- Camino, ¿A dónde vamos?
- Déjate llevar.
- Pero dame alguna pista.
- Sí te la doy no tiene gracia.
- ¿Por favor?
- Da igual si pones esa cara. No saldrá ni una palabra de mi boca - puse mi mejor cara seria.
- Mientras utilices esos labios para otra cosa que no sea hablar.
- ¡Maite, que no estamos solas! - me paré
en seco sin aguantar la risa, mientras un chico que pasaba por nuestro lado se tapaba la cara con las manos. - No puedo sacarte de casa.- ¿Acaso te avergüenzas de mí? - sonrió de manera provocadora.
Esta vez no iba a dejar que Maite se saliera con la suya y me dejé llevar. La agarré por la cintura y le planté un beso delante de toda la gente que abarrotaba la plaza.
- Vale... Eso me ha pillado por sorpresa y me ha encantado. ¿Podemos repetir?
- Que mujer, ¿No te cansas?
- ¿De ti? Nunca.
No podía dejar de sonreír ante su insistencia, pero el tiempo seguía corriendo en nuestra contra e íbamos a llegar tarde. A trompicones la guié hasta la vieja casa de mis abuelos, no sin antes parar en cada esquina a besarnos. Atrás habían quedado muchos besos, besos que no nos habíamos dado y que estábamos recuperando.
- ¿Por qué me has traído aquí?
- Entra y lo averiguaremos.
- ¿Vas a secuestrarme? Porque si es así... Llévame a la habitación y hazme completamente tuya.
- ¿Pero se puede saber que te pasa hoy? Tienes la líbido bastante subida.
- Teniéndote delante es lo más normal del mundo.
Sabía que si le seguía el juego, estropearía la sorpresa, así que, por muchas ganas que tuviera de hacerle el amor... Tendría que reservarme hasta esa noche.
- ¿Y bien?
- Hace unos años, antes de morir mi abuela, me hizo prometerle que cuidaría de esta casa, era su legado y mi hermano y yo la heredamos tras su muerte.
- Vaya, lo siento. No sabía que...
- Tranquila. Te he traído por un motivo... - no estaba preparada para lo que iba a pasar a continuación - ... Quiero vivir contigo aquí, quiero formar una familia en este casa que me vio nacer... Quiero casarme contigo y que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos vivan aquí... ¿Qué me dices?
Maite comenzó a llorar. De todas las ideas que habían pasado por su cabeza, en ningún momento me había planteado esa. Después de todo ese tiempo separadas, después de la desconfianza que provoqué en nuestra relación... Ahí estábamos, a punto de dar el paso más importante de nuestras vidas.
- Maite di algo.
- ¿Esto significa que...? ¿Por qué ahora? ¿Qué ha cambiado?
- Yo, he cambiado yo... Me he dado cuenta que no puedo quedarme viviendo en el pasado porque la mujer que fuiste no es la que eres ahora... Y si seguía esperando, corría el riesgo de perderte, y si esto es madurar, quiero hacerlo contigo - me acerqué tanto que podía respirar su aliento - Entonces, ¿Qué me dices?
- Sí, sí y un millón de veces sí a todo, contigo. Te quiero mucho muchísimo pequeña.
Y la abrazó, en uno de esos abrazos que duran más que una vida.
Y la besó, con esa clase de beso que merece una obra de arte.
Y el amor era tan grande que no tenía cabida en el infinito.
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One shot Maitino
RomanceCómo mi mente y mi inspiración no están en sintonía, llevo cosa de un mes que no consigo escribir mucho más que un simple texto. Así que, mientras todo vuelve a su sitio, iré publicando todas estas escenas publicadas en Instagram en mi cuenta de Wat...