Junto a ti

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¿Te has preguntado alguna vez cuántos capítulos tiene tu vida? Y si así fuera, ¿En cuál estás? Creo que, desde que ella llegó a mi vida, vivo en un capítulo piloto, uno de esos que no sabes si va a gustar, pero que lo vives con tal intensidad, que piensas que podrías quedarte a vivir ahí para siempre.

La primera vez que la vi, con ese vestido negro, como sacado de una película en blanco y negro, dudé si había viajado en el tiempo. Me enamoré de ese estilo clásico tan suyo y tan propio, y ya no pude despegar los ojos en toda la noche. Hasta que me armé de valor y la invité a una copa que sería la primera de muchas. Poco tiempo después, comenzamos a salir, y comprobé que el amor no entiende de tiempos, que llega y sin más se incrusta en tu corazón. Y el mío era suyo desde el instante que entró por la puerta de ese bar.

- ¿Estás lista? - pregunté.

- Caliente como un volcán, como a ti te gusta - resopló.

- Cariño, cualquier persona que te escuche podría pensar que...

- ¿Qué estoy caliente? ¿Qué me enciendo con solo mirarte? ¿Qué en cuánto me tocas ardo de deseo? - me silenció con un beso - ¿Crees acaso que eso me importa? Si los vecinos tienen alguna queja, que la pongan por escrito... Mientras tanto, seguiré disfrutando de ti como he hecho hasta ahora - terminó con sus labios en mi cuello.

- Está bien, me has convencido - rodeé su cintura - Creo que hemos llegado a esa parte en la que la ropa sobra - le desabroché el albornoz que resbalando lentamente cayó al suelo.

- ¿Y ahora qué? - susurró en mi oído.

- Ahora debes quedarte muy quieta, o de lo contrario, perderé el control, y no creo que quieras aparecer el día de nuestra boda con un tatuaje en el sitio indebido.

- No sé cómo me dejé conver para esto.

- No seas tan melodramática, solo durará un par de semanas, si no quieres, estás a tiempo - rezongué.

- Hazlo.

En el fondo, estaba cumpliendo un deseo infantil que surgió en una noche de borrachera. Le dije que no sería capaz de hacerse un tatuaje a juego, aunque la idea de compartir algo solo nuestro, me llenaba de emoción, sabía que no podía obligarla. Un tatuaje es algo muy personal que permanecerá en tu piel para el resto de tu vida.

- Ya puedes mirar - aún con su cuerpo desnudo, la volteé hacia el espejo - ¿Qué te parece? - pregunté con recelo.

- Es precioso - respondió con los ojos humedecidos - Creo que... Que podía tatuármelo de verdad... Contigo.

- Amor, no hace falta. Sé que no te gustan...

- Cállate. Ahora lo entiendo - me abrazó con su cuerpo - Este tatuaje, simboliza nuestro amor, algo duradero y...

- Maite, que no...

- Cállate... Camino, no te estoy diciendo que sea ahora, pero puede que en un futuro no muy lejano... Lleve algo pequeñito que me recuerde a ti, a nosotras - siguió besando cada parte de mi cuerpo - "El mejor lugar será siempre junto a ti", ese será mi tatuaje porque te llevo tatuada en cada poro de mi piel - afirmó.

- Creo que me va a encantar formar parte de ese futuro - murmuré - Con o sin tatuaje, tu amor es una tinta indeleble que llevo tatuado aquí - con su mano en mi pecho, señalé mi corazón - Te quiero Maite.

- Te quiero pequeña.

Y sus palabras fueron marcadas a fuego en mi memoria, al igual que los besos que nos dimos tras ese día que cambió por completo nuestras vidas. El día que un "sí" dio comienzo al último capítulo de nuestra historia.

One shot MaitinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora