CAPÍTULO XXIV

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La vida en este sitio desde el asesinato, me está volviendo un paranoico, es muy difícil que le pudiera suceder algo a Camila porque yo le conté que soy inocente del asesinato de Oscar. En realidad, creo que intentaba consolarme, me aterra la idea de que alguien pueda sufrir por mi culpa.

-Oscar quién diablos te pudo haber asesinado- deje escapar una bocanada de aire.

La único que tengo relacionado con el asesinato de mi amigo son algunos escasos recuerdos ¿Por qué no puedo recordar nada más? Sabía que para encontrar más respuestas tengo que conseguir el diario de mi amigo, pero aún no sé cómo le hago para buscarlo, ¿Qué habrán hecho con las partencias de mi amigo? La única persona que puede ayudarme es Camila y hace varios días que no sé nada de ella.

-Lancé una bofetada con la palma de mi mano contra el colchón- no logro encajar nada de lo poco que he averiguado, siento como soy presa de la impotencia, mi mente se agrieta cada vez más, con tantas preguntas que soy incapaz de responder

Alguien golpea mi puerta, el sonido hace que ponga mi mirada sobre la puerta que comenzaba a abrirse.

Ver quien está en mi habitación hizo que de golpe olvidara todas esas preguntas que me atormentan, mi hermano Víctor está de pie, dentro de mi habitación, mirándome con una sonrisa.

Me tiré de la cama a una velocidad impresionante, corriendo hacia mi hermano, para poder darle un caluroso abrazo, ya hacían muchos meses que no lo veía.

-suéltame Nick – su voz se escucha entrecortada debido al fuerte abrazo.

Abrí mis manos dando unos pasos atrás.
- ¿Qué haces aquí? -  no puedo contener mi emoción, es la primera vez que me siento feliz dentro del psiquiátrico.

-A los pacientes de esta área, en ocasiones les permiten tener visitas-  

-Sí, algo de eso he escuchado, pero mi caso es complicado- estrellé la mirada contra el suelo, me avergüenza que mi hermano me vea como el culpable de un asesinato.

-Mamá hablo con el Dr. Bogan, ellos se conocen y el hizo una excepción con tu caso- metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón.

¿De qué mamá conoce a Bogan? - fruncí el ceño, es curioso el hecho que nuestra madre conozca al director del psiquiátrico donde estoy.

-Eso no lo sé Nick- fue hacia la puerta, para tomar una maleta que estaba allí.

Con la emoción de volver a ver a mi hermano no había percatado que mi hermano había venido con una maleta.

- ¿Y esa maleta? Vienes a hacerme compañía- se nota el sarcasmo en mi voz.

Víctor sacudió su cabeza a ambos lados - esta maleta es para ti- la dejo caer sobre la cama.

Sin pensarlo la abrí por completa, un pasajero sentimiento de nostalgia pasó por mi pecho, esa maleta estaba cargada con parte de mi ropa. Mire algunas cosas como mis botas altas de suela gruesa, puede ver algunos de mis gorros para el frio, chupas de cuero.
-Supimos que en esta ala hay veces que puedes usar ropa como la que te trajimos, porque hermano ese uniforme no te asienta- colocó su mano sobre mi hombro, intentando disimular una sonrisa.
Le di un leve empujón, con una sonrisa en mi rostro – este uniforme me queda bien- coloque mis manos sobre el cuello de la camisa que tengo puesta- en el fondo sé que no hay nadie que le pueda quedar bien ese uniforme de psiquiátrico.

-Víctor no sientes miedo de mi- caminé tomando asiento en uno de los espacios que aún quedaban en mi cama.

Mi hermano tomo asiento al lado mío -claro que no te tengo miedo Nick- lanzó una mirada alentadora hacia mí.

-Vic, pero tú sabes lo…- 

-Si yo sé- no me dejo terminar de hablar-   puso su mano rodeando la parte trasera de mi cuello   – tu siempre serás mi hermano, aunque cometas mil errores-

Mis ojos comenzaban a cristalizarse, no quiero derrumbarme en frente de mi hermano menor -trago en seco- intentando bajar todo ese sentimiento, me llena de paz saber que a pesar de todo puedo contar con mi hermano.

-Gracias hermanito- me lancé nuevamente sobre el, para abrazarlo.

Permanecimos abrazados por un breve tiempo, Víctor intentaba entender por lo que estoy pasando.
-En la universidad ¿Cómo te va? - separaba mis manos de él, necesito cambiar de tema

-La ingeniería informática es sumamente difícil, pero yo puedo con todo- encogió los hombros a la vez que giñaba un ojo

Necesitaba parte de esta autoestima que tiene mi hermano.

-cuando caminaba para llegar a tu cuarto vi algunas chicas, ¿no le has echado el ojo a ninguna? - me lanzó una mirada de un niño pequeño.

Inconscientemente deje escapar una sonrisa provocada por el recuerdo de Deborah – no, no le he echado el ojo a ninguna- intenté disimular mi sonrisa.

-Sonreíste como tonto, ¿Quién es la chica? -  me miró como si quisiera leer mi mente.

-No hay nadie, recuerdas que soy un antisocial- contaba con que mi hermano creyera en lo que le acabe de decir.

-Nick que te conozco- cerro los ojos, elevando el ceño.

-Vale, hay una chica- ya me di por vencido, mi hermano me conoce demasiado.

Soltó una carcajada - ¿Cómo es la relación con esa chica? - continuaba con una sonrisa en su rostro.

-Bien, hace unas noches atrás durmió a mi lado en sujetador- encogí los hombros.

-En seeeerio- los ojos de Víctor querían escapar de sus orbitas.

-Si es en serio, pero esa chica es un poco extraña, solitaria y siempre me saca de quicio- mientras hablaba recordé algunas de las discusiones que he tenido con Deborah.

-vamos que es como tú-  hecho sus manos atrás, apoyándose en la cama.
Esa conclusión no la había sacado, es cierto, la forma de ser de Deborah se parece bastante a la mía

¿Qué me cuentas de mamá y papá? - quise cambar el hilo de la conversación, ese tema de Deborah me da algo de vergüenza hablarlo con mi hermano.

-Ambos están de viaje en estos momentos, pero Mamá te manda saludos- se rasco la cabeza
Escuchar eso me hizo recordar que no le importo a mi padre.

-Terminó la visita, informó el guardia que recién entra a la habitación-

-Ya has escuchado al guardia- ambos nos pusimos de pie, Víctor se acercó a mí para darme unos golpes suaves por la espalda –cuídate mucho Nick- salió caminado hacia la puerta.
Me mantenía de pie, se me hizo muy corto el tiempo que pase con él, por mi mente pasó un fugaz deseo de irme junto con Víctor del psiquiátrico, aunque se perfectamente que no puedo, fue triste la despedir a mi hermano, bueno todas las despedidas son tristes.

El resto del día lo pase feliz, supongo que Víctor me había contagiando con su buena vibra. Acabó por llegar la noche, lo que me hizo recordar que tenía que ir al sótano. Esperé a que fuera tarde, todavía recuerdo la hora en la que el guardia sale a dar su ronda, así que salí de mi habitación minutos antes, para poder esconderme tras la pared. Mi mayor aliado en esos momentos es la oscuridad, como la vez anterior fui atacado por los nervios al pasar el guardia tan cerca de donde me encuentro oculto, finalmente conseguí pasar la puerta que da al sótano. Lo noté, esta vez no tengo la linterna de Nico, comencé a bajar las escaleras con mucho cuidado, apoyando mis manos a la pared, contaba con que mi vista se fuera adaptando a esa densa oscuridad. En cuestiones de segundos sentí como deje caer mi pie sin tocar ningún escalón, entre e un desvolcané imposible de controlar, moví mis manos en distintas direcciones sin logar conseguir el equilibrio, creo que bajé 3 o 4 escalones rodando, para hacer un fuerte ruido contra el suelo.

Una voz se abre paso a través de la oscuridad

-TE ESTABA ESPERANDO NICK- 

SlenDerman       

Quien estará en el sótano??

OBSERVADO [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora