¿Qué quieres?

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- Camino, ¿Qué haces aquí? Te dejé bien claro en esa carta cuando sería nuestra segunda cita...

- ¿Pretendes que espere dos semanas? Después de dos meses, después de aquella noche... Te recuerdo que fuiste tú quien me besó, quién dijo de ir poco a poco, que querías conocerme. Me hiciste una promesa - empujo la puerta para entrar - Me voy a quedar aquí hasta que me des una explicación... No puedes lanzar una promesa que luego no vas a cumplir... ¿Quieres que confíe en ti? Pues habla...

- Mi madre ha muerto, ¿vale? Por eso desaparecí... Fue algo repentino y llevo todo este tiempo sumida en un vacío que nada consigue llenar... - me alejo para evitar que me toque, porque si lo hace, me romperé en mil pedazos y no quiero que nadie me vea en ese estado.

- Maite, yo... Lo siento - quiere hablar pero se ha quedado muda.

- Vete, por favor, quiero estar sola - abro la puerta sin dejar de mirar al suelo. Si nuestras miradas se cruzan perderé la poca energía que me queda.

- Estás muy equivocada si piensas que me voy a mover... Mira, sé que tú y yo todavía no somos nada, pero si me largara en este mismo instante, no me lo perdonaría... - cierra la puerta y tira de mi hasta cubrir mi cuerpo con sus brazos.

- Camino, Camino...- digo su nombre una y otra vez. Como si decirlo en voz alta me uniera más a ella. El dolor aparece de nuevo y lloro como en un día de lluvia, con miles de gotas que caen al suelo.

- Tranquila, llora todo lo que necesites - me aprieta con fuerza, sin dejar de acariciar mi cara con una mano. Va dejando pequeños besos en mi cabello, y yo solo puedo pensar en lo horriblemente fea que debo estar.

- Gracias por... - pero no me da tiempo a hablar porque me pierdo en su mirada... - La echo tanto de menos, ha sido como perder una parte de mi cuerpo... Así no puedo estar contigo... ¿Y si...?

- Y si nada. Estoy aquí, ¿No? Me gustas Maite, mucho, y voy a esperarte lo que haga falta. Ahora necesitas tiempo para ti, y te lo voy a dar, pero no voy a irme a ningún lado - me besa y por un momento olvido todo.

Olvido que mi madre no está, que el vacío no existe, que cuando me de la vuelta ella estará ahí, en la cocina, preparando mi plato favorito.

- Camino, de verdad que lo siento, pero necesito hacer esto sola. Ahora mismo no soy la persona que conociste, no sé ni siquiera si podré volver a serlo... Si seguimos adelante con esto, solo lo vamos a estropear.

- Continuará -

One shot MaitinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora