Lo que ha estado tras la puerta.

Intercambio equivalente.

Y entonces este fue el informe que obtuve, dijo Jean Havoc chocando los talones frente a una dulce ama de casa vestida con delantal rosa pastel.

-Es justo como lo sospeché... hasta ahora no tenía pruebas, pero esto... ¡Voy a matarlo! – murmuró Winry con los dientes apretados.

-Disculpa? No entiendo que es lo que...

-Ese EDWARD!! Ha estado llenando de golosinas a los niños entre comidas!! Arrgh!!

-Porque no imaginé que sería algo así?- suspiro Jean con una gotita resbalando por su frente.

-Has sido de mucha ayuda Jean, gracias –La rubia le entregó un pie de manzana casero hecho por ella misma- ya puedes irte.

El hombre miró el pie, el aroma delicioso le llegó a la nariz, todavía estaba tibio.

-Si necesitas otra cosa dímelo- sonrió mientras hacia una señal de despedida con la mano- arigato, Winry chan.

Ella sonrió y también le dijo adiós con la mano.

Cerró la puerta de entrada a la cocina y recargada de espaldas sobre la puerta volvió a leer el informe.

-Edward ¿Qué estás tratando de hacer?

Con aparente tranquilidad encendió la estufa y quemó los papeles escritos por Havoc en la parrilla, luego de apagarla recogió las cenizas y las echó por el fregadero.

Luego, en un parsimonioso silencio se fue sentando a la mesa de la cocina donde se quedó un tiempo, no supo cuanto mirando el mosaico de las paredes, el teléfono apenas se escuchaba sonar del taller hasta esa parte de la casa, pero aún así el ruido la hizo saltar.

Cuando los muchachos llegaron Winry les sonrió como siempre.

-Llegan justo a tiempo para almorzar, siéntense, hice pie de manzana.

-Oh, creo que no podría- dijo Edward.

-Quizá más tarde- dijo Al.

-Queremos jugar- dijeron los niños.

-Como no, si están hiperactivos por tanto azúcar- suspiró Winry con paciencia y cuando Van se llevó a su hermana de la mano se quedó mirando a los hermanos.

-Supongo que estarán satisfechos ¿no? Llenarlos de dulces para que se pierdan el almuerzo y la comida.

-Lo sentimos- se rió Edward rascándose la nuca – nos dejamos llevar por la diversión.

-Fuera de mi vista.

-¿Què?

-Lo que están oyendo, váyanse de aquí antes que lo piense mejor y acabe matándolos a ambos!

-Pero cariño!

-Nada! Y no habrá pie para ustedes ni más tarde ni nunca! No pienso darles una sola rebanada! Me esmero para hacer algo nutritivo y delicioso! Miren como me pagan!

-Winry chan- tartamudeo Al nervioso.

-Fuera!

Tuvieron que salir corriendo de la cocina mientras platos y tazas volaban amenazando con golpearles la cabeza.

-Que le pasa?- preguntó Al con los ojos muy abiertos.

-Como si no la conocieras.

La puerta se abrió una vez más.

-Llamo Mei Al, dice que mañana vendrá a Rezembool.

Eso era presión, vil y vulgar presión para Edward.