Deseo terminal.

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-Eres mío... eres mío.

-Si... lo soy- Aceptó Alphonse a media voz.

El rubio apartó desesperadamente la silla de ruedas con una mano, esperando sostener todo el peso de Alphonse y repegar sus cuerpos, rodeó su cintura, pero antes de poder abrazarlo, vio a su hermano hacer un gesto de dolor.

-Ouh...- Dijo quedito, cuando Ed lo sostuvo para evitar que se deslizara hacia el suelo. El rubio sintió como si a su espalda le hubieran arrojado un balde de agua helada, la frente se le cubrió de sudor. Observó  a su hermano un par de segundos: su tenía la mirada en el suelo, concentrado en averiguar que hueso había sido esta vez. Edward se puso pálido. Recién se daba cuenta, estaba deseando a alguien cuyo cuerpo se partiría en pedazos... alguien cuyo cuerpo probablemente no resistiría la mínima caricia o toque.

-Estoy bien, no pasó nada Ed... ¿Ed? 

Lo miró de abajo arriba, hasta encontrarse con sus ojos.

-¿Estas bien?- Le dijo casi sin respiración.

-Solo fuiste un poco rudo- Contestó Alphonse sobando sus costillas cuidadosamente.

"Soy un imbécil" pensó Ed y en ese instante, su cuerpo lo alertó de algo que nunca había pasado por su mente, tenía dos posibilidades: hacerle el amor a su hermano lo más pronto posible  o no hacerlo nunca. Esto lo llevaba a un montón de consideraciones éticas y morales... en las que no quería pensar. ¿Sería capaz de tener sexo con su propio hermano?

Su cuerpo ardía a que sí, su corazón deseaba que sí.

Su cerebro le decía que no fuera tan hijo de puta.

 Lo besó de nuevo, y esta vez acercó su cuerpo lentamente, más para tratar de calmarse con su latido que para tratar de hacerle algo más, Alphonse le acarició el rostro y le subió la pierna en un costado, Ed lo levantó un poco más, su corazón no iba a resistir tantas emociones contradictorias en un mismo instante: Alphonse lo deseaba tanto como él, su miembro duro, contra la cara interna de su muslo le hacía notarlo. Edward nunca soñó con encontrarse en una situación así, con el aliento dulce de su hermanito dando contra su cara sin dejar de besarlo, su débil corazón golpeando lentamente pero con fuerza contra su pecho, su aroma a loción de chico joven, tratando de esconder el olor de la muerte que le venía de adentro. Sin embargo Ed recordaba ese olor del perfume que usaba su hermano durante tiempos más felices. Apartó su cabello del rostro con una mano y rozó su mejilla, quería por una vez perderse en sus ojos, en su cuerpo sin ninguna culpa, recorriendo lentamente su espalda una y otra vez, sintiendo cada pequeño hueso en su camino: todos los de la columna, disfrutando con su lengua la textura de la de Al, ya sin hacer presión sobre su cadera, dejando que Al marcara la fuerza del abrazo, deslizó su mano hacia el costado para buscar el pecho, sintiendo en su camino cada costilla.

-Nii...

-Te amo Alphonse.

Sintió su mano demasiado grande y torpe en el torso de su hermanito, pero con las yemas de los dedos encontró el pequeño punto que buscaba, sentirlo bajo tela lo hizo ponerse más excitado todavia, Al gimió sin poder contenerse, Ed sintió que se empezaba a mojar lentamente, solo de escuchar a Al hacer ese tipo de ruidos. Hundió su rostro en su cuello, su hermanito jaló aire violentamente y apretó sus caderas contra  la pierna de Ed, el rubio cerró los ojos. 

-Nii san... te necesito... te...

El súbito ruido de la puerta los hizo saltar. Se miraron uno al otro totalmente pálidos.

-!Alphonse !Adivina que! he pescado un montón de...

Su ansia les había hecho olvidar donde estaban y lo que estaba ocurriendo a su al rededor. No había tiempo, Edward cargó a Alphonse y lo puso, lo más delicadamente posible en la silla, para después alisarse el cabello. Alphonse hizo lo mismo, cuando se dio cuenta que el libro estaba aún en el suelo.

-!Al!.. ¿Que haces tú aquí?

Cuando Wrath entró, con un racimo de pescado mojando el suelo, vió a Edward recogiendo (otra vez) el libro.

-S-sólo quería hablar con mi hermano. ¿acaso no puedo?

-!ÉL NO...!

Wrath se interrumpió de pronto, Al había deslizado su silla al centro de la habitación y había cruzado los brazos al rededor de su cuerpo, se veía pálido, Ed sostenía el libro justo a la altura necesaria para ocultar su exitación, aunque el susto había ayudado en buena parte a que disminuyera.

-Ustedes dos que...- Wrath oteó el aire y la temperatura a su alrededor, se puso pálido y luego sacudió la cabeza para deshacerse de un pensamiento ridículo.

"No, es totalmente imposible"

El olor de Alphonse y Edward entremezclados. Si pudiera acercar su nariz al aliento de Al, hubiera podido oler la saliva de su hermano en él, pero eso fue algo que descartó tan pronto llegó a su cabeza.

"Totalmente imposible, debe ser el calor de la habitación y lo mas seguro es que hayan estado peleando, no puedo creer que sea tan estúpido de imaginar eso siquiera..."

-No voy a permitir que entres aquí, solo  para pelear con tu hermano, Demonios Edward madura ya.

-¿Quién lo dice?

-Él no te quiere ver, ¿porque no lo aceptas? 

-¿Qué pasa Wrath? ¿no eres capaz de entender una simple pelea entre hermanos? Los hermanos se pelean y se reconcilian todo el tiempo ¿no es así Al?

Al tosió un poco.

-S-supongo que si.

-!No ustedes! !Y no como para llorar todo lo que lloró él!.

Alphonse se sonrojó de inmediato.

-!No fue tanto!- Protestó y luego hizo un pequeño gestó que pareció una diminuta sonrisa.

-!Ed vete de aquí!- Gritó el peli negro, pero luego reflexionó, Al lucía mil veces más tranquilo que los días pasados y su mirada tenía una pequeña chispa, era saludable para su ánimo el no estar peleado con su hermano- Q-quiero decir, más vale que te hayas disculpado apropiadamente.

-Lo hizo- contestó Al

-Bueno, en realidad sus pleitos no son mi asunto... voy a preparar la comida. Si quieres quédate a comer, torpe. 

-O-ok.

-!Grandioso!- dijo Al.

Unos cuantos trastes comenzaron a ser golpeados en la cocina.

Ed se arrodilló nuevamente frente a la silla.

-!Demonios! !Eso estuvo cerca!- susurró.

-¿Qué hacemos?- repuso Al.

-¿Planeas volver a botarme como si fuera basura?

-No digas eso nii-san... yo... sabes que no está bien.

-Hace un momento dijiste que me necesitabas.

-Pe...

-!Lo dijiste!

-!Si! !lo sé! !Es verdad pero...!

-Si podemos ocultárselo a Winry, podemos hacerlo con Wrath, será más raro si no nos hablamos ¿lo viste olfatear el aire hace rato?

Alphonse emitió una pequeña risa.

-Esto es algo que ni en mil años se podría imaginar... !!Pero Winry definitivamente sospecha!!

-Lo dudo- suspiró Edward-En fin, haré lo que tu me digas, lo que sea por una sonrisa como esa.

-Bue... por el momento, solo vamos a comer ¿vale?

Se sonrieron en silencio.


-



Lo que ha estado tras la puerta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora