Huesos podridos.

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La soleada mañana y la sonrisa de Mei, contrastaban exageradamente con el dolor que sentía en estos momentos. Había en el aire una tibieza agradable, el cielo azul lucía tan inocente, encima de ese prado de hierba salvaje y verde que también parecía inocente de Rezembool. Sus sobrinos reían alegremente en torno a ella, pero su mente estaba perdida. Todavía amaba a Alphonse, casi tan desesperadamente como cuando era niña y estaba sola en medio de la guerra, buscando el secreto de la inmortalidad para no ver desaparecer a su clan, él entonces medía casi dos metros y había sido tan amable con ella. Ahora era un delgado joven, que casi parecía una princesa en los brazos de su hermano mayor, así era y así debió ser siempre, aquella lectura que hizo con alcaestría, de la sangre de Alphonse manchada con la de su hermano Edward se lo habían  indicado. Desde el primer momento, desde que en la batalla final con el homúnculo de la botella, ella transmutara a Alphonse.

"Sólo puedo confiar en ti para esto" Le había dicho Al, pequeño chantajista.

"No debí habérmelo llevado" pensó "Eso al final nos trajo más dolor a todos" Pero no estaba arrepentida, esos breves años con Alphonse sonriendo a su lado eran como luz pura, antes y después, además él le había pedido matrimonio, tenía que aceptar que por un momento había tenido la esperanza de que su corazón cambiara. Pero luego Al se había puesto enfermo (eso ella no pudo preveerlo, pero Al se lo dijo de la forma más tranquila, había estado enfermo antes y era lógico que lo estuviera ahora) y aunque la vida se le estaba yendo, lo que permanecía era ese sempiterno amor por su hermano, esos delirios nocturnos que a veces tenía por la fiebre se lo habían hecho saber. Los miró, lucían como una  pareja de novios, Edward fuerte y posesivo, parecía estar divirtiéndose con la vergüenza de Alphonse, frágil, tímido, sonrojado, luego se sintió culpable por mirarlos, Edward aún cojeaba un poco "Necio" bufó "si tan solo se hiciera arreglar esa cosa"

Se sorprendió pensando cómo es que Alphonse había enfermado y no Edward, porque tenía que morir Alphonse y no su hermano, de esa forma, sería posible que él se quedara a su lado para siempre, acto seguido borro de su cabeza ese pensamiento "Eres una persona horrible" Se dijo. "Tu decidiste esto" se dijo "Tu entregaste lo que más amabas al sitio donde pertenece... por su felicidad, sabes que Edward ha logrado cosas que ningún alquimista ha hecho antes, sabes que Edward nunca se rinde y si por eso, él logra curar a Alphonse, jamás volveré a sentir dolor ni celos, si Alphonse vive yo... seré feliz para siempre, aunque esté lejos" Ella seguía sonriendo, mirando el hermoso río que corría por allí, dando vueltas a los niños tomados de las manos, amaba a sus sobrinos, amaba a Winry y por supuesto que amaba a su cuñado, a veces creía que ella caería enferma también de amor y celoss, pues se sentía incluso más ajena que Winry, que había estado con ellos desde la infancia.

Miró el perfil delicado de su esposo, su sonrisa triste, definitivamente era demasiado etéreo y  lucía mejor en brazos del rubio que al lado de una chica ruda y regordeta.

-Mei, espero que no te hayas puesto a llorar porque estabas sola- Dijo de pronto Al, sonriendóle.

-No digas tonterías.

-Todo este tiempo estuve preocupado.

-No hace falta que te preocupes- Dijo ella mirando el tejado de la casa Elric asomando por la colina- No soy una niña, no creas que te necesito.- Alphonse puso una expresión herida.

Edward la miró sorprendido.

Ella alzó las cejas "Sabes a lo que vengo" Parecía decir su expresión, Edward negó con la cabeza ella se encogió de hombros.

-Quiero caminar a partir de aquí.

Edward sabía que su hermano tenía miedo de ver la cara de Winry, una cosa había sido intimidarla cuando pensaba que ella tenía toda la ventaja y otra cosa muy distinta era entender que ahora le había robado a su esposo. Al no sabía lo que ella y Ed habían hablado. Si ella hubiera visto a su amado Ed cargando a Al, probablemente lloraría a mares, pero por la noche, sola en su habitación y aunque no los hubiera visto, era muy probable que eso hiciera esta noche.

Lo que ha estado tras la puerta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora