El espejo

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- Wow, estás espectacular con ese top - dijiste mientras te acercabas de manera insinuante.

- Pues anda que tú.

- ¿Yo qué?

- Pero, ¿Tú te has mirado? - te rodeé con mis brazos y te hice girar hasta quedar frente al espejo.

- Lo único que veo es a la chica mas bella del universo - dijiste señalándome - y... ya está - tu mirada evitaba todo contacto con tu propia imagen.

- ¿Cómo que ya está? Me parece que no estamos viendo lo mismo - te hice levantar la cabeza para observarnos - Dime, ¿Qué ves?

- No me hagas esto, por favor - tapaste tus ojos humedecidos con las manos.

- Cariño, ¿Qué pasa? Háblame por favor - nos sentamos abrazadas en el suelo. Solo quería tranquilizarte, pero sobre todo, entenderte. Me pegué más a ti para calmar ese llanto, con ese abrazo que decía "estoy aquí para ti". Me tenías totalmente preocupada.

- Mí yo a través del espejo es esa parte de mí que me anula, porque esa imagen que veo no me representa, o al menos, eso es lo que le dicta mi cerebro - conseguiste hablar al fin - Llevo años sin fijarme por eso mismo. Llámalo baja autoestima, y sí, sé que debería quererme más, aceptar mis imperfecciones, pero resulta tan difícil.

- Lo siento amor mío, no sabía que te sentías así, para mí siempre has sido hermosa, y fuerte. No debí forzarte a... - me sentía culpable por haberte llevado a ese extremo.

- Shh, calla - tapaste mi boca con tus dedos - No tienes la culpa de nada, al contrario, es todo culpa mía - cogiste mis manos entre las tuyas - Verás, cuando te has acostumbrado tanto, cuesta romper esas ideas preconcebidas por la sociedad...y antes, justo cuando nos hemos puesto frente al espejo...mí yo adolescente y mis inseguridades han salido a la luz - tus manos fueron ahora hacia mi rostro, el cual mirabas fijamente.

- De verdad que lo siento, siento que te veas así - te besé dulcemente los labios - Lo que yo veo es que estás hecha de estrellas, pura y divina - tus ojos se agrandaron, asimilando mis palabras.

- Es lo más bonito que me han dicho nunca

- Pues vete acostumbrando.

- Creo que podría, dímelo otra vez.

- Te lo tendrás que ganar - te guiñé un ojo.

- Está bien - te pusiste frente al espejo - Ponte detrás de mí - te hice caso. Estaba ansiosa a la espera de saber que ibas a hacer. Desde esa posición podía observar tu hermosa silueta - Pon tus brazos alrededor de mí cintura - seguía tus órdenes sin rechistar - ¿Qué ves?

- Te veo a ti, y me veo a mí. Somos como una de esas historias de amor que solo ocurren en las películas, pero la nuestra es real y pasó en el lugar más inesperado - sonreíste - Amo tú sonrisa y recuerda "Quiérete a ti misma, porque como tú te quieres, no te va a querer nadie más".

- ¿Más que a ti? Imposible. Pero trabajaré en la aceptación y puede que algún día llegué a quererme tanto como te quiero a ti.

- Olvídate de mi. Esto es entre tú y tu mente. Eres más de lo que tú imaginación y la sociedad te han dicho que eres.Tú, tanto como cualquier otra persona de este mundo, mereces tu amor y tú afecto.

- No sé que me enamora más, si tú personalidad o ese corazón tan grande que tienes...

- Creo que un poco de ambos, es lo mismo que me pasó a mi. Eres perfectamente imperfecta, es lo que más me gusta de ti y por eso te amo tanto Maite - busqué tu cuerpo.

- La palabra felicidad solo tiene significado gracias a ti. Te quiero tanto Camino... Quédate conmigo todos los días de mi vida, por favor

- Siempre.

One shot MaitinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora