Sabito era una persona que se reconocía por al algo, y esto era la lealtad hacia Giyu Tomioka, su señor, todos pensarían que tenía la misma devoción hacia el clan, parecida a la del ejecutor Tomioka, pero pocos conocían la realidad.La devoción de Sabito era únicamente a su señor, al hombre que lo salvó y se quedó con sus primeras veces, nadie pensó nunca que ese hombre de cabellos melocotón, haría algo que hiciera enojar al azabache, pero lo hizo.
Bastó un día para que todo el clan se enterara del espectáculo de agresión de Sabito.
Claro que las opiniones estaban dichas, cada ejecutor tenía palabras para ese acto, pero preferían callar, Giyu era una persona con mucha influencia, si bien, Himejima era el saiko-komon, Giyu tenía mucho poder, incluso se decía que si algo le pasara al oyabun, sería Giyu quien se encargaría de mantener el orden, pero solo eran simples rumores.
Pero ahora, el mismo chico que una vez podría haber muerto en nombre del clan Ubuyashiki, ahora se encontraba en territorio enemigo y no solo el del peor enemigo del clan, frente al chico de ojos lavanda, se encontraba ese hombre tan odiado, sus ojos rojos resaltaban como faros en la oscuridad y el cabello negro se perdía en la oscuridad, pero la piel tan blanca como la nieve, resaltaba como el brillo de las estrellas en la infinita oscuridad, el mentón recargado en su palma, se veía como un depredador esperando una presa, pero Sabito no era eso, no era una simple presa, él también era un cazador y solo se unirá a otro, para lograr un beneficio propio.
- veo que los más leales también son tentados-
- eres el menos indicado para hablar de lealtad, cuando tus propios hombres pueden venderte por un par de billetes-
Muzan sonrió
- y aún así, en este momento estás en mi territorio, pidiendo algo que nunca podrías obtener solo-
- sería tener de vuelta, solo sería cuestión de tiempo- dijo Sabito molesto
- según me han dicho, Giyu está tan entusiasmado con ese chiquillo-
- no uses el nombre de mi señor con tu sucia boca-
La forma en la que Muzan hablaba le molestaba a Sabito, pero más que nada, le intrigaba quien era esa persona que le tenía informada.
- entonces, Akaza me dijo que podrías ayudar, se que ese niño me investigo, mis números y cuentas, gracias a mi infiltrado, pude deshacerme de todo eso, no es la primera vez que Kagaya intenta rastrearme, pero yo siempre voy un paso adelante, aunque la habilidad del niño es increíble, si no hubiese sido por mi contacto, me hubiesen encontrado-
Sabito sabía que algo estaba mal desde antes, siempre que intentaban rastrear a Muzan y obtenían una pista, no pasaba mucho para que esas cuentas desaparecieran o los lugares fueran destruidos sin dejar rastros, en el clan se pensaba que alguien fuese un traidor, el primero en decir eso en voz alta fue el ejecutor Shinazugawa, pero el oyabun calmó esos rumores. "Si comenzamos a dudar de nosotros, como podremos confiarnos nuestra vida en una batalla, la lealtad es lo principal en este clan" esas había sido las palabras del oyabun y nadie se negó a callar las habladurías, todos adoraban a ese hombre.
- ¿y quien es ese infiltrado?- preguntó Sabito
Muzan sonrió y asintió con la cabeza a una orilla. Sabito lo sospechaba, pero nunca pensó que fuese esa persona.
Al principio sospechaba de una shatei o kyodai, uno que tuviese ambición de poder como Genya, después pensó que lo más viable era un ejecutor, la élite de asesinos del clan, tenían suficiente poder e información para poder mover los hilos, el problema era quien, pero ahora, Sabito lo sabía.
Los ojos lavanda la vieron, la sonrisa tan cínica y sonriente, esa misma sonrisa que le daba a todos, pensó en las veces que Giyu confió en ella, en cómo ayudaba a los demás, cuantas veces cubrió la espalda de sus hermanos, y ahora, ella tenía una daga en el cuello de cada uno, tenía el poder de hacer caer al clan con un soplido y precia no importarle.
- nee Sabito-kun, me sorprende que traiciones a tu señor de esta forma-
- y a mi me sorprende más que traiciones al clan por un simple desaire de mi señor-
Shinobu cambió su sonrisa por una mueca, Sabito sabía el pasado de Giyu, todo, incluso cada rechazo y cada mujer en la cama de Sabito, todas tenían nombre y rostro, y una de las fue Shinobu.
El de ojos lavanda pensó que tan lejos podría llegar el rencor de una mujer para vender a un clan, si bien los hombres hacían buenas batallas, las guerras de las mujeres eran colosales.
- eso fue pasado querido Sabito-kun, solo ayudó a mi cariñito-
Sabito vio al hombre detrás de ella, reconoció a Douma por la base de datos del clan, era inconfundible, ese cabello rubio y ojos arcoíris, lo que tenía de bello, lo tenía de sanguinario.
- bienvenido Sabito- sonrió Douma
Sabito los vio a cada uno, a Daki junto a su hermano Gyutaro, demasiado cerca para su gusto, a Nakime en la esquina sosteniendo un biwa, Kokushibo con su porte serio e imponente, los hombres de confinza de Muzan.
Sabito sabía que debí cuidarse la espalda, pero él era listo, utilizaría a esos tipos para obtener de nuevo a su señor y luego se irían a un lugar donde nadie los encontraría.
Si bien el futuro no pintaba un mañana brillante, la oscuridad podría caer de pronto, como un eclipse en pleno en día....
Espero les guste
Los kiere y ama inukagban
Rakel 😘😘😘😘😘😘😘😘😘😘
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Daddy mafia
RandomTanjiro Kamado, un joven adolescente inigualable. Siempre vio por el bienestar de su familia. A la corta edad de quince años, había quedado a cargo de su hermana menor Nezuko, al morir sus padres y sus hermanos y ser ellos los los únicos sobrevivien...