One shot Maitino

Tú canción

- Camino, ¿Camino? - No recibí respuesta - Está mujer va a acabar con mi paciencia. Tanta prisa y no está - o eso pensaba. Te encontré en la habitación bailando como si estuvieras en un concurso. Imposible que escucharas tu nombre con los cascos puestos a todo volumen.

Maite sonrió para sí, no era la primera vez que se la encontraba así. Le encantaba verla desde su escondite. Disfrutaba tanto de esa Camino eufórica y sin miedo que se exhibía tal y como era. No sabía que hacer, si me acercaba, seguro que te asustarías, y si no lo hacía, llegaríamos tarde a la cena. Era nuestro momento, daba igual lo ocupada que estuviéramos.

Opté por la primera opción y me acerqué sigilosamente hasta colocarme detrás de tí, tarde o temprano te darías cuenta al ver mi reflejo ante el espejo. Me ibas a matar pero disfrutaba haciéndote sufrir con esos sustos. Éramos cómo niñas pequeñas jugando. Cuanto disfrutaba dejando aflorar esa parte que nunca deberíamos dejar atrás. Me puse a imitarte, lamentablemente no tenía la misma habilidad, era arrítmica total. Tu cara de asombro al verme merecía ser recordada, y te tomé una foto sin pensar en la consecuencias.

- Maiteeee, te voy a matar. No huyas - dijiste al ver como me escondía en el baño - Abre la puerta, no tienes escapatoria.

- Solo abriré si aceptas un trato.

- ¿Cuál?

- Dime qué canción estabas escuchando.

- ¿En serio?

- Sí, por favor.

- ¿Por qué esa necesidad de saberlo?

- No sé... se te veía tan feliz, tan tú - abro un poco la puerta para poder verte.

- ¿Qué está pasando por esa cabecita?

- ¿Por qué no eres así siempre? ¿Es que no te sientes cómoda conmigo? - ahí estaba otra vez esa parte de mi que dudaba de todo.

- Maite...- empujaste la puerta - siempre hay una parte de nosotros que reservamos. No porque no confíe en ti, no porque no te quiera, si no simplemente porque debemos tener un espacio privado en el cual recargarnos - abriste los brazos para recibirme - y para que lo sepas, estaba escuchando "I'm crazy about you" de Jessie J. Porque de repente todas las canciones de amor son sobre ti.

- ¿Sobre mí?

- Love everywhere - sentía tus brazos rodeándome, dándome esa paz que solo hallo contigo.

- Lo siento. Siento ser así, siento dudar de ti, de nuestro amor - siento que estoy a punto de llorar - Odio cuando me pongo así. No te lo mereces - oculto mi cara en tu pecho.

- Amor, si hubiera sabido que acercándome a ti, me acercaría a mí, lo hubiera hecho mucho antes - me besaste en los labios - Este versión mía que has visto, ha salido gracias a tí. Tú me has dado la fuerza y el coraje para vivir.

- Gracias.... por hacerme sentir cosas que pensé que nunca podría sentir. Te quiero - busqué tus labios que pedían a gritos un beso.

Porque hasta que no apareciste, esas canciones no tenían sentido alguno, pero fue llegar tu, con tu espíritu libre e indomable y tu corazón de oro, que esas canciones cobraron un significado, pues todas hablaban de ti, de mi, de ese amor tan lindo que estábamos creando.