¿After all this time?

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Recuerdo aquel día como si fuera ayer, quedamos en el lugar de siempre, ese bar tan acogedor donde nos conocimos por primera vez. Te vi entrar por la puerta con esa sonrisa y me moría por dentro sabiendo lo que estaba por venir.

- Camino, ¿Tú me quieres? - realizaba esa pregunta por última vez, temiendo su respuesta.

- Sabes que sí - no sabías que decir.

- Entonces, ¿por qué no podemos estar juntas? - no me andaba con rodeos.

- Por favor, por favor... Dame un poco más de tiempo.

- No puedo más, lo siento - Tus palabras se me quedaron clavadas a fuego. Te veía suplicar y el alma se me caía a los pies, pero no podíamos seguir por ese camino. Odiaba ser la mala, quién ponía fin a esto, pero eras tú o yo, y hacía tiempo que me estaba perdiendo por encontrarte a ti.

Ni siquiera te inmutaste cuando dije aquellas palabras y me alejé para no volver. Tú no estabas preparada y yo estaba cansada de esperarte...

Los años siguientes fueron como un espejismo, vivía como un fantasma, moviéndome a través de la nada. Algo faltaba, algo que necesitaba y que desapareció contigo. Por eso, cuando te encontré en aquel concierto de Lady Gaga entre toda esa multitud, supe que el destino jugaba con nosotras para unirnos de nuevo.

Habían pasado casi cuatro años desde que te dejé marchar... ¿Y si era el momento? ¿Y si los astros habían predicho este encuentro escrito en las estrellas?

Una línea recta invisible nos separaba, la gente a nuestro alrededor no existía, tan solo estábamos tú y yo. Ninguna apartaba la mirada por miedo a perdernos otra vez. Incluso con el paso de los años, siendo tan diferentes, nos reconocimos al instante. Llevabas la bandera del orgullo a modo de capa. Quién te ha visto y quién te ve. Has pasado de no querer que nos vieran juntas a proclamar a los cuatros vientos tu libertad.

Caminábamos a cámara lenta como si estuviéramos dentro de una película y ese instante fuera épico. Las personas se iban apartando a medida que nos acercábamos intuyendo que algo ocurría entre nosotras.

Nos quedamos frente a frente, la música seguía sonando con fuerza y la gente no dejaba de bailar al son de "Born this way" Te miré, me miraste y nos fundimos en un abrazo, uno de esos que llevas tanto tiempo añorando que se hace eterno. Cogí tu mano para llevarte a un sitio apartado donde poder hablar, estaba segura que teníamos muchas cosas que contarnos.

- Hola.

- Hola - respondí de manera mecánica.

- Maite, ¿Eres tú?

- ¿Tanto he cambiado? ¿No me reconoces? - giré sobre mi misma.

- Sigues siendo igual de hermosa, pero no sé si esto es un sueño o...

- Estoy aquí, soy real - acaricié tu cara - ¿Has venido con alguien? - quise saber para no meter la pata.

- Con unos amigos... ¿Y tú?

- Con mi prima Lolita.

La conversación no iba hacia ningún lado, parecía que nos daba miedo ahondar por si nos encontrábamos en un callejón sin salida.

- ¿Te apetecería quedar? - el miedo no lleva a nada, así que me lancé.

- ¿Aún sigue abierto nuestro bar?

- Sí, está un poco cambiado, pero con su esencia intacta - iba con doble intención, sobre nosotras - ¿Lo sabías?

- No he vuelto a pisar ese lugar... Me traía recuerdos dolorosos, sé que el lugar no fue culpable de lo que pasó, pero perdió su encanto al no estar tú - hablabas con una madurez alcanzada a base de esas malas experiencias que nos hacen crecer por obligación.

- ¿Vamos mañana?... Si no tienes otros planes, claro - comencé a dudar.

- Me encantaría.

Seguíamos sin saber qué hacer o qué decir, tampoco podía leer tu mente, ni mucho menos descifrar en tu mirada que sentías... Aunque en el fondo lo sabía... Porque desde el momento en que te vi, mi corazón volvió a vivir.

- Maite ¿Me sigues queriendo?

- Nunca he dejado de hacerlo - No esperaba una pregunta tan directa, pero se merecía una respuesta sincera.

- ¿Después de todo este tiempo?

- Siempre... ¿Tú no? - era tu turno, todo dependía de ti.

- He sido tuya siempre, solo necesité un poco de tiempo para darme cuenta... - cogiste mi cara entre tus manos - Perdóname, estaba perdida, no saber a lo que me enfrentaba me ataba de pies y manos... Cuando te fuiste me di cuenta de lo que había perdido, de que te había perdido - típica frase.

- No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, ¿Verdad?...pero no todo fue culpa tuya... - mis manos bajaron hasta tu cintura - no fui capaz de ver más allá de mi deseo de estar juntas - besé tu frente.

- Jamás tuve que permitir que mi miedo a ser y a amar a alguien de mi mismo sexo influyera en mi vida - besaste mi nariz.

Mis ojos humedecidos en lágrimas fueron cómplices de mi pesar, ese que llevaba arrastrando desde que salí corriendo sin mirar atrás.

- No llores Maite.

- Es de alegría - era imposible contener ese llanto que había mantenido encerrado durante tantos años - Te quiero Camino - solté con alivio, pero sobre todo con esperanza.

- Y yo a ti Maite, eres mi único y verdadero amor. No sé qué hubiera sido de mí si no te hubiera conocido... A pesar de esta separación yo... - y sin más te lanzaste a besarme cuando estaba sonando la canción "Stupid love".

"Porque todo lo que siempre quise era amor
Todo lo que siempre quise era amor

Quiero tu estúpido amor, amor
Quiero tu estúpido amor, amor"


En ese beso mostrábamos todo lo que habíamos callado, como una sacudida nuestros cuerpos temblaban al roce de nuestros labios, que se morían por llenar esos huecos vacíos con besos repletos de nostalgia, de sed y de hambre.

Ni nos dimos cuenta que la música había parado y estábamos saliendo por las pantallas del concierto. La gente nos miraba sonriendo, como aquellos que están viendo el final de una película que termina con la reconciliación de las protagonistas.

Escondiste la cabeza bajo mi cuello evitando mostrar ese rubor que comenzaba a subir por tus mejillas. A mí no se me ocurrió otra cosa que cogerte entre mis brazos tomándote de la cintura e imitar ese icónico beso para celebrar que al fin, volvíamos a estar juntas.

Lo que pasó después, será parte de otra historia.

One shot MaitinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora