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El regreso a la normalidad podía resumirse de mil formas diferentes, y en ninguna de ellas había un apelativo que confirmara que todo había vuelto al cauce al que debía de ir. Pero a pesar de ello, todos debían de volver a la normalidad, o por lo menos fingir que regresaban a ella.
—Parece que a nadie le importa lo que ha sucedido.— Comentó Bloom mientras caminaba por los pasillos junto a Fallon.
—Bueno... Creo que aquí hay cosas que son más comunes de ver o de escuchar. ¿Qué tal va la búsqueda con la misteriosa mujer?— Preguntó la morena observando que Bloom no dejaba de mirar las fotos de los alumnos que se graduaban.
—Exasperante. Intento centrarme en todo lo que sucede... pero obviamente no es posible. ¿Y tú? Desde aquello Stella parece que te considera su amiga.— Comentó la pelirroja haciendo sonreír a Fallon.
—Prometo contártelo, Bloom. Cuando yo sepa que paso, aquel día... Nos pasaron muchas cosas.— Afirmó Fallon mientras se sentaban en una mesa del comedor.
—Han pasado dos días.— Puntualizó Bloom con obviedad. —Pero lo de que pasaron muchas cosas... ¿A que viene? Por que claramente pasó algo entre tu y Sky.— Bloom sonrió haciendo haciendo que Fallon rodará los ojos.
—No ha pasado nada.— Afirmó haciendo que Bloom mantuviera su sonrisa.
—¡Oh vamos! No puedes negarme que te gusta.— Afirmó la pelirroja con obviedad.
—Esta con Stella, así que no puedo hacer o decir nada.— Murmuró Fallon mientras comenzaba a comer.
—¿Qué tal está Silva?— Preguntó Aisha sentándose al lado de las dos hadas de fuego.
—Va mejorando. Tuvimos suerte al encontrarlo.— Suspiró con alivio Fallon, ya que eso suponía que se pondría bien.
—¿Creéis que hay más?— Preguntó Bloom haciéndose la tonta.
—No tengo no idea, pero sí se una cosa: están muy cerca de la escuela. Es aterrador pensar que hay alguien que le ayudó.— Respondió en ese momento Terra sentándose al lado de Bloom, mientras Fallon recordaba que había entendido a uno, lo que significaba que ella de alguna forma, debía de tener relación con ellos.
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Tras terminar la jornada, Fallon se reunió con Stefan en el punto de siempre. Lugar que usaban para poder investigar sobre lo que ella podía ser. Pero no había nada concluyente que pudiera ayudarles.
—Literalmente no hay nada, y eso que he estado buscando en la biblioteca de Alfea y en la de Palacio. Pero no todos los libros que hay a la vista ayudan, Dowling suele tener guardados los interesantes, igual que mi madre.— Se quejó Stefan mientras tiraba a un lado un libro que hablaba de leyendas mágicas.
