-Aquí estarás cómodo Al, ¿quieres que te ayude a pasarte a la cama?- dijo Winry después de abrir las sabanas y las mantas de su cama.
-Pero esta es la habitación tuya y de Ed!- protestó Al desde la entrada y en su silla.
-No te preocupes, dormiré con los niños y a Ed le toca sofá- sonrió la rubia dando un manotazo al aire y restando importancia al asunto- ¿quieres que te ayude a subir?
-No quiero dar molestias- murmuró cabizbajo el muchacho.
Winry se acercó a él y se le colocó de frente con los brazos en jarras, mirándolo desde arriba con una cara molesta.
-Escuchame, Alphonse Elric, no eres ninguna molestia y nunca serás una molestia para nosotros, ¿esta es tu casa ok? Sabes muy bien que eres mi mejor amigo, el querido hermano de Ed, tus sobrinos te adoran, así que más te vale callarte y apreciarlo. Al se sonrojó con tanta adulación. -Venga, te ayudo- La rubia acercó la silla de ruedas a la cama y luego tomó a Al del brazo y lo ayudó a levantarse, después simplemente lo sostuvo mientras él se subía a la cama, al rodearlo por la cintura se dio cuenta de que a pesar de haber recuperado peso, se seguía sintiendo delgado, también estaba frío, al grado de emanar su baja temperatura a través de la ropa hacia ella.
-Dios Al... voy a traerte más mantas.
Luego sin previo aviso recordó lo que Mei le había dicho, le quedaba poco.
Se abrazó a él, ahora el chico era un poco más alto que ella, así que le hundió su rostro en el cuello y lo estrechó contra ella con fuerza, tuvo que hacer grandes esfuerzos para contenerse, la piel del chico olía a talco, a medicina... y a algo dulzón que a Winry le recordó cuando la secuestraron dentro de un gran refrigerador de carne: Huesos y sangre expuestos, justo en la línea de la putrefacción.
-¿Winry? -Interrogó Al sorprendido.
-Perdón... es que estás fresco y tengo calor.. sabes una cosa? Antes yo... que tonta!! Estaba tan celosa de ti jejeje
-Celosa?
-Porque la atención de Ed siempre estaba centrada en ti, pero bueno, luego maduré y me dí cuenta que siempre serás nuestro hermanito peque- le hizo cerillito.
-jajajaj auch!! Si, que tonta, Nii san se enamoró de ti desde que eramos niños.
-tú también estabas enamorado de mi, ¿te acuerdas?- dijo ella burlonamente.
-Claro que no, quien se iba a fijar en una niña tan fea como tu? Solo nii-san que es tonto- dijo Al jalándola del brazo y tirándola en la cama.
-!Al Tonto!- gritó ella saltó sobre su cuñado para hacerle cosquillas.
Empezaron a forcejear , tirándose el pelo, haciéndose cosquillas y empujándose como dos chiquillos.
-Eh!- Llegó corriendo Van- yo también juego!!-y saltó a la cama, Trisha venía siguiéndolo torpemente y trató de subir también aunque solo se quedó sujetando las sábanas mientras gritaba.
-Quiero subir mamaa!
Winry y Al se arrojaron encima del niño, quedando fingidamente sobre él ya que en realidad estaban aguantando su peso para no aplastarlo, de pronto Al que estaba boca abajo sobre Van empezó a toser, ahogándose un poco, luego su garganta dio una arcada.
-Al estas bien?- dijo Winry.
-Tío Al tienes sangre!!
-Mamá el tío Al!!- dijo Trisha.
Al había vomitado un poco sobre las sábanas y un delgado hilo de sangre bajaba de su nariz.
-Lo.... Winry lo siento tanto!!
-No te disculpes!!
-Pe... perdón!! Ed él me obligó a comer tantos dulces que mi presión está elevada... por eso la sangre de.. déjame lavarlo
-ya ya, déjalo, no te apures!! –Winry recogió a toda velocidad la colcha y dijo mientras se marchaba – voy a ponerla en agua y te traigo otra... Van, consigue un pañuelo para tu tío...
La rubia salió al patio de atrás donde estaba la pileta del agua, metió la colcha mientras observaba la mancha humedecerse, apretó los dientes, cerró los ojos con fuerza, no sirvió de nada, en unos segundos se encontraba llorando como una chiquilla, le dolía las mentiras desesperadas de Al para tapar el hecho de que se estaba muriendo.
-A... Al...- sollozó lo más en silencio que podía.
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Edward por supuesto no fue a la casa Elric. Después de golpear la pared un buen rato decidió sentarse en la banca de la estación de trenes, casi sin darse cuenta fue retrocediendo para sentarse abrazándose a sí mismo. Su mente con dificultades estaba procesando lo que Mei le había dicho, Al estaba enfermo, muy enfermo y enamorado. La persona de quien su hermanito pequeño estaba enamorado era él. ¿Cómo podían ser ambas cosas ciertas? ¿No se trataría todo de una amarga pesadilla?
No veía nada, no escuchaba nada, estaba embargado por la confusión, los pequeños grillos que cantaban él no los escuchaba, las estrellas que destellaban en el cielo, él no las veía, ni siquiera sentía el fresco viento que le movía los cabellos de vez en cuando, ni siquiera era consciente de que por ratos lloraba, hablaba para sí mismo, o de que por momentos se balanceaba hacia adelante y hacia atrás para calmar su ansiedad, y así pasaron las horas.
Y las horas.
Pensando
Nadie hubo que lo interrumpiera pues Rezembool era un pueblo donde en fines de semana y por la noche nadie abordaría un tren, los trenes que aparecían solo pasaban de largo por ahí, ya que no había nadie que los fuese a abordar, hacían sus ruidos característicos, pero Ed no los veía.
Hasta empezó a amanecer.
Si algo era seguro, era que Edward Elric no se rendía fácilmente, menos cuando se trataba de su hermano pequeño.
Había ido y regresado del infierno para salvarlo.
Y nadie se lo iba a quitar.
Los primeros rayos de sol le hicieron parpadear y mirar alrededor como si fuera la primera vez que viera Resembool.
Primero: No le diría a Al que Mei se había largado y que no pensaba volver.
Segundo: Llamaría al doctor Marco y le exigiría hasta la última gota de información sobre el estado de Al.
Porque iba a hacer que se curara, como fuese.
Sin importar que.
Y tercero.
Iba a hacer feliz a su hermano. Aunque tuviera que sacrificarse una vez más.
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Lo que ha estado tras la puerta.
FanfictionEdward Elric luchó contra algo más poderoso que Dios para devolverle su cuerpo a su hermano Alphonse, sin embargo detrás de la puerta hay algo que todavía lo llama y que tarde o temprano se lo llevará. Su muerte esta decidida. ¿Qué podrá hacer Edwar...