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Después de lo que Sebastian las había dicho, la confianza que habían depositado en Rosalind se había esfumado en cuestión de minutos. No podían creer que ella las hubiera estado engañando a la cara, que hubieran confiando en la persona que había dado muerte a la primera persona que las había intentado ayudar, que las había protegido y las había enseñado a no causar más problemas de lo que ya habían llegado a generar.
—Rosalind, veo que sabías donde estábamos.— Comentó Bloom al ver que Rosalind las estaba esperando donde habían abierto el portal para poder regresar al primer mundo, aunque no había salido tan bien como creían. Ahora era Sebastian el que estaba en ventaja, y ellas, en aquellos momentos, eran un manojo de sentimientos y emociones que podía traer más problemas de lo que podrían llegar a imaginar.
—Vuestras amigas me lo contaron.— Respondió con tranquilidad, percatandose de que había algo diferente en ellas. —Me alegra que sigáis de una pieza.— Añadió sabiendo que su plan había sido algo arriesgado, pero al final sólo ellas tenían el poder para cambiar el mundo y debían de arriesgarse si querían que sus enemigos termiaran muertos.
—¿Estabas preocupada?— Preguntó Fallon sorprendida de que aquella mujer pudiera tener sentimientos, sobretodo después de que hubiera matado a sangre fría y hubiera engañado a todos con la facilidad con la que lo había hecho.
—Claro que no.— Negó sabiendo que estando juntas ambas siempre estarían bien, Bloom y Fallon eran poderosas por separado, pero juntas... No habría poder sobre el mundo capaz de detenerlas. —¿Nuestro amigo, el brujo de sangre, también sigue de una pieza?— Preguntó esperando por un lado que la respuesta fuera negativa, ya que muerto Sebastian la magia regresaría a las hadas, pero si moría no tenían la oportunidad de dar con el resto de brujas, por lo que había pros y contras.
—Así es, sí.— Respondió Bloom mientras mantenía aquella distancia sabiendo que no podían confiar en ella, ahora estaban ellas solas contra dos fuertes enemigos. Sebastian y su deseo de poder, y Rosalind y su deseo de acabar con las brujas.
—Estoy impresionada por vuestro control.— Comentó sorprendida por lo bien que ambas habían sabido manejar aquella situación.
—Bueno, a veces no resulta fácil, así que...— Empezó a decir Fallon mientras miraba de forma amenazante a la hada, haciendo que esta observará que pasaba algo. Podía ver la rabia y la ira en los ojos de la Ignis, y eso podía traerla problemas.
—Sentimos no haberte dicho donde íbamos.— Intervino Bloom sabiendo que debían de mantener una falsa cordialidad.
—Fue lo más inteligente, él podía haber percibido algo y entonces nos habría descubierto.— Garantizó sabiendo que ellas habían actuado de una manera que jamás lo hubiera esperado. —¿Cómo ha ido todo?— Quiso saber.
—Cree que de verdad piensa que te traicionaremos.— Respondió Bloom sorprendida de que Sebastian creyera que estarían de su parte, por supuesto tampoco estarían de la de Rosalind, por que en aquellos momentos había otro bando: el de ellas que iban a acabar con ambos.
