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Stella, Stefan y Fallon se adentraron en el bosque en completo silencio, el único ruido que había era el que el propio bosque producía, lo que daba a todo una mayor sensación de tenebrosidad, sobretodo cuando Stefan llevaba un arma cargada del brazo y Fallon un par de espadas.
—¿Sentis eso?— La morena miró a todas partes confundida.
—¿Sentir el qué?— Preguntó Stella sin entender nada y con un tono de voz que daba a entender que estaba enfadada, a lo que su hermano respondió con una expresión de que se relajará.
—No estamos solos, hay algo más. ¿No sentís como algo os observa?— Quiso saber la hada de fuego al mismo tiempo que escuchaban una especie de gruñido, haciendo que ella y Stefan se pusieran en alerta con sus respectivas armas.
—Tener cuidado.— Pidió Stefan a las dos chicas, mientras Tessa detenía el ataque de la criatura que iba a atacar a Stella, haciendo que la hada de luz se sorprendiera para después alejarse y observar como Tessa y Stefan intentaban enfrentarse al quemado.
La criatura se movía rápidamente, nadie podía negar aquello, pero las cosas se complicaron cuando aquella cosa derribo, sin herir, a Fallon, para después dirigirse hacia Stella, la cual intentó defenderse sin éxito, lo que provocó que Stefan empujará a su hermana, siendo él, el que recibiera el ataque del quemado; lo que hizo que las dos hadas soltaran un grito ante lo sucedido, el quemado miró a las dos hadas, pero al ver como los ojos de Fallon huyó asustado, haciendo que las dos hadas ignoraran su acción y corrieran hacia Stefan.
—T-te pondrás bien, Stef.— Dijo Stella mientras un par de lágrimas resbalaban por sus mejillas. —Fallon, puedes quemar la herida, evitará que se desangre.— Explicó Stella mientras la miraba desesperada, haciendo que la morena pusiera sus manos en la herida esperando que sus poderes funcionarán. Pero aquello era imposible, cuanto más lo intentaba peor era el resultado, ya que ante ella estaba una persona que se estaba muriendo y no podía hacer nada, porque nada, en aquellos momentos parecía ayudarla, una parte de ella estaba en shock por lo que estaba sucediendo. —¡Fallon por favor, es mi hermano!— Gritó Stella.
—No puedo, no puedo.— Negó mientras comenzaba a llorar, haciendo que las lágrimas comenzarán a caer sobre sus mejillas hasta llegar a la herida, la cual lentamente empezó a curarse.
—Fallon...— Murmuró Stella al ver que los ojos de la hada se habían iluminado de color naranja, y que la herida de su hermano se estaba curando. —¿Cómo has hecho eso?— Preguntó sorprendida Stella.
—Yo... No lo se.— Murmuró confundida, al mismo tiempo que Stella y Stefan se abrazaban, haciendo que Fallon sonriera al observar que tal vez Stella fuera una abeja reina, pero cuando se trataba de su hermano pequeño, Stella actuaba como una hermana mayor que lo único que quería era el bien de su hermano, y mal o bien, aquel acto con su hermano demostró la personalidad que la princesa intentaba ocultar a todo el mundo.
