El colegio de elite Tōdai, el mejor colegio al que muchos alumnos de Tokio, e incluso Japón podrían imaginar.Solamente había tres formas de ingresar, que pertenecieras a una familia de elite japonesa, otra que tu familia fuera benefactora de la universidad y la ultima, pero mas difícil, una beca académica para los futuros genios de negocios y científicos de Japón.
La mayoría de los alumnos, ingresaban a la universidad en sus lujosos carros, algunos en limusina, con su ropa de marca y presumiendo el poder económico y social de la familia.
Pero obvio, siempre esta la excepción, como en el caso de Tanjiro, quien corría deprisa, para llegar a sus clases.
Cada día era lo mismo, siempre el tren se llenaba a tope y tenia que correr desde la estación para no llegar tarde. Claro que podría venirse mas temprano, pero quien ayudaría en la tienda y a Urokodai, era mejor correr, además el ejercicio no hacia mal a nadie.
Llegó de inmediato a su casillero y saco el libro de álgebra avanzada y corrió a la clase, agradeció que el rector no estaba en los pasillos o tendría su décima multa por correr en los pasillos.
Llego a clases solo un par de segundos antes que su profesor, se fue al final de fila y tomó sus apuntes de clases.
La mayoría de los alumnos contaban con sus tabletas y laptos, pero Tanjiro no se quedaba atrás con su cuaderno y pluma, los maestros adoraban al pequeño solesito, era un excelente alumno, muy amable y sobre todo, estaba en el top de promedios escolar.
Ya las clases habían comenzado, fue rápido a su casillero y metió los libros que no necesitaba, a lo lejos, vio a todos los grupos de amigos, quienes se ponían de acuerdo para las fiestas, típico de los viernes, la preocupación de los estudiantes, era saber cual sería el mejor antro en el cual divertirse, pero Tanjiro no.
Era viernes, significaba que tenia su descanso en el restaurante, pero lo aprovechaba para trabajar en el bar de un conocido, se sentía cansado, pero las propinas eran demasiado buenas, en un buen día, conseguí el mismo sueldo de la semana en la cafetería.- aquí esta su cuenta señoritas, que tengan una linda noche- sonreía
- gracias Tanjiro-kun- dijeron las chicas al mismo tiempo
Tanjiro seguía sonriendo, mas cuando vio la propina de 500 yenes que dejaron, era por eso que Tanjiro siempre conseguía buenas propinas, era su singular sonrisa y carisma, la que lo hacia tan irresistible ante mujeres y algunos hombres.
- ¿ como van las propinas esta noche Monjiro?-
Tanjiro sonrió ante su amigo, a pesar de verse varias veces, Inosuke aun no decía bien su nombre
- excelente, una buena noche, de las mejores-
Unas horas después, cerca de las 2:20 de la mañana, el turno ya había acabado, se quito el mandil y puso la camisa de la escuela, para irse a casa, la noche había sido de las mejores, 20000 yenes de propina, podría comprar varias cosas con eso.
Camino a casa, ya que habían perdido el último tren de la estación, pero en su camino, tenia que pasar por la zona roja de Kabukichō, normalmente tomaría un taxi, pero ninguno pasaba.
Estaba a punto de salir, cuando en la esquina vio a cuatro tipo, detuvo su paso y de pronto, vio el reflejo de una navaja, no necesitaba ser un genio para saber que es lo que los tipos tramaban, dio vuelta de inmediato y comenzó a correr.
Lamentablemente, su huida fue truncada por el callejón sin salida, puso el dinero detrás de un basurero, al menos no le quitarían eso.
- pero miren nada más que nos trajo la noche, una pequeña presa- dijo el que parecía ser el líder
- yo... no tengo nada- dijo Tanjiro temblando
- no te creemos, se nota en tu uniforme que vas a una buena escuela, así que saca todo lo que tengas-
Uno de ellos se acerco a Tanjiro y tiro la mochila, vaciando todo al suelos, mientras otros lo sujetaban y revisaban sus bolsillos
- no tiene nada jefe- dijo el que revisaba la mochila
- tienen que estar bromeando- dijo el líder y se acerco a darle un golpe en el estomago a Tanjiro - tienes que darnos algo o acabaremos contigo en este instante-
-¡ jefe, encontré un celular!- dijo el que revisaba la mochila
Tanjiro aprovecho ese momento y comenzó a correr de nuevo, con los demás corriendo detrás de el, dio una vuelta, pero su cuerpo término impactandose contra algo sólido
- auch que dol..- Tanjiro se quedó de piedra, por que no era una pared o un basurero, si no un hombre alto, de cabellera oscura y los mas impactante ojos azules que había visto en su vida, detrás de el, se encontraba otro, que tenia una cicatriz en la cara, una cabellera color melocotón y ojos gris lavanda
- ¡fíjate por donde vas niño!- dijo el de la cicatriz
Pero Tanjiro no contestó y al escuchar a los otros tipos, sólo optó por levantarse y esconderse detrás del hombre de mirada azul
- denos a esa sabandija y no les haremos daño-
- les recomiendo que se callen o terminaran mal- dijo el lider y escupió, cayendo en los lustrados zapatos del cabello oscuro
- grave error- dijo el de cabellera melocotón, para después tomar a Tanjiro y tapar sus ojos - no debes ver esto niño-
Tanjiro prefirió no hablar y en unos segundos, escuchó sonidos de gritos y después pasos correr
- escoria como tu, es solo inmundicia que consume oxigeno-
Esas fueron las palabras que escuchó Tanjiro y después el sonido de una patada, cuando el de la cicatriz dejo de cubrir sus ojos, Tanjiro vio al líder de los cuatro en el suelo inconsciente y el de cabellera oscura limpiaba sus zapatos en el cuerpo ajeno
- vámonos, necesito quemar estos zapatos de inmediato-
- si señor- dijo el de la cicatriz y luego vio a Tanjiro - no regreses por este rumbo de nuevo niño-
Tanjiro escuchó, pero estaba mas atento a la figura de ese hombre que se alejaba y vio en la parte izquierda de su cuerpo una katana, su corazón se aceleró y lo entendió.
A sus 18 años, Tanjiro Kamado, se había enamorado...
Espero les guste
Los kiere y ama inukagban
Rakel
ESTÁS LEYENDO
Daddy mafia
RandomTanjiro Kamado, un joven adolescente inigualable. Siempre vio por el bienestar de su familia. A la corta edad de quince años, había quedado a cargo de su hermana menor Nezuko, al morir sus padres y sus hermanos y ser ellos los los únicos sobrevivien...