar la cabeza de Tanjiro.
- todo está bien -
Y mientras Tanjiro lloraba en los brazos de Giyu y este lo acariciaba, Sabito lo observaba, había llegado en el momento en que el tipo era asesinado por una bala, había intentado alcanzarlos en el auto, pero prefirió procurar el bienestar de su señor, pero ver a Tanjiro abrazar a su señor y la forma en la que este tocaba su cabeza, estaba furioso, ese chico debía irse, tenía que alejarlo, no quería que Tanjiro le robara el afecto de su señor...
